Salvando las distancias con la tecnología, la arquitectura administrativa también queda desfasada, sobre todo por motivos de espacio o de adaptabilidad. Así, en muchas ciudades, algunos edificios administrativos van quedando vacíos o en desuso. Sin embargo, cada vez son más los proyectos que apuestan por su transformación en lugar de su demolición.
Un buen ejemplo lo encontramos en Francia, donde se ha llevado a cabo la rehabilitación de una antigua oficina de correos en Brest, dándole una nueva vida como complejo residencial. El proyecto, diseñado por el estudio Chatillon Architectes, ha dado como resultado un edificio que combina historia, sostenibilidad y un elegante toque contemporáneo.
Una antigua joya art déco
Ubicado en la Rue de Siam, en pleno centro de Brest, este edificio ha vivido varias etapas a lo largo de su historia. Fue construido en 1927 con un estilo art déco por el arquitecto Georges Milineau, pero resultó severamente dañado durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Fue reconstruido en los años 50 y, durante décadas, funcionó como oficina de clasificación del servicio postal francés. Con el tiempo y los cambios logísticos, el edificio quedó sobredimensionado y perdió su función principal.
"Se trataba de un sombrío edificio administrativo que necesitaba una transformación profunda para seguir siendo útil a la ciudad", explican en el estudio. El edificio original seguía una planta en U en torno a un patio parcialmente cubierto, lo que ofrecía un interesante punto de partida para un rediseño centrado en el uso residencial.
La rehabilitación apostó por una reutilización adaptativa; es decir, en lugar de derribar, decidieron integrar el edificio en el tejido urbano contemporáneo mediante su renovación. Este tipo de proyectos de rehabilitación forma parte de una iniciativa nacional para reconvertir edificios públicos sin uso en viviendas accesibles para personas mayores y familias.
Para el estudio, la reutilización adaptativa “no solo es un enfoque más sostenible del desarrollo urbano, sino que también fomenta las conexiones entre el pasado y el futuro, garantizando que el edificio siga integrado en su entorno y continúe prestando servicio a la comunidad”.
Una ampliación con ladrillo de vidrio
El resultado de la rehabilitación son 93 apartamentos que van desde estudios hasta pisos de dos dormitorios. De ellos, 81 se encuentran dentro del edificio original, mientras que 12 se sitúan en una nueva ala añadida al complejo. Esta ampliación destaca por su arquitectura contemporánea y materiales cuidadosamente seleccionados.
"La nueva ala cuenta con una fachada de ladrillo de vidrio, material que sirve de homenaje a una ampliación previamente eliminada, y hormigón que complementa la piedra, el granito y el hormigón existentes", señala el estudio. Esta fachada translúcida no solo proporciona luz y privacidad, sino que también aporta un toque moderno al conjunto sin romper con su carácter histórico.
La ampliación se apoya sobre seis columnas estructurales, lo que permite generar un patio de entrada accesible desde el antiguo porche y un jardín cerrado que se conecta con las zonas comunes del edificio. Para el estudio, “la calidez del diseño en este jardín se introduce a través de las logias de madera de abeto Douglas, elegida por su resistencia al clima lluvioso de la ciudad”.
El espacio central, antiguamente dedicado a tareas de clasificación postal, se ha transformado en el corazón del complejo: un patio ajardinado que actúa como zona común para los vecinos. Cada apartamento cuenta con su propia cocina y baño, garantizando la independencia y comodidad de los residentes.
“En el caso de la oficina de correos de Brest, la creación de viviendas en el centro de la ciudad para todas las edades contribuye a la vitalidad tanto de la comunidad local como de la ciudad”, sentencia el estudio.
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