Comentarios: 0
El Hotel Populus se ubica en el centro de Denver y ha sido diseñado por el estudio de arquitectura Studio Gang.
Hotel Populus Jason O'Rear

Los álamos temblones (Populus tremuloides) son un árbol nativo de América del Norte, conocido por su capacidad única de moverse con el viento, lo que les da el nombre de "temblones". Este fenómeno es causado por sus hojas redondeadas que a menudo vibran en respuesta al viento, creando un efecto visual que puede parecer que los árboles “respiran”. Esta característica, junto con su corteza blanca y sus ojos, que son pequeñas marcas circulares en su tronco, ha inspirado a arquitectos y diseñadores durante siglos.

El Hotel Populus tiene una forma triangular, lo cual optimiza las vistas al entorno natural que lo rodea.
Forma triangular Jason O'Rear

En el diseño moderno, el simbolismo de estos árboles se ha utilizado para reflejar la conexión entre la naturaleza y las estructuras humanas, especialmente en el ámbito de la sostenibilidad y el diseño orgánico. Un claro ejemplo de esto se encuentra en el diseño del Hotel Populus en Denver, donde el estudio de arquitectura Studio Gang ha tomado como referencia esos “ojos de álamo” para crear una fachada única que rinde homenaje a la ecología local.

El hotel alberga 265 habitaciones, espacios públicos y para eventos, como un jardín en la azotea de 12.542 metros cuadrados.
Espacios públicos Yoshihiro Makino

Los ojos de álamo

Ubicado en el centro de Denver, el Hotel Populus es una impresionante estructura de 13 plantas que destaca por su innovador diseño sostenible y su fachada inspirada en los álamos temblones. Conocido como el "primer hotel carbono-positivo" de Estados Unidos, Populus es un ejemplo de cómo la arquitectura moderna puede combinar la estética, la sostenibilidad y el respeto por la naturaleza local.

Las ventanas son de diferentes tamaños lo que favorece una interacción con la luz natural.
Ventanas Yoshihiro Makino

La fachada del hotel se compone de ventanas elípticas de distintos tamaños que reflejan los “ojos de álamo”, creando una estructura visualmente única que rinde homenaje a esos árboles autóctonos de Colorado. Para el estudio, el objetivo era crear un edificio que se inspirara en el carácter urbano de Denver y en la rica biodiversidad que rodea la ciudad: "Denver tiene un equilibrio único entre ser una ciudad vibrante y una puerta de entrada a algunos de los paisajes naturales más asombrosos del país".

Los interiores incorporan elementos reciclados, como vallas de nieve de Wyoming, chapas de cuero reciclado y madera recuperada.
Elementos reciclados Yoshihiro Makino

El Hotel Populus tiene una forma triangular, lo cual optimiza las vistas al entorno natural que lo rodea, y alberga 265 habitaciones, espacios públicos y para eventos, como un jardín en la azotea de 12.542 metros cuadrados. Las ventanas, de diferentes tamaños y con unas "tapas" que sobresalen para controlar la cantidad de luz directa que ingresa al interior, favorecen una interacción con la luz natural.

Compensación de carbono

Una de sus principales características es su enfoque en la sostenibilidad, lo que le ha valido el título de ser el primer hotel carbono-positivo del país. Esto significa que no solo compensa sus emisiones de carbono, sino que va más allá al generar un impacto positivo en el medio ambiente. El hotel utiliza hormigón de bajas emisiones, lo que reduce las emisiones de CO2 en un 30% en comparación con el hormigón convencional.

La fachada se compone de aberturas elípticas de distintos tamaños que reflejan los “ojos de álamo”, como homenaje a esos árboles autóctonos de Colorado.
Ojos de álamo Jason O'Rear

Asimismo, se han adoptado medidas adicionales para compensar la huella de carbono del edificio, como adquirir créditos de carbono por un valor de 7.000 toneladas métricas, lo que cubre las emisiones del proceso de construcción y ayuda a restaurar y preservar los bosques. Así, se plantaron 70.000 árboles a través de asociaciones con organizaciones como Grassroots Carbon, OneTreePlanted y Terrapass.

Además de todo esto, el diseño incluye una fachada aislada y una pantalla contra la lluvia de hormigón reforzado con fibra de vidrio, lo que mejora el aislamiento térmico y reduce la necesidad de calefacción y refrigeración. En ese sentido, también se ha buscado la reducción del consumo de energía a largo plazo mediante un tejado verde, que ayuda a reducir el efecto de isla de calor urbano y proporciona aislamiento adicional.

Las ventanas cuentan con unas "tapas" que sobresalen para controlar la cantidad de luz directa que ingresa al interior.
Ventanas con “tapas” Jason O'Rear

En cuanto a los interiores se han incorporado elementos reciclados, como vallas de nieve de Wyoming recuperadas, chapas de cuero reciclado y madera recuperada, lo que refuerza aún más el compromiso con la sostenibilidad.

Sigue toda la información inmobiliaria y los informes más novedosos en nuestra newsletter diaria y semanal. También puedes seguir el mercado inmobiliario de lujo con nuestro boletín mensual de lujo.

Ver comentarios (0) / Comentar

Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta