Conoce qué es, cómo funciona y qué límites existen en cuanto a la calefacción central en un edificio
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Calefacción central
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Contar con calefacción central suele ser sinónimo de ahorro en tu factura total de suministros, ya que su precio, así como los costes asociados a su mantenimiento, suelen ser inferiores que en el caso de las instalaciones y consumos individuales. Además, cada vez contamos con sistemas más modernos de calefacción centralizada, en los que se combinan fuentes tradicionales (como el gas) con otras procedentes de energías renovables, especialmente la solar, altamente subvencionada. 

Toma nota de qué es la calefacción central, cómo funciona, qué tipos existen y qué dice la normativa al respecto. 

¿Qué es el sistema de calefacción central?

La calefacción centralizadacalefacción comunitaria consiste en un sistema de calefacción colectiva que presta servicio a todos los inmuebles dentro de un edificio. Normalmente calienta tanto los radiadores de cada vivienda como el agua caliente que utilizamos en el sistema de fontanería. 

Nos encontramos con distintos tipos de calefacciones centrales en función de la fuente de energía utilizada. Sin embargo, suele ser común a todas ellas contar con una caldera central, que será la responsable de generar calor para todo el inmueble, repartiéndolo de forma homogénea entre todas las viviendas.

Como veremos, los sistemas de calefacción central suelen funcionar con gasóleo o gas natural, aunque las más modernas utilizan también energías renovables, especialmente la solar. La calefacción central a gas es especialmente frecuente. 

Hay que tener en cuenta que la calefacción central también puede instalarse en un grupo de viviendas que no pertenezcan al mismo edificio o bloque. Basta para su existencia con que un único sistema preste servicio a varias viviendas o locales. Sin embargo, el ejemplo clásico es el de la calefacción central en edificios.

¿Cómo funciona la calefacción central?

Los sistemas de calefacción central utilizan distintas fuentes de energía para producir calor, que luego se repartirá entre todos los inmuebles conectados a su red.

Lo normal es que exista una instalación única en la que se recibe el combustible y se genera el calor, tratándose de un área que debe cumplir con toda una serie de normas de seguridad. Desde ese punto se distribuirá el calor entre todas las viviendas, a través de tuberías y radiadores.

Los combustibles más utilizados en la calefacción centralizada son el gas natural, el gasoil o propano. Sin embargo, encontramos también instalaciones de última generación en las que se recurre a la energía fotovoltaica. Otra posibilidad son las instalaciones de calefacción central de biomasa, que utilizan la combustión de materia de origen vegetal (pellet, astilla, etc.), así como de geotermia y aerotermia (que utilizan la energía del aire o la procedente de la tierra).

Una vez calentada el agua, ésta circulará por las tuberías del edificio, llegando a los radiadores de cada inmueble. La temperatura se reparte de forma uniforme (no es posible regularla en cada vivienda, aunque sí la entrada del radiador), así como en los mismos horarios y con la misma intensidad en función del momento del año.

Si te preguntas cuándo se apagan las calefacciones centrales, ello depende de lo que establezca cada comunidad, a través de acuerdo de la junta de propietarios, que podrá adoptarse por mayoría simple. Lo normal es que a partir del mes de abril y hasta octubre o noviembre no sea necesario encender las calderas. 

En cuanto al gasto en calefacción central, se ha repartido tradicionalmente por igual entre todos los vecinos, aunque las cosas han cambiado a raíz de distintas normativas que buscan una mayor racionalización del consumo, así como un reparto más justo del gasto que tenga en cuenta el uso que cada vecino hace de este servicio. 

Cómo funciona la calefacción central
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Normativa vigente para edificios con calefacción centralizada

Desde hace un tiempo se ha hecho necesario contar con contadores individuales de calefacción central en las comunidades en la que se utilice este tipo de sistema. 

Esta individualización de la calefacción central tiene como finalidad hacer un uso más racional de este recurso, de forma que cada vecino sea consciente de su propio consumo y asuma una factura correspondiente a los recursos efectivamente utilizados. Así se evita, al mismo tiempo, que algunos vecinos acaben pagando de más debido al consumo excesivo o más elevado de otros.

La más reciente normativa sobre la calefacción central y el reparto de costes de calefacción en comunidades emana de la Directiva Europea 2012/27/UE de Eficiencia Energética, que estableció que, a partir del 1 de enero de 2017, todos los hogares debían disponer de contadores individuales de calefacción.

La regulación de la individualización del consumo de calefacción central en comunidades de vecinos en España, fruto de la transposición de la Directiva de 2012, llegó en 2020 (y, por tanto, con retraso), a través del Real Decreto 736/2020 que regula la contabilización de consumos individuales en instalaciones térmicas de edificios.

El plazo de aplicación del contenido Del Real Decreto 736/2020, que establece la obligatoriedad de individualizar el consumo en calefacción central, se cumplió el pasado mes de mayo de 2023, si bien existen excepciones.

Esta norma afecta a edificios con sistemas de calefacción o refrigeración construidos antes de la aprobación del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios de 1998, dado que todas las construcciones posteriores ya están obligadas a individualizar la contabilización del consumo. Eso sí, se crean determinadas excepciones y se fija como requisito general que la instalación necesaria para esta individualización sea "posible técnicamente" y "económicamente rentable".

Cómo controlar el consumo centralizado de calefacción

Existen diferentes sistemas en el mercado diseñados para controlar el consumo centralizado de calefacción de forma individualizada. El objetivo es conseguir que cada usuario sea consciente de cuánto ha gastado en relación con el total y que, en consecuencia, pueda pagar una factura justa.

De lo contrario, resulta muy sencillo que cada vecino realice un gasto desmesurado, contando con la 'solidaridad' existente entre todos a la hora de repartir el consumo total. 

Existen principalmente dos sistemas que permiten obtener datos de consumo de cada usuario: los contadores de energía térmica y los repartidores de costes. El primero mide la energía que consume el sistema de calefacción de cada usuario, mientras que el segundo estima la energía que emite cada radiador. En función del sistema de distribución instalado (en anillo o por columnas), se optará por uno u otro.

Cómo controlar el consumo centralizado de calefacción
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¿Qué va a pasar con las calefacciones centrales?

Existen dudas acerca del futuro de los sistemas de calefacción central: hay quienes piensan que las calderas comunitarias estarán prohibidas o quienes se preguntan si se producirá un 'apagón' de las calefacciones centrales.

Nada más lejos de la realidad: de hecho, los sistemas comunitarios suelen ser más eficientes, ya que existe una única instalación de aprovechamiento común y un mayor poder de negociación en cuanto al precio del suministro. 

Además, el hecho de actuar de forma comunitaria suele facilitar la inversión en calefacción central con energías renovables. Los vecinos podrán gastar menos en este tipo de instalación que si lo hicieran individualmente y también podrán amortizar antes este gasto.

Es un hecho que tanto desde Europa, como desde España, se promociona la inversión, también comunitaria, en fuentes de energía renovables. También se han eliminado trabas a la hora de crear comunidades energéticas, que pueden trascender los límites de la propiedad horizontal. 

Además, también existe la llamada tarifa regulada del gas o TUR para comunidades de vecinos con calefacción central, si bien desde el pasado 30 de septiembre de 2023 es requisito para mantenerla disponer de contadores individuales. 

¿Qué es mejor, la calefacción central o individual?

En la 'batalla' calefacción central vs. individual, la primera suele salir ganando por cuestiones económicas y medioambientales. Si te preguntas qué tipo de calefacción es más barata, la respuesta es que normalmente la calefacción central nos permite cierto ahorro con respecto a la calefacción individualizada.

Así, el precio de la calefacción central suele abaratarse gracias a la existencia de instalaciones comunes y a la posibilidad de acceder a tarifas más económicas por el volumen consumido.

Una de las grandes ventajas de la calefacción central más allá del precio, es que este sistema suele ser muy valorado por potenciales compradores o arrendadores para tu inmueble. En cuanto a las desventajas, si no estás en la vivienda una temporada, deberás pagar igualmente por el servicio. Tampoco podrás controlar el horario de funcionamiento, aunque sí la intensidad con la que funcionan los radiadores.

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