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Cisterna empotrada: una tendencia al alza en el baño con ventajas y muchos falsos mitos
Geberit

Artículo escrito por Alfredo Cabezas, director de marketing y comunicacion de Geberit Iberia

La cisterna empotrada es una tendencia cada vez más extendida a nivel global, que consiste en que toda la tecnología queda escondida detrás de la pared, y que ha cambiado el paradigma del baño ya que, durante, décadas, hemos arrastrado el concepto de cuarto de baño de toda la vida, sin atrevernos a innovar en su diseño como sí ha pasado con otras estancias del hogar como la cocina, sin ir más lejos. Sin embargo, el cambio de paradigma del baño parece ir calando en la mente de los hogares que comienzan a demandar soluciones diferentes, de mayor calidad, que generen mayor bienestar y que realmente hagan la vida más fácil.

En esta línea, una de las tendencias que ha llegado para quedarse es la de las cisternas empotradas, pues crean una estética nueva, permiten ganar espacio, generan sensación de amplitud y consiguen un baño sin rincones que resulta más fácil de limpiar. Por no hablar de que ofrecen más versatilidad en el diseño y un consumo de agua más eficiente y responsable. Ahora bien, a pesar de todas estas tangibles ventajas todavía hay en torno a ellas falsas creencias que nos proponemos desmontar.

Su mantenimiento no necesita obras

Una de las preocupaciones fundamentales de los usuarios a la hora de instalar una cisterna empotrada es si habrá que ‘picar la pared’ en el caso de que surja un problema. Pero lo cierto es que su mantenimiento no necesita obras, pues se accede fácilmente al mecanismo de la cisterna a través del hueco del pulsador que activa la descarga y sin necesidad de utilizar herramientas.

Aportan mayor amplitud al baño

Otro motivo que hace que muchas personas duden entre instalar una cisterna empotrada o no hacerlo es el espacio. Pues bien, las cisternas empotradas ayudan a ganar espacio y aportan sensación de amplitud al esconder esos valiosos centímetros que ocupa una cisterna vista detrás de la pared. De hecho, según los cálculos de Geberit, con una cisterna empotrada se pueden ganar hasta 15 cm de espacio en el baño.

Reducen el consumo de agua

Asimismo, el consumo es otra de las dudas más frecuentes, ¿las cisternas empotradas consumen más o menos agua que una cisterna convencional? En este sentido y, a pesar del desconocimiento que hay en torno a ello, la cisterna empotrada permite reducir el volumen de la descarga a tan solo 3 litros de agua para la media descarga y 4,5 litros en el caso de la descarga completa, frente a los 9 o más litros de las soluciones tradicionales.

Un sistema estable

Igualmente, el hecho de que la cisterna no esté visible y el inodoro esté suspendido, suscita la pregunta sobre si son seguras o no. Sin embargo, esta tecnología está instalada con un bastidor de acero que permite regular la altura del inodoro y soportar sin problema todo el peso de la taza y el usuario. De hecho, el bastidor más el inodoro son capaces de soportar hasta 400 kg de peso, lo que la convierte en un sistema totalmente estable.

Minimizan el ruido 

Además, al situarse detrás de la pared, estas soluciones minimizan el ruido de llenado y de la descarga de agua, lo que garantiza un entorno más silencioso y confortable, algo muy valioso cuando se utiliza el baño por la noche o hay alguna visita en casa.

Aportan más posibilidades de diseño

Lo único que queda a la vista en una cisterna empotrada es el pulsador para la descarga del agua. Existe un amplio rango de diseños y modelos que, además, incorporan innovadoras funciones como el módulo de eliminación de olores o la descarga que se activa electrónicamente, por sensor de infrarrojos, sin necesidad de contacto.

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