La reforma de la instalación eléctrica: el gran olvidado de la rehabilitación de viviendas
La transición energética y la descarbonización de las viviendas pasan por mejorar la instalación eléctrica Getty images

Cada año, desde 2018 hasta ahora (y salvo 2020, por la pandemia), más de medio millón de viviendas usadas en España cambian de manos, lo que representa una oportunidad estratégica para impulsar su rehabilitación energética. Sin embargo, un 50% de los compradores desconoce el estado real del inmueble que ha comprado y de sus instalaciones, y apenas un 10% de los propietarios es consciente del estado real del inmueble adquirido.

Según el informe “La descarbonización del sector residencial en España: el papel de la instalación eléctrica en la vivienda. La visión de los expertos en rehabilitación”, elaborado por el Observatorio de la Rehabilitación Eléctrica de la Vivienda en España (OREVE), con la colaboración del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), se está desaprovechando una oportunidad magnifica a la hora de realizar el impulso necesario para mejorar la eficiencia energética del parque de viviendas en España con actuaciones destinadas a las necesidades reales encaminadas a la descarbonización y transición energética de las viviendas.

Y es que alrededor del 80% de las rehabilitaciones se centran en mejoras estéticas o funcionales, como renovar baños y cocinas, y exceptuando cambios en los cerramientos y ventanas, las actuaciones que contribuyen a la eficiencia energética o la descarbonización ocupan un papel secundario, según el estudio, que se ha centrado en las actuaciones sobre la actualización y renovación de la instalación eléctrica de las viviendas. 

Óscar Querol, director general AFME, ha destacado que “la actualización de la instalación eléctrica en la vivienda es fundamental para la electrificación de los nuevos consumos energéticos del hogar, la integración de energías renovables y el almacenamiento distribuido, además de garantizar la seguridad de las personas”, pero que apenas un 13% de los propietarios lo considera prioritario, pese a que el 60% de las viviendas rehabilitadas necesitaban actualizar su instalación eléctrica.

Otra brecha que se produce es que la mayoría de propietarios tiende a priorizar la estética y el confort inmediato frente a la eficiencia o la seguridad a largo plazo, como ha enfatizado Juan López-Asiain, director técnico de CGATE. “Este desequilibrio produce intervenciones parciales en la vivienda, que no resuelven totalmente las deficiencias estructurales del parque residencial español”, ha agregado.

Los expertos han afirmado que el coste medio de actualización de la instalación eléctrica se sitúa entre un 10% y un 11% del presupuesto total de una rehabilitación integral. Para los técnicos, esta inversión es importante: “sin una instalación eléctrica adecuada, la vivienda no puede electrificar nuevos usos como la climatización eficiente, la movilidad eléctrica o el autoconsumo fotovoltaico”, destacan.

La transición energética y la descarbonización pasan la instalación eléctrica

El estudio recuerda que el 40% del consumo energético residencial en España aún depende de gas o derivados fósiles, y que la transición energética a viviendas neutras en emisiones pasa por su electrificación. Sin una instalación eléctrica actualizada y segura la descarbonización del parque residencial será inviable.

Los profesionales reclaman que las ayudas públicas a la rehabilitación destinen al menos un 10% de su dotación a la actualización de la instalación eléctrica y que se promuevan campañas de sensibilización ciudadana que vinculen la rehabilitación no solo con el ahorro energético, sino con el bienestar, la salud y la seguridad de las personas.

Más información técnica a la hora de cerrar la transacción: “sabemos más de una batidora comprada en Amazon que de la vivienda que compramos para vivir”

Otra de las conclusiones del informe es que los técnicos consultados proponen exigir un informe técnico independiente sobre el estado real de la vivienda y sus instalaciones en las operaciones de compraventa o, incluso, de alquiler, que ahora no se produce con el Certificado de Eficiencia Energética de la vivienda, obligatorio en cada operación de compraventa.

“Esta medida permitiría proteger al comprador, fomentar decisiones informadas y ajustar el precio del inmueble a la realidad, facilitando las actuaciones orientadas a mejoras de la eficiencia y de la seguridad”, han destacado ambos portavoces, porque “sabemos más de una batidora comprada en Amazon que de la vivienda que compramos para vivir”.

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