Los nuevos desarrollos en la Comunidad de Madrid, como los del sureste de la capital, Madrid Nuevo Norte, o ARPO Pozuelo supondrán un importante desafío tanto para el sector inmobiliario como para las administraciones públicas en la próxima década. En una jornada organizada por Wires, varios expertos desgranan los principales retos de estos ámbitos donde están proyectadas más de 260.000 viviendas para medio millón de habitantes, con más de 14 millones de m2 de zonas verdes y alrededor de 22.000 millones de euros de inversión.
Los expertos invitados al debate “Desarrollos urbanos: desafíos de un nuevo Madrid”, un evento de WIRES (Women in Real Estate Spain), han puesto el foco en la importancia de los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) adaptados al desarrollo urbanístico de lo que serán ciudades enteras. “El proceso de transformación de los desarrollos es brutal. El reto está en que toda esa transformación genere un producto final, que tiene que ser una ciudad habitable, que tenga una serie de componentes de sostenibilidad y ambientales máximos. Ser sostenible no es sólo incluir más zonas verdes, entendiendo sostenibilidad por algo que está más allá de lo ambiental”, ha destacado Marta Lora-Tamayo, directora de cátedra de la UNED-Instituto Lincoln de políticas de suelo.
Y es que la sostenibilidad se ha convertido uno de los puntos más importantes para los inversores, a la hora de apostar por los proyectos de inversión. “Las preocupaciones relacionadas con la sostenibilidad en el mundo inversor las ha habido desde hace mucho tiempo. Sin embargo, desde 2018 hasta hoy es cuando vemos que éstas están más estructuradas, con parámetros claros de medición y objetivos cuantificables más que cualitativos”, ha afirmado Esther Escapa, directora de Adquisiciones y desarrollo de AXA AM.
Además, se ha desgranado cuáles son los principales criterios que se tienen en cuenta para la sostenibilidad, que van relacionadas con la eficiencia energética, la medición de las emisiones de carbono, tanto durante el desarrollo del activo como tras la compra de un activo que ya existe. Y se ha valorado la utilidad de las etiquetas verdes, por sus criterios claros de implementación como son los certificados LEED, BREEAM o WELL.
Mercedes Torrejón, directora de urbanismo de CREA Madrid Nuevo Norte, ha destacado el trabajo que están haciendo en el ámbito de la histórica ‘Operación Chamartin’, que “será el primer proyecto urbanístico en Europa en conseguir las certificaciones LEED y BREEAM del proyecto”.
Y ha puesto el ejemplo del Centro de Negocios, que va a desarrollar un modelo energético neutro en carbono para alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU, que implica medidas concretas de neutralidad climática como ha destacado de transporte público cero emisiones, sistema de recogida de residuos de bajas emisiones, compromisos sostenibles de gestión de los sistemas de drenaje, así como medidas para la reutilización de agua en parcelas privadas.
Mayor flexibilidad a las administraciones y agilidad burocrática
Pero no todo está hecho en los futuros desarrollos de la Comunidad de Madrid. Los expertos también han criticado la falta de apoyos por parte de las administraciones competentes tanto desde la flexibilidad en el planeamiento a la agilidad en la tramitación, con plazos que se alargan en el tiempo y ponen en jaque la inversión, recordando los años que la mayoría de estos ámbitos han estado paralizados o en medio de recursos ante los tribunales.
Y es que las administraciones públicas, tanto la Comunidad de Madrid como los ayuntamientos donde se sitúan estos ámbitos, sobre todo el de Madrid capital, son importantes tenedores de suelo. Y va a ser importante saber qué van a hacer con la vivienda asequible y protegida, pero también con el uso de los suelos para desarrollar usos dotacionales, de educación, sanitarios, etc.
“Esos suelos tendrían muchísimo interés para el desarrollo por parte de inversores privados”, y es que para Cristina Asenjo, ‘head of development’ de BAIN Capital, los inversores se suelen centrar en suelo finalista, que ya ha hecho todo el proceso de planeamiento y no tiene los riesgos asociados a él, pero cada vez más se involucran en suelos en desarrollo “porque o bien invierten en deuda o encuentran ventanas de oportunidad”.
Finalmente, Luis Cesteros, director de urbanismo de Tornos Abogados, ha destacado que se necesita una estabilidad normativa y regulatoria y un modelo que sea adaptable.
“La corporación actual ha hecho lo que no han hecho las anteriores y, en ese sentido, tenemos todos los ámbitos en marcha con los instrumentos de gestión, planeamiento y gestión aprobados, inscritos, las reparcelaciones en el proyecto de reparcelación y con las etapas de construcción en función del mercado. En consecuencia, lo único que hay que hacer es dejar trabajar a las Juntas de compensación”, ha concretado.
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