Los conflictos entre vecinos son habituales en la convivencia diaria, pero cuando las fricciones superan ciertos límites, pueden convertirse en una forma de acoso conocida como 'blocking'. Esta conducta, cada vez más reconocida por su impacto psicológico y legal, implica una persecución persistente en el entorno comunitario que puede afectar gravemente la salud y la vida cotidiana de quien la sufre. Saber detectarla, probarla y actuar a tiempo es clave para protegerse.