Esfuerzo comprar vivienda

Una de las variables más utilizadas para saber si la vivienda es accesible es el cálculo del precio sobre la renta bruta disponible para un hogar. En un informe mensual de La Caixa Research, denominado “Termómetro Inmobiliario”, la entidad señala que el esfuerzo para acceder a la vivienda ha bajado a niveles de 6 años de salario anual, acercándose a lo que considera una nueva zona de equilibrio.

Un ciudadano necesita de media todavía 7,8 años de salario bruto para comprar una vivienda en España, según Sociedad de Tasación. Es una cifra que se sitúa lejos de los 4 años de salario recomendados por los expertos para que se pueda hablar de un acceso a la vivienda razonable.

Pese a la caída del precio de la vivienda de casi el 40% desde máximos, el esfuerzo financiero que tiene que hacer una familia para comprar una casa sigue siendo estando por encima de lo recomendado por los expertos. Según datos del Banco de España, una familia aún necesita 6,3 años de su salario bruto para pagar la casa. O dicho de otra manera, destina todavía el 35% de su salario a la casa, cuando lo recomendable es que no supere el 30%. Sin embargo, esta cifra queda lejos del casi 60% que se llegó a destinar (sin deducciones fiscales)

Pese a que el precio de la vivienda sigue bajando en la mayoría de las ciudades españolas, el esfuerzo financiero por comprar una vivienda sigue sin reducirse. ¿El culpable?

Las familias españolas necesitaron el salario bruto anual familiar de 5,8 años para pagar el precio total de una vivienda a cierre de 2013, según datos del banco de España.

Las familias españolas necesitamos el salario bruto anual familiar de 5,9 años para pagar el precio total de una vivienda en el tercer trimestre de 2012.

Según los últimos datos del banco de España (bde), una familia necesitaba dedicar el equivalente a 6,1 ingresos brutos anuales para comprar una vivienda.

El ajuste de los precios de la vivienda ha provocado una disminución del esfuerzo que deben realizar las familias para pagar su casa.

Tras dos años en los que el esfuerzo económico que se necesita para acceder a una vivienda había caído sin parar, dicho indicador vuelve a empeorar.