
Va llegando el buen tiempo y ahora es cuando más utilizas tu segunda residencia, esa que tienes en la playa o en la montaña. Incluso te planteas, tecnología mediante, irte para allá antes de que llegue el verano (según el INE, en España hay en torno a tres millones de segundas residencias), y así poder aprovecharla más. Solo hay una pega: ya tiene sus años y te echa para atrás las escaleras de acceso a la planta de las habitaciones. Por ejemplo.
Y es que cuando la compraste en su día no pensaste que esas escaleras se te iban a resistir pero los años no pasan en balde… También puede ocurrir que tu segunda residencia la destines a alquiler vacacional y claro, esa falta de rampas y esas escaleras te están impidiendo que llegue determinado público. Por no decir que todos los elementos que facilitan la accesibilidad le darán más brillo a tu casa de la playa cuando quieras venderla, no hay duda…
¿Cómo puedes mejorar entonces la accesibilidad de tu segunda residencia? “Solamente el 1% de las viviendas en España cumple los criterios de accesibilidad universal. Frente al gran número de personas con movilidad reducida, la cifra es muy baja. Aunque el uso de segundas residencias no sea tan frecuente como la vivienda habitual, es igualmente importante adaptarla para mejorar en inclusión y, a su vez, revalorizar la propiedad”, declara Alberto Badás, marketing manager de Stannah España.
Soluciones para el exterior
Hay distintas soluciones, tanto para el exterior de la casa como para el interior. En el exterior es habitual, y más si las construcciones son antiguas, que haya escaleras para acceder a la puerta principal, al garaje, en las zonas comunes… En este caso, las sillas salvaescaleras para exteriores puede ser una óptima solución. Si te decantas por una debes elegir una que resistan las condiciones climáticas adversas, ya sean lluvia, bajas temperaturas, sol… “Las sillas de Stannah están fabricadas con plástico resistente a los rayos UV y un motor y batería a prueba de agua. También es posible instalar plataformas salvaescaleras para dotar a cualquier usuario de total autonomía en su uso, sin necesidad de desprenderse de su apoyo para la movilidad –como andadores o sillas de ruedas–“, aclara Badás.
Otra opción para el exterior son las rampas, es una alternativa muy extendida, pero hay que tener cuidado porque pueden resultar resbaladizas y, en ocasiones, demasiado empinadas.
Aparte de los anteriores elementos, no hay que olvidar otros como suelos antideslizantes y barras de apoyo. Además, las puertas de acceso tienen que contar con el ancho suficiente para el paso de una silla de ruedas o un andador.
Soluciones para el interior
En viviendas de dos o más pisos, cada vez es más común la instalación de un elevador unifamiliar. Estos son sin duda una gran inversión para aumentar el valor de mercado de la vivienda. “Su diseño e instalación han avanzado con el paso de los años. De hecho, ocupan muy poco espacio, son totalmente estéticos y, además, fáciles de instalar, lo que reduce el tiempo y los costes”, añaden.
Tampoco está de más eliminar ciertos elementos, como son las alfombras, que puedan dificultar el paso de personas con movilidad reducida así como ajustar la altura de los muebles e instalar puertas correderas y barras de apoyo en lugares estratégicos como el baño.
Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta