España ha protagonizado la mayor operación inmobiliaria del mundo en 2017. Los implicados fueron, por un lado, Santander como vendedor, por el otro, el fondo Blackstone como comprador. El objetivo del deseo fue la cartera de ladrillo que lastró al Banco Popular, con un precio de 10.000 millones de euros.
La compra de este portfolio (con activos inmobiliarios y préstamos con colateral inmobiliario) encabeza el ranking de las mayores operaciones del sector de un único activo, según una clasificación elaborada por Real Capital Analytics. También destacan operaciones en China y Reino Unido.
La transacción de venta de la cartera de Popular, anunciada en agosto, tras la adquisición del banco por Santander en junio, se estructuró en una sociedad valorada en 10.000 millones, de la que Blackstone controla el 51% y el resto quedó en manos del banco presidido por Ana Botín.
Tras esa compra, el fondo se consolida como uno de los grandes propietarios de activos inmobiliarios en España. Otra gran operación que se produjo el año pasado fue la que protagonizó Cerberus al comprar a BBVA el 80% de su cartera inmobiliaria, valorada en 5.500 millones.
La medalla de plata para la operación inmobiliaria más grande del año es para China Vanke, que se hizo con una enorme cartera de suelo para desarrollos inmobiliarios en Cantón, por 7.100 millones de euros.
La tercera mayor transacción en el mundo fue, de hecho, en inversiones alternativas. Concretamente, la venta de una participación de una cartera de hospitales y 200 residencias de mayores en Estados Unidos y Reino Unido, comprada por la aseguradora china Taikang Insurance Group.
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