Acaba de fundar una empresa en la que investiga sobre nuevos materiales biodegradables porque otra arquitectura (y construcción) son posibles. Basta con ponerse a ello.
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Lucía Martín (Colaborador de idealista news) ,

Cuando estudiaba le decían que lo que hacía no era arquitectura, porque en vez de fijarse en los maestros arquitectos y arquitectas le llamaban más la atención los nidos, las telarañas y las madrigueras. Lógicamente, ese interés se ha visto reflejado en su trabajo que tiene más que ver con las formas orgánicas que con paredes octogonales. La arquitecta y diseñadora María Mallo nos cuenta su particular visión de la arquitectura.

Soft Spumellaria
Soft Spumellaria María Mallo

¿Por qué estudió Arquitectura?

Me gustaban las matemáticas y dibujar. Entonces pensé, tras mucho dilema, que era un buen mix, una carrera que tenía parte de creación y parte también como más de ciencia o matemática. Dudé mucho si estudiar Bellas Artes, pero no me sentía suficientemente artista. Y en primero de carrera, mis compañeros y compañeras de clase de dibujo me llamaban la artista porque era la que más facilidad tenía para expresar de una manera no figurativa emociones a través del dibujo o cosas un poco más abstractas. Durante la carrera los profesores de proyectos me han dicho que lo que yo hacía no era arquitectura, porque a lo mejor en vez de fijarme en maestros me fijaba en los nidos, en las madrigueras, en Frei Otto que analizaba las telarañas… para hacer yo mis formas arquitectónicas, que tienen más que ver con formas más orgánicas que lo que entendemos como arquitectura tradicional de paredes octogonales y muros de ladrillo.

En su web habla de arquitectura líquida, ¿qué es esto?

Es un término de Markus Novak, que emplea este término para arquitectura digital. Es una arquitectura que aparece cuando es necesaria. Entonces, mis prototipos o mis arquitecturas espaciales, lo que me encantaría es que la arquitectura pueda de repente reaccionar a las necesidades humanas, tanto emocionales como físicas.

Proyecto Galerna – Naturaleza generativa
Proyecto Galerna – Naturaleza generativa María Mallo

Creo que le interesan mucho los materiales biodegradables...

Sí, porque no solo no generan residuos sino que incluso  pueden ser nutrientes para el planeta. Por ejemplo, puedes hacer un material con cáscara de huevo que es carbonato cálcico y eso es un abono natural. Esto es como la pastilla de Matrix, una vez que entras en el mundo de los biodegradables ya no quieres salir porque es un mundo gigante. Está el micelio, el organismo que está debajo de la tierra y que da las setas. El micelio es un material increíble, es hidrófugo, es como un aglutinante, puedes generar ladrillos que son también ligeros y sirven como paneles ya hay empresas desarrollando paneles acústicos. Ahora estoy desarrollando una empresa para poder desarrollar materiales que puedan competir en el mercado, porque hasta ahora he hecho proyectos experimentales.

Háblenos de esa empresa

Se llama Mad Materials, materiales locos, la he montado con dos socias y quiero que contribuya a que las empresas sean sostenibles. 

¿Ha cambiado mucho la figura del arquitecto en los últimos años?

Sí, antes, en masculino, casi siempre era un arquitecto, señor. Masculino, con traje y corbata. Ha cambiado brutalmente y creo que también ha cambiado todo el paradigma de la creación. Creo que la arquitectura puede tener mucho más componente femenina. Creo que ahora mismo hay muchas más redes de cooperación y frente a las teorías de Darwin, lo de la competencia y el mejor de la especie es el que gana, está Lynn Margulis, una r bióloga que decía que no, que la vida se había creado por cooperación y la célula se había creado por unión de diferentes elementos. Y eso creo que es lo bonito, ahora vivimos la arquitectura como una cosa más fluida en el que cada persona puede aportar un punto de vista.

Salón
Salón de la casa de María Mallo idealista/news

¿Cuál es la historia de esta casa?

Nacho, mi pareja, que también es arquitecto, y yo vivíamos en el centro, pero ya queríamos cambiar y empezamos a pensar en formar una familia. Entonces empezamos a ver casas por aquí y casualmente nos vinimos de alquiler a esta casa pero tres plantas más abajo, en el piso 11. Nos encantaban las vistas. Nacho decía yo no quiero ir a menos, a vivir en un bajo o vivir en un primero. Entonces, hablando con el portero que ya sabía que nosotros queríamos una casa y cuando falleció la persona que vivía aquí la compramos. Y lo bonito es que ya la habíamos vivido. Ya habíamos pensado esta casa y soñado con los espacios mucho antes de ponernos a hacer la obra.

Cocina de María Mallo
La cocina de María Mallo idealista/news

Porque imagino que no la encontrasteis así…

No, en esta casa vivía una persona muy mayor. Es decir, la compró cuando se construyó y era muy diferente. tenía de esta columna. Hacia allá tenía la cocina y un cuarto para la asistenta del hogar. Y luego aquí tenía el salón y a partir de ahí era la terraza, una terraza abierta. Y luego esto no estaba, es un aseo, un baño para los niños… Donde yo vivía antes me hice mi reforma y ya metí una ducha en la ventana. Es que ducharte mirando por la ventana es como de los grandes placeres, te entra como una energía bonita. El amanecer. Y eso para nosotros es los grandes lujos, no es el mármol o tal, sino es detalles, el cómo vives esa casa.

También hay una apuesta en la casa por los materiales de los que hablaba antes

Me empeñé, nada de plástico. La tarima es una madera maciza de bambú prensado en longitudinal. Hasta la alfombra, en vez de ser de poliéster es yute natural. Tenemos que intentar estar rodeados de materiales que sean más naturales y que no sean los típicos que ya estamos hiper acostumbrados y que los cogemos porque es lo que nos han metido por todos los poros de la publicidad o de lo que se entiende que está de moda o lo que sea.

Librería de María Mallo
Librería de María Mallo idealista/news

Creo que desde su ducha se ve la Catedral de La Almudena…

Tenemos la inmensa suerte de que esto es una torre y tenemos unas vistas que van desde la sierra de Madrid hasta La Almudena, pero en la ventana de la ducha en nuestra habitación vemos de frente La Almudena, el Palacio Real y luego aquí arranca la Casa de Campo. Por las noches es maravilloso. A veces estamos en el cabecero de la cama y vemos la luna directamente. Son cosas súper inspiradoras e importantes energéticamente, me recargan.

¿Cuál es su rincón favorito de la casa?

Ese de la ducha, el ducharme por las mañanas ahí y también otro ahí, en esa parte de la chaiselongue. A veces por las noches me quedo trabajando ahí, las vistas cuando está todo iluminado por la noche, los edificios, todo tapado por árboles, es bastante impresionante.

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