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Entre 1995 y 1997 la paradisiaca Montserrat vivió varias erupciones volcánicas que acabaron con la vida de 19 personas y arrasaron la mitad de la isla caribeña provocando un éxodo masivo de millonarios que habían construido allí espectaculares mansiones. Sus lujosas casas acabaron abandonadas, anegadas por el barro, la lava y la ceniza.

Tras dos décadas de abandono, el fotógrafo Shane Thoms ha retratado cómo la naturaleza ha vuelto a conquistar aquel territorio que le 'robaron' las mayores fortunas del mundo. Así lucen hoy las residencias veraniegas que arrasó el volcán Soufrière Hills. 

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