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El Ayuntamiento de Madrid aspira a cambiar la fisonomía del centro de la ciudad durante esta legislatura. La elección del proyecto de reforma de la Plaza de España y la peatonalización de la Gran Vía se han convertido en la punta de lanza del plan del Gobierno de Manuela Carmena. “Queremos una Gran Vía del Madrid del siglo XXI, una vía que esté a la altura de una ciudad moderna y compararnos con las mejores ciudades de nuestro entorno”, según el concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo.

A lo largo de esta semana se ha abierto un proceso participativo en la ciudad de Madrid, para que los 2,7 millones de empadronados mayores de 16 años puedan decidir cómo quieren su ciudad. Entre las distintas votaciones en este referéndum, que van desde apostar por un Madrid 100% sostenible a un billete único de transporte urbano, aparecen dos proyectos directamente relacionados con el urbanismo de Madrid, que van encaminados a un cambio de cara del centro histórico de la capital.

“Estamos ensayando una nueva forma de hacer ciudad. Con consenso y acuerdo, con discusión pública. Hemos puesto procesos participativos par contar con la voz de los ciudadanos de Madrid”, afirma el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo.

Los ciudadanos decidirán el proyecto ganador de la reforma de la Plaza de España entre dos propuestas finalistas ‘Welcome mother Nature, good bye Mr. Ford’ y ‘Un paseo por la Cornisa’.

La reforma de la Plaza de España ha tenido un impulso durante el mandato de Manuela Carmena para conocer el proyecto ganador. Aún queda por saber si hay presupuesto para llevarlo adelante. La reforma de la Plaza estuvo durante años directamente relacionada con la renovación de los edificios de alrededor y, sobre todo, por el futuro del Edificio España.

El emblemático rascacielos de Madrid sigue manteniendo una incógnita por su futuro, mientras se desvela si finalmente el Grupo Baraka, propiedad del empresario Trinitario Casanova, es capaz de pagar los 272 millones de euros al Grupo chino Wanda y confirma a un socio inversor para abrir un hotel de cinco estrellas en la remodelación del edificio.

Sin embargo, el cambio urbanístico que está atrayendo más polémica es la peatonalización de la Gran Vía. El ‘experimento’ desarrollado durante las pasadas fiestas navideñas de ampliar el espacio peatonal en la céntrica vía, lo que supuso reducir los carriles de vehículos a dos atrajo alabanzas y críticas por igual.

Ahora, durante esta semana de participación ciudadana, el Ayuntamiento realiza cuatro cuestiones sobre el futuro de la Gran Vía: si los ciudadanos prefieren ampliar las aceras de la calle; incrementar el número de pasos de peatones; mejorar las condiciones de las plazas traseras a la vía para que puedan ser utilizadas como espacios de descanso y estancia y si el transporte público debe mantener su prioridad por la Gran Vía.

“El Ayuntamiento quiere que esta vía sea la Gran Vía del Madrid del siglo XXI, una Gran Vía que esté a la altura de una ciudad moderna, donde podamos compararnos con las ciudades de nuestro entorno”, destaca Calvo. “Queremos una Gran Vía donde el espacio peatonal sea mucho más amplio, se apueste por el transporte público y la bicicleta, aunque se mantendrá el tráfico para residentes, carga y descarga y vehículos especiales. Se restringirá todo el tráfico de paso para abrirlo a la gente”, concreta el concejal.

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2 Comentarios:

P00015140
14 Febrero 2017, 17:58

Ciudad moderna dice...y del siglo XXI, resulta que al comunismo y a restringir se la llama moderno ahora, es moderno obligar a ir en bicicleta...

jlruiz
19 Febrero 2017, 9:20

Para tener un arma necesitas, entre otras cosas, pasar un psicotecnico. Para reventar una ciudad puedes ser indigente intellectual, mientras tu madrina esté peor que tú...

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