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Vivienda okupada
Vivienda okupada Getty images

¿Te imaginas seguir pagando una hipoteca por una propiedad que ya no puedes ni pisar? 

Para muchos propietarios en España, esto no es una hipótesis: es un día a día. 

Y es que se habla mucho de la okupación desde una óptica ideológica (derechos sociales, desahucios…), pero muy poco o nada del propietario atrapado entre la deuda y la impotencia legal. Una injusticia ignorada por el discurso político dominante que en este momento solo favorece a todo aquel que “se busca la vida” para demostrar su vulnerabilidad.

¿Pero qué pasa con la vulnerabilidad de ese propietario y deudor invisibilizado, que, “cual pagafantas” tiene que seguir cumpliendo con el compromiso del pago de su hipoteca?

Desde el aspecto mediático, social y legal, claramente el propietario es el gran olvidado. Pero no seré yo la que inicie un discurso buscando a los culpables, pues ya todos lo sabemos. 

Muchos propietarios y deudores españoles, asfixiados por tener que mantener a otros e indignados por ser los “pagafantas”, deciden dejar de pagar la hipoteca poniéndose en manos de la divina providencia, esperando que, en algún momento, la “justicia divina” sea quien verdaderamente les dé la razón. Y lo entiendo...

¿Qué pasa si tienes tu casa okupada y la hipoteca impagada?

Siempre he creído que tarde o temprano el bien será recompensado y el mal será castigado, no por las leyes humanas, sino por una fuerza trascendental o moral superior del Universo, pero este no es el caso. Si tienes una hipoteca impagada y el inmueble okupado, lo de la justicia divina no va a funcionar, lo siento. 

Primero vamos a ubicarnos, porque, aunque parezca de chiste tener que explicar esto, no es lo mismo tener un “okupa” que un “inquiokupa”.

  • Un “inquiokupa” es el que te estaba pagando un alquiler y, de pronto, te ha dejado de pagar, pero eso sí. Sigue haciendo su vida en tu propiedad “como si nada”.
  • Un “okupa” es el que le ha dado “una patada” a la puerta y se ha metido de forma ilegal en tu propiedad. Este también hace su vida “como si nada” en tu propiedad. 

Independientemente de que sea uno u otro y más allá del marco legal, ambos están de manera ilegal en tu propiedad, pero como en el ámbito de estas actividades las leyes vigentes están al servicio de la ilegalidad, dependiendo del cómo lo hayan hecho, el trato legal y los plazos para echarlos varían (y en algunos casos mucho). 

Si el que se ha quedado en tu casa era el inquilino, por muy moroso que sea, no lo vas a poder sacar así como así. Tendrás que empezar un procedimiento judicial de desahucio por impago del alquiler que puede durar meses, o años si resulta que éste dice ser vulnerable o simplemente porque hay saturación en los juzgados. 

Todo este tiempo, eso sí, tú estarás obligado a seguir pagando comunidad, suministros, impuestos y, por supuesto, tu hipoteca. 

Si resulta que el que tienes dentro es un okupa “de manual”, o sea, alguien que ha entrado a la fuerza sin contrato de ningún tipo, la cosa no mejora mucho. Aunque se supone que el desalojo debería ser más rápido, la realidad es que, el proceso también puede eternizarse.

Y es que debemos entender, que la ley, en lugar de protegerte a ti propietario, te pone a justificar que esa es tu casa. Literal.  

Pero si el okupa alega que vive allí demostrando que es su residencia habitual (y yo me pregunto: ¿cómo se comprueba eso?), tú, propietario, no puedes entrar, ni alquilar, ni vender. Debes permanecer en el limbo, pero eso sí, pagando como un campeón. Es importante que sigas siendo ese “pagafantas” para no meterte en un jaleo peor.

Bueno, pues así son las cosas. Una vez determinado el marrón en el que estás metido y mientras inicias una lucha legal dejándote más dinero en abogados y procuradores, vamos a ver qué podemos hacer con la hipoteca si ésta no la estás pagando. 

Cuando dejas de pagar una hipoteca y no tienes posibilidad alguna de ponerla al día, se entiende (debes interiorizar), que el inmueble que está en garantía lo vas a perder. 

Un inmueble que tiene una hipoteca impagada, lo puedes perder por dos vías: la judicial y la extrajudicial.  

Cómo perder la vivienda por impago de la hipoteca por vía judicial

Es posible perder la vivienda hipotecada dejando que el acreedor de ese préstamo hipotecario (el banco) ejecute su derecho de cobro mediante una demanda de ejecución hipotecaria, que conlleve a la subasta del bien, con su posterior adjudicación o la adjudicación de un tercero.  

En este caso, dejarás de ser el propietario del inmueble, el marrón del okupa o inquiokupa ya no será tuyo, pero te arriesgarás a seguir manteniendo una deuda remanente de ese préstamo hipotecario si no queda cancelado en su totalidad mediante la adjudicación. 

Si la casa, además, tenía cargas posteriores, embargos de administraciones públicas o de otras entidades privadas, éstas seguirán existiendo hasta el fin de tus días. 

Cómo perder la vivienda por impago de la hipoteca por vía extrajudicial

La otra manera de gestionar la situación de impago de un préstamo hipotecario, es sin duda, negociando con tu o tus acreedores. 

¿Cómo? Mediante una negociación extrajudicial, siempre existirá la posibilidad de evitar el peor de los escenarios (que es el descrito anteriormente). 

Debo aclarar que toda negociación extrajudicial que tenga que ver con un inmueble y una deuda que recaiga sobre el mismo parte por algo vital, que es: tener la posesión. Si pierdes la posesión, pierdes el poder, pero:  

¿Existe la manera de negociar la cancelación de un préstamo hipotecario que se encuentra en situación de impago si no tengo manera posible de recuperar la posesión a corto plazo?  La respuesta es sí. 

Esta parte es la que más me gusta, y es que, aunque suene increíble para muchos, el grandísimo problema de la okupación —provocado por decisiones políticas tomadas en los últimos años en España, que lejos de liderar en favor de la sociedad civil, trabajadora, decente y responsable, han terminado por obligarla a asumir un problema que en realidad nace de la falta de soluciones habitacionales reales para los más desfavorecidos— está siendo resuelto por los propios acreedores, quienes, ante tal panorama, no tienen más remedio que intervenir para resolver la morosidad. “La rueda tiene que seguir girando”. 

Sí. Ante la situación de impago de un préstamo hipotecario, aunque sientas que no tienes el poder porque has perdido la posesión, existen fórmulas estratégicas que solo los que conocemos este mundo somos capaces de entender y gestionar para ayudarte a cancelarlo de la mano del acreedor. 

Y mientras muchos nos esforzamos en evitar el conflicto que genera, hacer creer a un okupa o un inquiokupa que se puede permitir usar como si fuera suyo un inmueble que no lo es, el “aparente drama” de los desahucios seguirá existiendo pues, aunque en algunos casos mal y tarde, siempre llegan. 

Como siempre digo: ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos. 

Patricia Aragón es directora de transacciones en Creditaria España. Está especializada en la gestión y resolución de impagos relacionados con préstamos hipotecarios. Trabaja con clientes para ayudarles a encontrar soluciones extrajudiciales a sus deudas, mediante la cancelación de las mismas. Busca siempre los acuerdos más favorables para quienes enfrentan problemas financieros significativos.

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