
En la cima del barrio del Putxet, en Barcelona, se esconde una mansión que parece sacada de una novela modernista. O, más bien, de una película. Porque esta joya arquitectónica no solo forma parte del patrimonio histórico de la ciudad, sino que también fue uno de los escenarios principales de Vicky Cristina Barcelona, la cinta con la que Woody Allen inmortalizó la capital catalana en la gran pantalla. Hoy, esta casa de ensueño sale al mercado por unos 25 millones de euros.

Construida en 1917 por el arquitecto Enric Sagnier, uno de los grandes nombres del modernismo catalán, la vivienda fusiona la tradición de la masía con el lenguaje decorativo del Art Nouveau. Con más de 1.100 m2 construidos sobre una parcela de 1.600 m2, la casa conserva todos los elementos originales: suelos de mosaico hidráulico, techos de más de cuatro metros, barandillas de forja artesanal, escaleras de roble macizo y una fachada que combina piedra, cerámica y detalles florales esculpidos.
Pero su historia no se detiene en la arquitectura. En 2007, Woody Allen la eligió como una de las localizaciones clave para su película rodada en Barcelona. En la cinta, fue el hogar del personaje interpretado por Patricia Clarkson, aunque fuera de plano también fue un refugio para el propio director, que llegó a hospedarse en ella durante el rodaje. “Se enamoró nada más verla”, cuentan los actuales propietarios. Y no es difícil entender por qué: la mansión respira un aire bohemio, elegante y atemporal que encaja perfectamente con la estética nostálgica del film.

La casa, que ha salido al mercado de la mano de Lucas Fox, está dividida en varias plantas. La planta baja alberga un amplio salón de 74 m2 con acceso directo al jardín, una biblioteca, la cocina y un comedor independiente. En las plantas superiores se distribuyen siete dormitorios y siete baños, incluyendo una suite principal que ocupa prácticamente todo un nivel y cuenta con vestidor, terraza privada y unas vistas espectaculares sobre la ciudad. También dispone de una piscina interior climatizada excavada directamente en la roca, una bodega, ascensor, apartamento de servicio y garaje privado.

En cuanto al exterior, el jardín se organiza en varias terrazas con bancos de piedra, vegetación centenaria y una piscina exterior rodeada de privacidad y silencio. Un auténtico oasis urbano en pleno Sarrià–Sant Gervasi.

La propiedad está catalogada como Bien Cultural de Interés Nacional, lo que significa que cuenta con protección patrimonial y cualquier reforma debe respetar su carácter histórico. Aun así, los propietarios actuales han llevado a cabo una rehabilitación integral que ha sabido combinar la conservación del patrimonio con las comodidades contemporáneas.

La mansión se encuentra a pocos minutos del parque del Turó del Putxet y cerca de colegios internacionales, boutiques de barrio y restaurantes discretos, lo que la convierte en una opción ideal para compradores que buscan exclusividad, privacidad y una fuerte conexión con la identidad barcelonesa.
No es solo una casa, es una pieza de historia viva. Una obra de arte habitable que sedujo a Hollywood y que ahora busca un nuevo protagonista.
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