
Con el otoño llega el momento de hacer el cambio de armario... y una limpieza general en casa.
Aprovecha que guardas la ropa de verano y sacas la de invierno para hacer sitio y deshacerte de aquello que vas guardando año tras año y que nunca utilizas. Pero no solo en el armario, aprovecha también para revisar todas las estancias de la casa.
Menos es más, es un lema que repetimos mucho cuando hablamos de diseño, pero también vale en el caso de tu armario. Resumimos unos consejos prácticos para poner a punto el armario (y el resto del hogar) aprovechando el cambio de estación:
En el armario
Aprovecha el cambio de estación para deshacerte de todas esas prendas y cosas que guardas por si acaso y por valor sentimental y que nunca utilizas... ¡Sólo están ocupando espacio! Tenemos que aprender a trabajar el desapego y ésta es una oportunidad estupenda para hacerlo: si llevas dos o tres años sin ponértelo, no lo dudes, no te lo vas a poner. Si hay alguna prenda estropeada, pero tiene valor sentimental para ti, también puedes aprovechar esa tela para hacer otra cosa: un neceser, una bolsa… Dale uso si ese valor es importante, pero no acumules. Dona todo lo que no utilices y si algunas prendas están en buen estado, pero no las quieres ya, las apps de venta son una gran alternativa. Para volver a colocar lo mejor es sacar todo, limpiar y colocar de nuevo.
Ve trabajando por habitaciones: si quieres arranca por los armarios de ropa ya que estás con el cambio de estación, pero aprovecha y haz limpia en todos los armarios de la casa.
En el salón
Echa un ojo a estanterías y cajones. Libros que nunca leerás, aparatos obsoletos, manteles que nunca pones, revistas de otra época, documentos caducados… En los papeles es importante también hacer una criba: guarda las garantías que sigan en pie (ojo, los sofás y colchones las suelen tener de 5 a 10 años). También aprovecha para digitalizar documentos: conserva las nóminas de los últimos cinco años, por ejemplo; el resto, a la papelera.
En el baño
Empieza por el botiquín: revisa medicamentos caducados (se tiran en el punto limpio de las farmacias, no en la basura); y mantén el botiquín básico: tiritas, gasas, alcohol, agua oxigenada, antiséptico para las heridas, analgésico, antitérmico y pomada para quemaduras.
En la cocina
Hay muchos vídeos en redes sociales del armario de los táperes que abres con temor porque siempre se te viene todo encima. Venga, toca limpiar: ¿cuántos tienes sin tapa y con un dudoso color? Pues al plástico, no lo dudes. ¿Acumulas tazas de publicidad que no te gustan? Pues jubílalas. Y el mismo principio de limpieza hay que seguir en los cajones de los cubiertos. Bolsas de telas a mansalva, manoplas estropeadas, delantales de otra época… O para trapos viejos o directamente deshazte de ellos.
Y ojo, el tendedero no sirve para acumular todo lo que retires de otras partes de la casa: ni barreños que ya no valen, ni herramientas estropeadas, ni cuatro escobas. ¡A limpiar!
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