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El Acueducto de Segovia es una de las infraestructuras hidráulicas mejor conservadas del mundo romano.
Acueducto de Segovia David de Andrés Martin

“¿Qué han hecho los romanos por nosotros?” Seguro que esa frase no merece presentación ya que es una de las más icónicas del cine. Y es que, el Imperio romano, no solo nos ha legado ruinas espectaculares, mitos y leyendas.

El conocimiento romano de la técnica, la ingeniería y la organización social ha sobrevivido al paso del tiempo, adaptándose a las nuevas necesidades y tecnologías de las sociedades modernas. Muchos de sus inventos y avances tecnológicos han llegado, con variaciones, hasta nuestros días. A continuación, vamos a descubrir algunos de los más sorprendentes.

1. Acueductos y canalización de agua

Uno de los grandes logros de la ingeniería romana fue su sistema de abastecimiento de agua. Los acueductos son los elementos más representativos y, quizás, más conocidos del mundo romano.

Estas infraestructuras permitían transportar agua desde fuentes lejanas hasta las ciudades, gracias a un uso preciso de la gravedad y la pendiente. A través de canales subterráneos y elevados, el agua llegaba a fuentes públicas, termas y viviendas de la élite.

Hoy, este principio sigue vivo en la ingeniería hidráulica moderna. Aunque usamos materiales más avanzados, el concepto básico de canalizar agua por gravedad y distribuirla en redes urbanas proviene directamente del ingenio romano.

2. Hormigón romano

El uso del hormigón no es una cosa del Movimiento moderno ni del siglo XX. Los romanos mezclaban cal viva, puzolana (ceniza volcánica) y piedras para obtener un material extremadamente duradero, que ha resistido siglos en obras como el Panteón o el Coliseo. Este material era llamado opus caementicium, u hormigón romano.

En la actualidad, el hormigón moderno es distinto en su composición, pero la idea de un material moldeable que endurece con el tiempo y permite construir estructuras sólidas a gran escala sigue siendo fundamental en la arquitectura y la ingeniería civil.

3. Carreteras pavimentadas

Los romanos desarrollaron una extensa red de vías pavimentadas, que alcanzó más de 80.000 kilómetros. Estas calzadas, construidas con varias capas de piedra y tierra apisonada, permitían el paso eficiente de ejércitos, mercancías y correos. Muchas de ellas trazaban rutas que aún se conservan en la actual red vial europea, como la Vía Augusta en España o la Vía Appia en Italia.

El principio de construir vías estables, elevadas y bien drenadas sigue siendo el fundamento de las carreteras modernas. Algunas calzadas romanas aún se conservan y pueden recorrerse a pie en países como Italia, Francia o España.

4. Calefacción por hipocausto

Las viviendas romanas más sofisticadas (de los patricios y otros ciudadanos plenos) y, sobre todo, los baños públicos –las termas–, utilizaban un sistema de calefacción llamado hipocausto, que distribuía aire caliente bajo el suelo y a través de paredes huecas. Una especie de “suelo radiante” muy primitivo, pero ingenioso.

Hoy, este principio se ha sofisticado con tecnologías modernas, pero el concepto de calefacción por suelo radiante se considera una de las formas más eficientes y confortables de climatización en la arquitectura contemporánea.

5. Alcantarillado y saneamiento urbano

La Cloaca Máxima de Roma, una de las primeras grandes redes de alcantarillado del mundo, demuestra hasta qué punto los romanos valoraban la higiene y el saneamiento. Permitía evacuar aguas residuales y prevenir enfermedades en una ciudad que llegó a tener más de un millón de habitantes.

Actualmente, los sistemas de alcantarillado son indispensables en cualquier núcleo urbano, y muchos principios hidráulicos usados por los romanos se siguen aplicando, aunque con tecnologías más avanzadas.

6. Calendario y división del tiempo

El calendario juliano, instaurado por Julio César en el año 46 a.C., es el antecesor directo del calendario gregoriano que usamos hoy. El calendario estableció el año de 365 días con un día extra cada cuatro años (el bisiesto), y organizó los meses tal como los conocemos actualmente.

El calendario fue ajustado siglos más tarde por el papa Gregorio XIII para corregir errores acumulados, pero la base del sistema actual sigue siendo romana, incluidos los nombres de los meses como enero (Ianuarius), marzo (Martius) o julio (Iulius).

7. Derecho romano

Más allá de los inventos materiales, el derecho romano ha influido profundamente en los sistemas jurídicos de muchas naciones. Principios como la presunción de inocencia, la propiedad privada, los contratos o la división de poderes siguen estando presentes en las legislaciones modernas.

No es casualidad que en muchas facultades de derecho aún se estudie el Corpus Iuris Civilis como fundamento del derecho civil moderno.

8. Los periódicos

El Acta Diurna era una publicación de los acontecimientos diarios en la antigua Roma. En ella se incluían noticias del Senado, edictos, nacimientos, fallecimientos, e incluso cotilleos del foro. En época de Julio César, incluso, las obras diarias del Senado eran públicas.

Era un sistema regular de información pública, accesible y actualizado, que hoy en día perdura en los medios escritos, radiofónicos, digitales e institucionales.

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