Se erige sobre una antigua base militar secreta de la II GM. Es obra de los diseñadores Sander van Schaik y Robert-Jan de Kort, que el prestigioso Premio Heuvelink
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Stay Under the Radar es obra de los diseñadores Sander van Schaik y Robert-Jan de Kort y se encuentra en un anitguo aeródromo militar camuflado como instalaciones agrícolas.
Stay Under the Radar Jeroen Musch

Las antiguas bases militares en desuso, en ocasiones, han sido adaptadas para nuevos usos, como por ejemplo nuevos barrios residenciales, universidades u hoteles. Algunos ejemplos los podemos encontrar en el barrio de Santa Clara de Sevilla o la Universidad de Alicante, situada en el antiguo aeródromo de la Rabasa, cuya torre de control son dependencias de relaciones internacionales. Y en el ámbito hotelero podemos hacer referencia a “Stay Under the Radar", un refugio vacacional ubicado en los Países Bajos erigido en una antigua base militar secreta de la Segunda Guerra Mundial.

Inspiración militar en el diseño arquitectónico

El diseño de "Stay Under the Radar" fusiona historia militar y diseño futurista, integrando elementos inspirados en el F-117 Nighthawk, un icono de la aviación furtiva. El proyecto es obra de los diseñadores Sander van Schaik y Robert-Jan de Kort, quienes han logrado plasmar en esta vivienda compacta un homenaje a la historia bélica, combinado con un diseño vanguardista y funcional, y por el cual ganaron el prestigioso Premio Heuvelink al mejor proyecto de nueva construcción en Arnhem.

La estructura parece una figura misteriosa, con sus rejillas plegadas, como si hubiera aterrizado en medio del bosque.
Base de rejillas Jeroen Musch

El edificio está construido en la finca Buitenplaats Koningsweg, un aeródromo militar camuflado como instalaciones agrícolas durante la II Guerra Mundial. Esta localización es la base de inspiración para este refugio, la cual proviene directamente del avión de combate F-117 Nighthawk, famoso por su diseño angular y superficies inclinadas que lo hacen prácticamente invisible al radar.

El primer nivel alberga un salón con asientos, una mesa de comedor, una cocina integrada y un baño.
Planta baja Jeroen Musch

Este concepto ha sido trasladado al refugio vacacional, cuya forma geométrica y exterior negro mate evocan el espíritu de este avión de ataque furtivo. Según los diseñadores, la estructura "parece una figura misteriosa, con sus rejillas plegadas, como si hubiera aterrizado en medio del bosque". El uso de un acabado negro en la fachada refuerza esta sensación de sigilo, recordando las misiones encubiertas del F-117.

El edificio está situado cerca de los árboles, los cuales proporcionan sombra y ayudan a mitigar el calentamiento, especialmente debido a su fachada de caucho negro.
Entre los árboles Jeroen Musch

El nombre de la vivienda, "Stay Under the Radar", también hace un guiño directo a la historia del lugar donde se encuentra. El refugio está ubicado cerca de la Torre de Radar, una construcción utilizada para entrenar a los operarios de radar en la posguerra. La torre contaba con una imponente instalación de radar en su tejado, lo que convierte a este enclave en un testimonio de la tecnología militar de la época.

Diseño compacto y eficiente

A pesar de ocupar solo 48 metros cuadrados distribuidos en tres niveles, "Stay Under the Radar" es más que una simple casa diminuta. Su estructura, construida con acero y madera recubierta de caucho, se asienta sobre pilotes atornillados en lugar de cimientos de hormigón, una técnica más respetuosa con el medio ambiente. Esta decisión minimiza el impacto en el terreno y permite que la construcción se integre de manera más suave en su entorno natural.

El diseño interno de la casa está pensado para maximizar el espacio sin sacrificar la comodidad. La planta baja alberga un salón con asientos, una mesa de comedor y una cocina integrada. También incluye un cuarto de baño completo, con ducha, lavabo e inodoro separados. En el segundo nivel se encuentra un dormitorio con dos camas individuales, mientras que el tercer piso cuenta con una cama doble y un techo de cristal, permitiendo a los residentes disfrutar del paisaje.

En el segundo nivel se encuentra un dormitorio con dos camas individuales.
Primer piso Jeroen Musch

Uno de los retos principales de la construcción fue la gestión del calor, dado que la fachada de caucho negro puede absorber mucho calor durante el día. Para contrarrestar este problema, los diseñadores incorporaron aberturas y suelos enrejados que favorecen la circulación del aire, permitiendo una ventilación eficiente. Además, la vivienda está situada cerca de los árboles, los cuales proporcionan sombra y ayudan a mitigar el calentamiento, especialmente debido a su fachada de caucho negro.

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