La Comisión Europea ha presentado una propuesta para reforzar los derechos de los consumidores cuando se averían dispositivos como televisores, lavadoras, y también teléfonos móviles, imponiendo a los fabricantes, por ejemplo, la obligación de reparar un aparato estropeado en lugar de reemplazarlo hasta 10 años después de su compra. "Exigiremos a los vendedores reparar (los dispositivos) cuando el arreglo sea más barato o cueste lo mismo que sustituirlo", ha explicado el comisario de Justicia, Didier Reynders.