Durante casi medio siglo, además de competiciones físicas también hubo artísticas, relacionadas con la arquitectura, la música o la escultura
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El arte en los JJOO
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París es la sede de los próximos Juegos Olímpicos. En poco más de un año, en la Ciudad de la Luz se darán cita los mejores deportistas con el objetivo de encaramarse a lo más alto del podio y colgar de su cuello la ansiada medalla dorada que les acredite como los mejores en su disciplina, desde los 100 metros lisos hasta la gimnasia rítmica, pasando por el baloncesto, el salto con pértiga o la esgrima, por citar solo algunas de las casi 40 disciplinas que forman parte del programa olímpico. Lo que no todo el mundo sabe es que durante casi 50 años los Juegos Olímpicos también incorporaron competiciones en disciplinas artísticas.

Aunque se remontan a la Antigua Grecia, su formato actual nació de la mano del barón Pierre de Coubertin. En 1896, tras un arduo trabajo, este pedagogo y humanista francés consiguió recuperar aquella tradición con la que quería inculcar en los jóvenes la importancia del ejercicio físico en el desarrollo intelectual. Aunque su intención era unir artes y deportes en un mismo evento, no le resultó fácil lograr el objetivo.

Un inicio poco prometedor y obras de escasa calidad

No fue hasta 1912, en la quinta edición de los Juegos, celebrados en Estocolmo, cuando los artistas pudieron competir. Cinco fueron las categorías que se convocaron: arquitectura, música, pintura, escultura y literatura. Los requisitos que debían cumplir los trabajos eran sencillos: que fueran originales y estuvieran directamente inspirados en la idea del deporte. “Cada uno de los laureados de los cinco concursos recibirá las medallas de la V Olimpiada. Las obras ganadoras se mostrarán, publicarán o ejecutarán en la medida de lo posible en el transcurso de los Juegos”, explicaba la convocatoria.

La pintura al óleo "At the Seaside of Arild"
La pintura al óleo "At the Seaside of Arild" dio la medalla de oro al artista sueco David Wallin en Los Ángeles 1932 Wikimedia commons

A pesar de ello, solo recibieron 33 obras Y, aun peor, aunque se entregaron las cinco medallas de oro, la poca calidad de las obras hizo que quedaran vacantes las medallas de plata y bronce en cuatro de las cinco categorías. En esta primera edición hubo dos anécdotas con respecto a los ganadores. La primera es que el estadounidense Walter Winans, ganador en la prueba de escultura con su An American trotter,  también obtuvo una medalle de plata en tiro con revólver; la otra, que la obra vencedora en la categoría de literatura, Oda al deportem, en realidad, fue escrita por el barón de Coubertin, que se presentó con el pseudónimo de George Hohrod y Martin Eschbach. 

A pesar del poco éxito de 1912, y tras la cancelación de los Juegos Olímpicos de 1916 debido a la Primera Guerra Mundial, el arte volvió a estar en el programa olímpico en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1920 y los Juegos de París de 1924. En París, el número de participantes fue mayor, con casi doscientos artistas. En los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928, se presentaron más de 1.000 obras de arte.

Consolidación y caída

La competición de arte olímpico fue poco a poco ganando fama y prestigio, hasta el punto de llegar a atraer verdaderos talentos, incluido el escultor italiano Rembrandt Bugatti, el dibujante estadounidense Percy Crosby y el pintor holandés Isaac Israëls. En los Juegos Olímpicos de 1932 en Los Ángeles, casi 400.000 visitantes fueron a ver las obras de arte en el Museo de Historia de Los Ángeles. Tras el paréntesis olímpico que supuso la II Guerra Mundial, parecía que las disciplinas artísticas habían consolidado su espacio en los Juegos Olímpicos. 

Sin embargo, la llegada de Avery Brundage a la presidencia del Comité Olímpico Internacional y su reivindicación del amateurismo en los Juegos supuso un duro golpe, ya que muchos de los que solían participar se ganaban la vida con sus obras, por lo que eran considerados profesionales. Tras un acalorado debate, se decidió que después de tres décadas y ciento cincuenta y una medallas entregadas, las competiciones artísticas se cancelarían y se reemplazarían emplazados por una exhibición no competitiva que se conocería como la Olimpiada Cultural. 

El arte sigue presente en los Juegos Olímpicos

Hoy, más de setenta años desde que dejaron de ser disciplinas olímpicas, las artes mantienen una estrecha relación con los Juegos. Aquel invento que sustituyó a las competiciones llegó a consolidarse, como demuestra que desde la finalización de los Juegos de Tokio de 2021, en París y otras regiones de Francia se está desarrollando un interesante programa cultural con el nombre de Olimpiada Cultural París 2024.

Imagotipo de la Olimpiada Cultural París 2024
Imagotipo de la Olimpiada Cultural París 2024 Paris 2024

El programa cuenta con artistas, artesanos y autores, así como instituciones culturales, festivales y lugares nacionales y locales, es decir, con personas y entidades que representan todo el espectro de la riqueza cultural de Francia. “Con esta Olimpiada cultural, los Juegos de París 2024 contribuirán a la vitalidad de nuestra creación artística, valorizando la riqueza de nuestro patrimonio, irradiando nuestro país, poniendo la cultura deportiva al servicio de la inspiración artística", en palabras de Rima Abdul Malak, ministra de Cultura de Francia.

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