Desde la década de 1960 hasta los 2000, una cuarta parte de las recesiones económicas en los países desarrollados vinieron acompañadas de fuertes caídas en el precio de la vivienda. Así lo destaca el semanario The Economist, que asegura que en los países ricos y, sobre todo, en los de habla inglesa, la vivienda es demasiado cara, lo que daña la economía y envenena la política. Y se da la paradoja de que las ciudades más productivas del mundo desarrollado no levantan suficientes viviendas nuevas para frenar las subidas del precio de la vivienda tanto en venta como en alquiler. Pero hay países con intención de revertir esta situación.