Si estás pensando en negociar el precio de tu alquiler, te contamos algunos trucos para esquivar posibles alzas del IPC
Cómo negociar alquiler
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Casi todo ha subido durante los últimos años y, esta alza generalizada de precios, provoca que nuestro poder adquisitivo se vea mermado. Sin duda, una de las partidas que más espacio ocupa en el presupuesto mensual de los miles de españoles que viven de alquiler, es precisamente el pago de cada mensualidad, por lo que es normal que nos preguntemos cómo negociar el alquiler.

Si es tu caso, toma nota de estos consejos para negociar el precio del alquiler teniendo en cuenta los límites al alza que operan este año.

Revisa tu contrato de alquiler

Debes conocer las condiciones de tu contrato antes de lanzar una propuesta de rebaja y sentarte a negociar. Al fin y al cabo, se trata del documento que ambas partes habéis aceptado como regulador de vuestra relación. En ocasiones, es posible alcanzar acuerdos para esquivar lo pactado, especialmente ante situaciones excepcionales. Es posible que sea beneficioso para ambos esa rebaja que tanto necesitas.

Solo podrás conocer el calado (y el grado de realismo) de lo que estás pidiendo si conoces bien tus límites, tal y como se encuentran establecidos a nivel contractual y legislativo. 

Consulta el precio medio del alquiler de la zona

Debes justificar tu solicitud de forma objetiva para que resulte seria e informar al propietario acerca de tus circunstancias y las del mercado. Solo así el propietario podrá valorarla de forma justa.

A modo de preparación personal, no está de más conocer la demanda de alquiler en tu zona en el momento de negociar, cuánto duran los inmuebles como el tuyo en el mercado... Si hay mucha demanda de alquiler y se trata de demanda de calidad, tus opciones se reducirán (y viceversa).

Si quieres conocer los precios medios de las casas en alquiler que se manejan en tu zona, puedes consultar el informe de precios de idealista, que se actualiza mes a mes.

Destaca tu perfil de inquilino

Desde tu puntualidad en el pago de cada mensualidad, hasta tu civismo y buen cuidado del inmueble, pasando por una justificación de cualquier cambio en tu situación económica (por ejemplo, que destinas al pago de tu renta el 40 o 50% de tus ingresos), es necesario resaltar todos los puntos a tu favor.

Comunica la intención de permanencia en la vivienda

Si eres un buen inquilino, una buena baza para negociar es comunicar tu intención de vivir en el inmueble durante mucho tiempo. Esto hará que el propietario pueda pensar más a largo plazo y mirar con otros ojos una posible rebaja de tu renta.

También puedes proponer que la rebaja sea temporal, basada en las circunstancias actuales y excepcionales. Si bien es recomendable dar forma legal a este cambio contractual para que ambas partes queden protegidas en cuanto a los términos de una futura revisión.

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Resalta las carencias de la vivienda

Si una negociación en positivo no funciona, un 'plan B' puede consistir en recordar los aspectos negativos o carencias de la vivienda, posibles incumplimientos que estés soportando... Aunque optar por esta vía puede provocar que el propietario se cierre aún más en banda.

Haz una propuesta realista

Si propones una rebaja de precio desorbitada, es muy probable que tu arrendador la rechace de plano y no muestre ningún ánimo de negociar. Por eso, es tan importante que hagas números y que muestres cierto grado de empatía con respecto a la situación de tu casero, que puede no ser tan óptima como crees.

Puedes partir de una rebaja un poco por encima de la que puedes llegar a aceptar para que exista cierto margen de mejora a favor del propietario, pero debes ser realista en cuanto a tus expectativas y proponer una solución equilibrada y justa.

Pon de manifiesto tus puntos fuertes

Un sueldo fijo o un contrato indefinido es una ventaja significativa al momento de negociar. Cuanto mayor sea la estabilidad y solvencia financiera que poseas, más fácil será negociar algunos términos del contrato. Destaca esto, así como la seguridad que ofreces.

Si eres funcionario, este beneficio se acentúa aún más, ya que los empleados públicos cuentan con un puesto de trabajo estable y, por ende, con ingresos seguros. Este es un argumento sumamente valioso para solicitar una reducción en el precio del alquiler a cambio de proporcionar tranquilidad al propietario.

Referencias de antiguos caseros

Independientemente de si vas a entrar como nuevo inquilino, o si ya lo eres y quieres negociar el precio para lograr una rebaja, las referencias de anteriores alquileres pueden ser la clave.

Si cuenta con buenas referencias de antiguos arrendadores, esto te puede ser de gran ayuda, ya que ofrecen una garantía de seguridad para el casero, quien podrá suponer, en función de estas, lo beneficioso que es mantenerte como inquilino. Para ello, aporta pruebas, como el antiguo contrato de alquiler, entrega el certificado de inquilino no moroso o pon en contacto a tu antiguo casero con el nuevo.

Muestra una buena actitud

Ser puntual en los pagos y haber asumido pequeñas reparaciones, como pintar o cambiar electrodomésticos en caso de avería, aunque fuese responsabilidad del propietario, son factores que fortalecerán tu posición de negociación. 

Siempre hay mayor predisposición a negociar con alguien amable y responsable que con una persona agresiva y descuidada. Recuerda: negociar no es exigir, es consensuar.

¿Cuánto se puede negociar el precio de un piso en alquiler?

Se estima que el 75% de los inquilinos logra rebajar el precio de su alquiler. Estas rebajas suelen llegar, como máximo, hasta el 15%, una cifra nada desdeñable. 

Si se consigue este 15% de rebaja, por ejemplo, para un alquiler de 1.200 euros, se lograría ahorrar 180 euros. Es decir, se conseguiría una renta rebajada de 1.320 euros/mes.