
“Los incendios matan, pero la protección es posible”. Esta frase, aunque recurrente, no acaba de ser interiorizada por los ciudadanos ni por las Administraciones.
El último incendio en un edificio residencial se ha cobrado la vida de un hombre de 72 años y 21 heridos, dos de ellos graves, en la ciudad madrileña de Alcalá de Henares. Pero, desgraciadamente es solo uno de los cientos de miles que se registran anualmente en España y que pone el foco en la desprotección de las personas y los hogares más vulnerables.
El último informe sobre víctimas de incendios en viviendas, realizado por la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) y la Fundación Mapfre, señala que en 2019 fallecieron 165 personas, un 34% más que en 2018, de las cuales 125 estaban su casa. El total de incendios fue de 129.544 (un 9% más que en 2018). Y en viviendas, se produjeron 54 incendios diarios (un 28% más que en 2018).
La situación no parece mejorar. Desde diciembre pasado hasta mediados de enero de 2021, se han incrementado los incendios en vivienda. Los expertos vuelven a alertar de un aumento de la frecuencia de estos siniestros, que se han incrementado un 8% durante 2020. Son datos de la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios (Tecnifuego), recogidos, a su vez, de fuentes del seguro y de los bomberos.
El confinamiento ha tenido mucho que ver con este aumento de incendios. “La ocupación máxima de las viviendas, permanecer durante muchas horas el día en casa y la conexión de numerosos aparatos eléctricos provocó ese incremento. Desde octubre a diciembre de 2020 igualmente se detectó un aumento debido a falta de mantenimiento en la red eléctrica, defectos en los calefactores y estufas, y descuidos de velas, cigarros, sartenes y fuentes de calor en general”, explica Antonio Tortosa, vicepresidente de Tecnifuego.
Según apuntan las estadísticas, el invierno es la estación con mayor número de víctimas mortales por incendio en el hogar (entre el 65% al 70%); los ancianos, el colectivo más vulnerable (49% de las víctimas son mayores de 65 años); y el periodo nocturno, mientras se duerme, el de mayor número de víctimas (55% de muertes).
La desprotección contra incendios en hogares preocupa a los especialistas. Aunque reconocen que en el 96% de los casos no pasan de conatos, estos se podrían evitar disponiendo de una manta ignífuga o un extintor.
Tampoco la legislación ayuda. Desde hace años Tecnifuego solicita un cambio en el Código Técnico de la Edificación (CTE) para que toda la obra nueva incorpore sistemas contra incendios, especialmente detectores en el interior de la vivienda al ser un elemento primordial en el primer momento de un incendio. “A este requerimiento se han sumado asociaciones de bomberos, aseguradoras y otras entidades cercanas a la problemática de los incendios”, dice Tortosa.
Según el vicepresidente de Tecnifuego, está demostrado que los detectores evitan muertes, al avisar y dar oportunidad para escapar. Los nuevos sistemas además pueden conectarse a una central de alarmas de incendios que darían aviso a los bomberos y acudirían rápidamente a la vivienda.
En España, la implantación del detector no llega ni al 10% de los hogares, mientras que en Francia, Alemania o Gran Bretaña, las cifras rondan el 90% gracias a la legislación de sus respectivos gobiernos.
Igualmente, en el aspecto constructivo, desde Tecnifuego defienden una mayor exigencia en la reacción al fuego de los materiales, fachadas y estructuras, así como de los elementos de compartimentación.
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