Tras recorrerse el globo trabajando en grandes estudios, fundó su estudio de arquitectura en Madrid, Impepinable.
Comentarios: 0
Lucía Martín (Colaborador de idealista news) ,

Su arquitectura es como su forma de comunicar: pura, sin tapujos, como un chorro de aire fresco. Frescura que también se nota en la web de su estudio que lleva por nombre Impepinable (y cuyo origen nos contará también en esta entrevista). La arquitecta Gabriela Barrera se abre en canal en esta entrevista y nos habla de su visión de la arquitectura y de la profesión, entre otras muchas cosas. Y sin pelos en la lengua.

¿Por qué estudió Arquitectura?

Cuando acabé el colegio no tenía claro qué quería estudiar. Tenía intereses diversos. Como todos los arquitectos me gustaba dibujar, pero también me gustaba la filosofía. Me gustaba bastante leer y se me daban muy bien las matemáticas, la física. Elegí arquitectura porque me parecía la más amplia, pero realmente no tenía ni idea de lo que era ser arquitecto, en mi familia no había nadie que hiciese arquitectura. El caso es que elegí eso y la verdad es que me gustó, me gustó la formación y aprendí a realmente disfrutar de lo que es proyectar, lo que es hacer arquitectura, en los últimos años de la carrera. Cuando terminé me fui a Japón con una beca de investigación. Estuve trabajando allí en estudios buenísimos como Kengo Kuma y aprendí latín. Era una experiencia alucinante. Y después me volví a Madrid y luego a Berlín… entre medias también estuve viviendo en Holanda, Estados Unidos. Y luego volví a España.

Entonces funda su estudio al que llama Impepinable.

Primero empiezo a colaborar con Estudio Herreros y la verdad es que también esa experiencia me vino genial. Aprendí mucho porque yo antes había trabajado en proyectos gigantescos, más conceptuales, con equipos enormes. Y en Estudio Herreros empecé a hacer todo lo contrario. De hecho, empecé a dirigir proyectos de vivienda en Madrid y cada vez me llegaban más encargos de amigos y colegas.

¿Y de dónde viene el nombre de su estudio?

El nombre del estudio viene de una primera obra que fue una locura. Había un montón de broncas, era una tensión brutal, el constructor originalmente era uno de los mejores amigos del promotor. Ahora, no se hablan. En ese momento yo estaba en una situación un poco complicada porque yo decía a ver, siento que no tengo suficiente experiencia para decir esto, pero a la vez esto no está bien, esto es un desastre. Entonces yo iba a las obras, intentaba encontrar la mejor solución posible, llegar a acuerdos… Y había un momento, no sé si es porque era en esa zona, en Alicante, que cuando había una bronca y alguien decía mira tío, esto es impepinable, ahí se acababan las discusiones. Y me hacía mucha gracia, me parecía una palabra súper random, la usaban en plan ya no se puede discutir más. De ahí viene…

¿Qué lo que más le gusta de su oficio?

Empezar los proyectos. Ese momento de subidón, que tienes todos esos inputs, que estás hablando con el cliente que está emocionado, ilusionado, que tú puedes aportar realmente valor. Ese momento de sentarme en la mesa delante del ordenador y pensar esos proyectos. Ese diseño inicial sobre todo cuando es obra nueva, que es lo que más disfruto. 

¿Y lo que menos?

Primero, lidiar con las administraciones públicas. A veces son maravillosas pero la mayoría son un infierno. Hace que todo se dilate. Por ejemplo, ahora estoy haciendo bastantes trabajos con empresas y es que esos plazos son irreales. No puede ser que una empresa que necesita un proyecto, que necesita salir adelante, que tiene una velocidad… Y eso es bastante frustrante. De hecho, se nos han caído proyectos a veces por eso, porque hay gente que dice yo no puedo estar esperando año y medio. Luego también la situación en la que está la profesión ahora, pero bueno, yo tampoco he conocido otra cosa, cuando acabé la carrera era crisis y ha sido crisis. Y crisis hasta ahora…

¿En qué proyectos está trabajando ahora?

Estoy empezando un par de proyectos que me apetecen mucho y en Impepinable estamos con el tema de la construcción industrializada y del respeto al medio ambiente, de sostenibilidad como queramos llamarlo. Estoy haciendo justo una vivienda en La Vera y quiero tener en cuenta todo esto. Y también estoy haciendo una reforma de unos talleres en Madrid. Hay una ley que se supone que va a sacar el Ayuntamiento por el tema de las cubiertas vegetales, que es una cosa que siempre me ha interesado muchísimo, ese espacio que son millones de metros cuadrados que nadie se ocupa de ellos, están ahí cogiendo polvo y haciendo que todo se caliente mucho más… Parece que van a promover una ley para que las cubiertas haya algún tipo de construcciones vegetales y tal. Todo eso me interesa mucho.

¿Qué diferencia hay entre la figura del arquitecto de su generación y la de los que construyeron antes del estallido de la burbuja?

Creo que les estamos demonizando mucho: nos han dejado esto hecho una mierda, la a gente no confía en nosotros, han sido siempre muy subidos… Tengo claro que nosotros estamos proveyendo un servicio y me parece de otra era lo que hacían ellos. Pero creo también que es un tema de oferta y demanda: si antes había muy poca oferta de arquitectos y una grandísima demanda para construir el país que tenemos ahora, las políticas eran del ladrillo y tal… oye, pues se han subido a ese tren, no me extraña, quién de hoy en día no se hubiese subido. Creo que ha sido la tormenta perfecta para que luego muchísimos hemos querido dedicarnos a esto sin tener tampoco idea de lo que era realmente. Y hay mogollón de arquitectos y muy poca demanda. Entonces, como cualquier profesión, en esas situaciones es muy difícil mantener unos mínimos honorarios. Yo decidí no hacer concursos porque ese modelo no me interesa. Me encantaría hacer un colegio y un colega me contaba que ellos estaban en un concurso para uno y me decía que como es una licitación te tienes que bajar un poco los pantalones. Son tres arquitectos y les van a pagar 7.000 €. Es que es imposible, no merece la pena, no se puede vivir de eso. Estamos muy en el fango: muchísima gente de mi generación lo que está haciendo son reformas, interiorismo. Creo que España no ha tenido mejor calidad de interiorismo que ahora.

¿Ha cambiado la forma de construir?

La inmensa mayoría de las casas que se construyen no tienen ninguna calidad, no solo estética sino técnica, o sea, realmente se está construyendo igual que hace 30 años y con unos modelos de vivienda súper anticuados, súper incómodos. Es una pena, espero que en algún momento esto cambie. También nosotros como arquitectos tenemos que ser menos víctimas y decir oye, tenemos una formación muy buena en el sentido de resolver problemas pero nunca nos hemos propuesto resolver este problema como si fuésemos una empresa. Creo que ahora sí que está pasando, veo que hay gente que está haciendo cosas muy guays y con clientes privados, pero para llegar más a la promoción de vivienda u otro tipo de construcciones todavía queda tiempo.

Háblenos de esta casa…

Llevamos poco tiempo aquí y estamos encantados. Lo que pasa es que nos mudamos con la casa sin terminar del todo y entonces solo veo lo que falta, intento sacar  tiempo para ocuparme de la casa, incluso he tenido que hacer yo cosas con mis manos. O sea, he tenido que aprender de todo, cosas que antes no sabía… Esta era una casa oscura. Era una casa que no tenía luz. Techos bajísimos, se habían tapiado las ventanas, todo con mucha madera oscura… hice fue una reforma bastante sencilla y clásica y tenía muy claro que lo que quería era aprovechar la luz.

 

 

 

 

 

 

 

 

Sigue toda la información inmobiliaria y los informes más novedosos en nuestra newsletter diaria y semanal. También puedes seguir el mercado inmobiliario de lujo con nuestro boletín mensual de lujo.

Ver comentarios (0) / Comentar

Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta