
La batalla del Banco Central Europeo (BCE) contra la inflación puede terminar en medio año, ya que los responsables políticos empezarán a dar marcha atrás en las subidas de tipos a partir de julio, según los economistas encuestados por Bloomberg.
El tipo de depósito (es decir, el interés que aplica a los bancos por dejar depositado su dinero en las arcas del organismo monetario) se elevará hasta un máximo del 3,25%, desde su nivel actual del 2%, en tres etapas. La encuesta prevé dos subidas de medio punto en las reuniones de febrero y marzo, seguidas de un aumento de 25 puntos básicos en mayo o junio. Los analistas prevén un recorte del tipo hasta el 3% a principios del tercer trimestre, en julio.
Conviene tener en cuenta que actualmente los tipos de interés superan en 50 puntos básicos a la tasa de depósito. Por tanto, si se cumplen las previsiones de los economistas encuestados por Bloomberg y el BCE mantiene esa distancia entre las tasas rectoras, el precio del dinero podría acercarse al 4% en primavera (y terminar el segundo trimestre en torno al 3,75%, baja bajar en julio al entorno del 3,5%).
Aunque el aumento de los precios en la eurozona se está moderando y los consumidores están menos preocupados, los responsables políticos han puesto sus miras en reducir la inflación subyacente, que alcanzó un récord el mes pasado debido a que el aumento de los costes energéticos y de los salarios se transmite con retraso.
"Mientras la inflación subyacente no toque techo, la variación de la inflación general no modificará nuestra determinación", declaró la semana pasada el jefe del banco central austriaco, Robert Holzmann.
Los economistas encuestados consideran que el indicador de precios subyacente -que excluye alimentos, energía y otros elementos volátiles- alcanzará un máximo del 5,1% de media este trimestre, antes de retroceder al 3,5% en los tres últimos meses de 2023. Se espera que la inflación general disminuya del 8,5% al 3,7% durante ese periodo.
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