Con la llegada del frío y la bajada de las temperaturas surge de nuevo la gran duda: ¿A qué temperatura hay que poner la calefacción? Lo cierto es que la respuesta depende de múltiples factores, incluyendo nuestras propias preferencias en cuanto a confort. Sin embargo, existen una serie de reglas generales que pueden ayudarte a elegir a cuánto poner la calefacción.
La temperatura recomendada de la calefacción
La temperatura óptima para la calefacción durante los meses de frío se encuentra entre los 19 y los 21 °C.
Se trata de un rango de temperaturas sobre el que existe un amplio consenso, ya que distintos estudios y expertos coinciden en este criterio, y ello teniendo en cuenta tanto nuestra salud como el confort necesario para estar cómodos en casa, además del cuidado del medio ambiente.
¿A qué temperatura poner la calefacción para dormir?
Durante la noche no es necesario mantener la misma temperatura en casa que durante el día y es posible bajar el termostato hasta los 15-17 °C.
Esto se debe a que, normalmente, durante estas horas estaremos durmiendo y, por tanto, protegidos bajo la ropa de cama de invierno, que debería servir para garantizar el confort necesario durante el sueño.
Temperatura ideal de la calefacción por habitaciones
Para saber a qué temperatura poner la calefacción en invierno hay que tener en cuenta que los usos y particularidades de cada estancia admiten pequeñas e incluso grandes variaciones. Estos son algunos ejemplos:
- Salón, comedor y despacho: Se trata de las zonas del hogar donde más tiempo solemos pasar y también donde más sedentario suele ser nuestro comportamiento. Por eso, es en estos lugares en los que debemos incidir para mantener la temperatura media adecuada.
- Cocina y baño: Son estancias con menos uso donde basta con alcanzar los 17-18 °C. Además, en ellas es frecuente el uso de agua caliente y de pequeños o grandes electrodomésticos (secador, horno, placa vitrocerámica, etc.) que generan calor, por lo que podremos aprovechar su uso para estar más cómodos.
- Dormitorio y pasillos: En este caso, basta con entre 15 y 17 °C. En el caso del pasillo, se trata de una zona de paso en la que no es necesario mantener un confort elevado. En cuanto a la habitación, solemos pasar poco tiempo en ella y utilizarla para dormir.
Estas reglas generales pueden modularse en función del tipo de uso que hagas de tu hogar. Si, por ejemplo, tienes un bebé o niños pequeños en casa, su habitación deberá estar a una temperatura superior, de entre 22 y 24 °C durante el día y 18-20 °C durante la noche.
¿A qué temperatura se debe empezar a poner la calefacción?
Una cosa es la temperatura ideal y otra muy distinta es cuándo poner la calefacción para alcanzarla:
- La regla general nos dice que es preferible evitar los 'picos' de consumo, o lo que es lo mismo, demandar una temperatura muy elevada al sistema de calefacción para que caliente la vivienda en muy poco tiempo.
- Por el contrario, se recomienda regular los termostatos teniendo en cuenta la temperatura ideal de cada estancia, y darles tiempo para alcanzarla. Como veremos, el uso de termostatos programables facilitará enormemente el ahorro y el confort.
Normalmente, basta con encender la calefacción una hora o dos antes de llegar a casa, aunque ello dependerá de factores como el número de radiadores, las dimensiones de tu vivienda, la calidad de su aislamiento térmico, etc.
Consejos para ahorrar en calefacción
Reducir tu consumo energético no solo ayudará a tu bolsillo, sino también al planeta e incluso a tu salud. Toma nota de estos consejos para mantener un ambiente agradable en casa durante todo el año:
- Utiliza un termostato digital programable: Esto te permitirá elegir diferentes temperaturas en función de tus necesidades, ahorrando así energía cada día.
- Analiza tus necesidades de consumo para evitar un gasto innecesario. No es lo mismo pasar el día fuera porque trabajas en una oficina que tele trabajar en casa. Si tienes una hora de llegada aproximada que se cumple cada jornada, tenlo en consideración para que tu hogar se caliente poco a poco durante las horas previas.
- Ten en cuenta las características de tu vivienda: Tanto la orientación, como la altura de tu casa o la distribución interna del inmueble, etc., influyen tanto en la temperatura interior como en su mantenimiento.
- Aplica mejoras en tu hogar: Puede que haya llegado el momento de cambiar puertas o ventanas, de mejorar el aislamiento de suelos o paredes, de invertir en unas cortinas de invierno o de comprar unas buenas mantas que te ayuden a estar cómodo durante los meses de frío.
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