Todos los años por estas fechas tenemos que lamentar víctimas mortales a causa de incendios en viviendas que se pudieran haber evitado si se hubiesen interiorizado los consejos del Cuerpo de Bomberos.
Hasta la fecha, calefactores, braseros e incluso velas han causado al menos 15 fallecidos y numerosos heridos, principalmente por inhalación de humo, en apenas unas semanas.
La celebración de la Navidad siempre es sinónimo de adornos y velas, iluminación especial, comidas y cenas hogareñas, calor junto a la chimenea o la estufa… Y claro, nuestra vivienda se convierte en el epicentro de las fiestas y donde transcurre gran parte de nuestro tiempo.
Las estadísticas indican que son muchos los accidentes que se pueden producir, siendo las personas mayores y los niños los grupos más afectados.
Para que la Navidad no deje de ser especial, recopilamos algunos de los consejos de los Bomberos de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, que no debemos pasar por alto si queremos tener la fiesta en paz.
En Navidad, los árboles, los adornos… suelen estar, por su simbología, en el centro de las celebraciones familiares, formando parte de ella, por lo que tenemos que tener un especial cuidado, sobre todo cuando hay niños alrededor.
Si en la decoración navideña colaboran los más pequeños, siempre deberán estar acompañados por un adulto, que vigilen, además, que no jueguen con las luces y la instalación eléctrica.
Las velas, siempre que estén encendidas, deben estar al cuidado de un adulto. Nunca hay que dejar a los niños solos en una habitación con una vela encendida. Todo lo contrario, hay que colocarlas fuera de su alcance o de mascotas que puedan tirarlas.
Conocida es la precaución de no encender velas en los dormitorios, por su riesgo a quedarnos dormidos, colocarlas a menos de un metro de distancia de materiales combustibles o en ventanas o puertas donde las corrientes de aire pueden hacer que prendan materiales cercanos.
Aunque no es algo excepcional por estas fechas navideñas, nunca está de más informar sobre la prevención de incendios en la cocina, máxime si estamos haciendo uso de sartenes y cacerolas con una vestimenta no apropiada.
Para empezar, es importante ponerse ropa de “faena” y evitar cocinar con mangas anchas pues pueden llegar a prenderse cuando existen encendedores con fuego.
También es una obviedad colocar las sartenes con los mangos hacia dentro, pues ante cualquier descuido o despiste de algún niño se pueden volcar.
Aun cuando tengamos muchos invitados en casa, nunca hay que llenar la sartén más de la tercera parte ni dejarla desatendida cuando esté en el fuego. Por supuesto, se desaconseja poner comida si el aceite está excesivamente caliente.
También hay que tener en cuenta que los calentadores o estufas que existen en la cocina pueden producir gases tóxicos, por lo que es necesario cuidar el buen funcionamiento de estos aparatos y no tapar las rejillas de ventilación.
Tras una comida copiosa, lo mejor es reposar calentitos próximos al brasero. Sin embargo, este tipo de aparatos, aunque son eficientes, son peligrosos cuando se colocan bajo la mesa camilla pues pueden quemar los flecos de las faldas. Siempre hay que emplear rejillas de protección.
No hay que permitir que los niños jueguen demasiado cerca de los radiadores o estufas. Como mínimo tienen que estar a un metro de distancia.
Llegan los Reyes Magos y, cómo no, los juguetes. Demasiados. Un buen consejo de seguridad ante el fuego es mantener libre de juguetes la salida de las habitaciones y de la casa.
Está de más decir que las protecciones de los enchufes mediante clavijas especiales son la mejor opción para evitar que los niños puedan jugar a meter objetos o conectar juguetes que necesiten de corriente eléctrica sin autorización de los padres.
¡Felices y seguras fiestas!
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