La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rubricada el fin de semana, de imponer aranceles a las importaciones provenientes de México, Canadá y China, ha tomado relativamente por sorpresa a los mercados, que descontaban un proceso de negociación previo al anuncio unilateral de medidas por parte de Casa Blanca.
En el caso de México, la presidenta, Claudia Sheinbaum, ha anunciado el compromiso de su homólogo estadounidense de pausar durante un mes la introducción del gravamen del 25% para las ventas del país azteca a su vecino de norte, ante la promesa del Gobierno de este país de desplegar hasta 10.000 soldados en su frontera norte para impedir el tráfico de drogas y el cruce de migrantes irregulares. También se ha producido la paralización de los aranceles en el caso de Canadá por un periodo de 30 días.
Con anterioridad, los analistas de Goldman Sachs señalaban que el anuncio de aranceles fue "una sorpresa" para muchos inversores que esperaban que sólo se impusieran "si las negociaciones comerciales fracasaban".
Según el banco, cada aumento de 5 puntos porcentuales en la tasa arancelaria reduciría las ganancias por acción del S&P 500 entre un 1% y un 2% y, si se mantienen, "los aranceles anunciados este fin de semana reducirían nuestras previsiones de ganancias por acción del S&P 500 en aproximadamente un 2%-3%", sin tener en cuenta ningún impacto adicional en las condiciones financieras o su efecto en la incertidumbre política o el comportamiento de empresas y consumidores.
Además del efecto estimado en las ganancias de las empresas estadounidenses y las expectativas de retorno del S&P 500, Goldman Sachs avisa también de que los aranceles "conducirían a una mayor fortaleza del dólar", subrayando que, en la medida en que los inversores crean que los aranceles serán "un paso de corta duración hacia un acuerdo negociado", el impacto sería menor, mientras que las caídas serían mayores si anticipan una escalada.
De hecho, Matthew Ryan, jefe de Estrategia de Mercado en Ebury, señala los estragos en los mercados financieros de los "aranceles salvajes" de Trump, quizá no tanto por el tamaño de los gravámenes, "sino por la precipitación con la que se impondrán" y la velocidad de la respuesta de las autoridades de Canadá y México.
"Tenemos en nuestras manos una guerra comercial en toda regla y que, de manera preocupante, puede que no haya hecho más que empezar", apunta el experto, para quien el gran temor de los inversores es que los aranceles puedan debilitar significativamente el crecimiento mundial en 2025, creando un entorno "extremadamente desagradable" para los activos de riesgo, y favorable para el dólar, dada la creciente amenaza de tasas más altas de la Reserva Federal durante más tiempo.
De su lado, Tom Van der Heyden, profesor de OBS Business School, destaca que tanto el dólar canadiense como el peso mexicano se han resentido en los mercados porque los analistas prevén un considerable daño a los mercados de los 'socios' de EEUU en el tratado USMCA/T-MEC, "que de facto ha quedado en fuera de juego".
Riesgo de escalada sin precedentes
De su lado, los analistas de ING Research destacaban que más del 15% de todas las importaciones estadounidenses proceden de México, el 13,7% de Canadá y el 13,9% de China en 2023, por lo que "casi la mitad de todo lo que EEUU importa se verá afectado por aranceles más altos", lo que podría interrumpir las cadenas de suministro e impactar significativamente en las economías de EEUU, Canadá y México, en referencia, particularmente, a sectores como el automotriz y las manufacturas, además de la agricultura.
Asimismo, los analistas de la entidad 'naranja' subrayaban que Canadá y México habían declarado su intención de tomar represalias contra los aranceles, mientras que China se comprometió a impugnarlos legalmente en la OMC, advirtiendo de que, si bien en el corto plazo los aranceles pueden impulsar ligeramente el gasto al acelerar los consumidores sus compras, "la presión sobre los ingresos de los hogares, en particular para las familias de ingresos más bajos, se hará notar en los próximos meses" y, con las represalias anunciadas, "los exportadores estadounidenses se verán perjudicados".
"La primera medida del Gobierno estadounidense en materia de aranceles no sólo subraya la determinación de utilizar los aranceles como un instrumento principal en la política exterior, sino que también marca una revisión completa del comercio tal como lo conocemos, violando claramente los acuerdos comerciales existentes", concluyen desde ING Research, avisando de que apuntar a la vez a los tres socios comerciales más importantes de EEUU y quizá también al cuarto, teniendo en cuenta las respuestas anunciadas, supone "una escalada sin precedentes de las tensiones comerciales".
De hecho, el propio Donald Trump admitía tras firmar la orden ejecutiva que la introducción de las nuevas tarifas "podrían causar algo de dolor", aunque aseguró que "el precio valdrá la pena".
En esta línea, Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, destacaba la "elección de las víctimas" para esta primera andanada de la "guerra comercial 2.0" en la que Trump optó por colocar el mayor impacto en dos países amigos, Canadá y México, cuya producción está estrechamente entrelazada en las cadenas de valor estadounidenses, con lo que tiene un importante efecto de retroalimentación en el país, mientras el impacto en China es menor e inexistente por ahora para Europa.
En este sentido, considera que en primer lugar Trump pretende enviar el mensaje de que "va en serio" y EE.UU. está dispuesto a sufrir repercusiones internas para lograr sus objetivos y nadie debería sentirse "seguro" porque los intereses comerciales estadounidenses están por encima de cualquier otra consideración de relaciones exteriores, mientras que en el caso d China, Trump podría querer jugar la baza de la presión de Pekín para lograr un acuerdo de paz sobre Ucrania, aunque "no dudará en golpear más duramente a China si esta maniobra fracasa".
Impacto económico
Según las estimaciones de Oxford Economics, los aranceles anunciados restarán al crecimiento de EEUU en 2025 unos 0,7 puntos porcentuales, aunque evitará la entrada en recesión, mientras que la tasa de desempleo en el país aumentaría hasta el 4,5% este año, frente al 4,1%, y la tasa de inflación se verá impulsada por la repentina imposición de aranceles a los socios comerciales más importantes, lo que lastrará el consumo.
"El lastre del gasto de consumo no se sentirá de manera uniforme, ya que los aranceles son regresivos y afectarán a los hogares de menores ingresos más que a otros", apunta Ryan Sweet, economista jefe para EEUU de Oxford Economics.
De este modo, el experto espera que la Fed será prudente a la hora de continuar el ciclo de flexibilización y "se mantendrá en espera por más tiempo de lo previsto" ya que necesitará tiempo para evaluar cómo los aranceles están afectando a ambos aspectos de su mandato dual, manteniéndola paralizada hasta diciembre, cuando su atención se desplazará desde la inflación al pleno empleo, "lo que conducirá a una flexibilización agresiva en 2026".
"La Fed se inclinará por mantener la política monetaria en su postura restrictiva actual durante más tiempo, a menos que perciba mayores riesgos para el mercado laboral que la inflación", resume.
Ontario prohibirá a las empresas estadounidenses optar a contratos públicos
El primer ministro de Ontario, Doug Ford, ha anunciado este lunes que prohibirá a las empresas estadounidenses optar a contratos públicos ofertados por el Gobierno provincial de ahora en adelante y hasta que los aranceles impuestos a Canadá por el presidente de EE.UU., Donald Trump, se eliminen.
"Cada año, el Gobierno de Ontario [...] destina 30.000 millones de dólares [20.005 millones de euros] a contratación, eso obviando el plan por 200.000 millones de dólares [136.366 millones de euros] para desarrollar Ontario. Las empresas con sede en EEUU perderán ahora decenas de miles de millones de dólares en nuevos ingresos", ha asegurado Ford. "Solo podrán culpar al presidente Trump", ha rematado.
Según ha comunicado en la red social X (antigua Twitter), esta medida se ha tomado en represalia por las tarifas con las que la Casa Blanca quiere gravar las importaciones canadienses, que serán de un 25% a nivel general y del 10% para los productos energéticos.
Asimismo, el líder regional ha avisado de que romperán el acuerdo suscrito con la proveedora de internet propiedad de Elon Musk, Starlink, tras afirmar que "no harán negocios con gente dispuesta a destruir nuestra economía". Según 'Bloomberg', el valor de dicho contrato ascendía a casi 100 millones de dólares canadienses (66,7 millones de euros).
Ford ha informado también de que la Junta de Control de Licores de Ontario (LCBO), único mayorista autorizado en la provincia para comercializar alcohol, retirará todos los productos estadounidenses de sus lineales y de sus catálogos para impedir que los establecimientos hosteleros o minoristas puedan ofertarlos. El político ha afirmado que la LCBO vende 1.000 millones de dólares canadienses (666,8 millones de euros) en bebidas espirituosas importadas de su vecino del sur.
Creación de un fondo soberano
El presidente de Estados Unidos ha firmado este 3 de febrero la orden ejecutiva que permitirá la creación de un fondo soberano que, previsiblemente, estará operativo dentro de un año.
"Tenemos un potencial tremendo", ha asegurado Trump en declaraciones a los periodistas recogidas por 'Bloomberg'. El mandatario encargará al secretario del Tesoro, Scott Bessent, y a Howard Lutnick, nominado para secretario de Comercio, dar vida a la propuesta. Este último, de hecho, ha apuntado a la posibilidad de usar el fondo para la compra de TikTok.
La idea ya había sido puesta sobre la mesa por Trump durante la campaña electoral que le devolvió a la Casa Blanca por segunda ocasión. El republicano deslizó, además, que las grandes empresas y Wall Street podrían asesorar a esta entidad sobre las inversiones a realizar.
En EEUU existen varios fondos de este tipo, pero son de titularidad estatal. En este sentido, el de Alaska echó a andar en 1976 y gestiona activos por valor de 82.000 millones de dólares (79.715 millones de dólares), mientras que el de Dakota del Norte deposita cada mes en el suyo el 30% de los impuestos al petróleo y al gas y posee una cartera de 11.500 millones de dólares (11.180 nillones de euros).
El expresidente demócrata Joe Biden también coqueteó durante su mandato con un fondo soberano que financiase proyectos relacionados con la seguridad nacional, como el sector tecnológico, energético o logístico.
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