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La vigésima edición de Barcelona Building Construmat, la feria de tendencias en el sector de la construcción, abrió ayer sus puertas en la Fira de Barcelona para mostrar las nuevas formas de construir. El certamen se centra este año en la sostenibilidad y la economía circular aplicadas al sector. En este sentido, los ayuntamientos de Barcelona y Santa Coloma de Gramanet expusieron sus experiencias para crear un modelo de construcción basado en reducir, reutilizar y reciclar.

En la feria se ve sorprendentes novedades aplicadas al ladrillo. Impresoras 3D, opciones para autorregular el consumo energético, materiales de construcción a base de neumáticos. Aunque la innovación y la tecnología es lo que engloba este Construmat, son el diseño, la sostenibilidad y la rehabilitación los pilares en los que se sustenta el Salón en su edición de 2017.  Además, una de las sesiones más relevantes del programa de este año se focaliza en la vivienda social, "viviendas que hacen ciudad", donde exponer los grandes retos que afronta la política en esta materia.

El regidor de Vivienda de Barcelona, Josep Mª Montaner, encargado de abrir el debate sobre la transformación urbana que viven continuamente las ciudades, defendió que esta no sirva solo para la gentrificación, sino para buscar fórmulas que "enraícen los vecinos a los barrios y eso pasa por proteger los comercios tradicionales", para evitar "que se vean expulsados por el incremento de los precios de los alquileres o por las obras urbanas que los propios ayuntamientos promovemos".

Para Montaner rehacer la ciudad no pasa solo por grandes obras urbanísticas, sino también por "repartir la vivienda, promoviendo coviviendas que refuerce lazos del vecino con el barrio", por ejemplo. En esta línea, Jordi Amela, director técnico de rehabilitación de viviendas en Barcelona Gestió Urbanística, subrayó que algunos de los retos que se plantea el Ayuntamiento es el de "que reconvertir este sector actualmente en crisis" en creador de ocupación y economía local.

Santa Coloma y la rehabilitación como transformación urbana

El caso que sirvió de ejemplo para encarnar cómo incide la rehabilitación en la transformación urbana fue el de la calle Pirineu de Santa Coloma de Gramanet, una población de la corona metropolitana de Barcelona. La alcaldesa de la ciudad, Núria Parlon, explicó cómo su ciudad busca la manera regenerar determinados barrios a través de implantar zonas verdes en barrios densamente poblados, levantar equipamientos municipales como bibliotecas o teatros, priorizar los peatones... de tal forma que retenga su población haciendo atractiva la ciudad.

Pero se dio cuenta que no podían incidir en las viviendas por ser zonas privadas, que recae en el propietario su buen mantenimiento. La calle Pirineus, ubicada en un barrio humilde, alberga inmuebles que superan los 50 años de construcción y donde nadie hizo el mantenimiento adecuado. Eso es, una correcta eficiencia energética, problemas de estructura o de humedad. Así, desde el Ayuntamiento impulsaron un proyecto con el que compensar este déficit de la ciudad.

El proceso de rehabilitación de las 36 viviendas de la calle Pirineus supuso una inversión inicial de 1,8 millones de euros para las arcas públicas. El resto se haría cargo los propietarios con tres modalidades de pago que se amoldaran a sus posibilidades económicas. El proyecto, que ha resultado un éxito entre los vecinos, esperan trasladarlo a otros barrios siguiendo la misma ruta de trabajo. 

Todos los ponentes compartieron que el sector de la construcción tiene futuro si la inversión recae en la inversión del parque existente. Un claro ejemplo de ello ha sido el último ganador del premio Mies van der Rohe, donde la renovación del DeFlat Kleiburg reinventó el megabloque en un nuevo edificio residencia contemporáneo antes de que fuese demolido y se construyera un nuevo inmueble en su lugar.

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