
Con la plataforma Vente a Vivir a un Pueblo, Ramón Pradera pudo unir sus dos pasiones: la comunicación y la de disfrutar de las pequeñas localidades que recorren la geografía nacional. Después de dos años vertiginosos, su fundador renueva el portal con más herramientas y aplicaciones y amplía la información a todos aquellos urbanitas que se decidan a dar el cambio de la ciudad al campo con información completa de 120 pueblos, y con expectativas de alcanzar las 500 medianas y pequeñas poblaciones este 2022.
Entre el microfóno y la Harley Davidson, a Ramón Pradera lo podemos encontrar en cualquier punto de la geografría nacional, entrevistando a los alcaldes de pequeños pueblos de España para dar a conocer sus bondades y atraer a nueva población a sus localidades. En un hueco de su agenda, atiende a idealista/news el director fundador de la web venteaviviraunpueblo.com.
¿Cómo surgió la iniciativa de Vente a Vivir a un Pueblo?
Vengo del mundo de la comunicación, y tras presentar durante cinco años los informativos de Antena 3, estuve otros seis años en los que pude fusionar mi parte de comunicador con mi pasión por rodar en Harley Davidson por España. Realizamos un programa de viajes en moto y eso me permitió conocer muy bien, muy bien, la realidad de los pueblos españoles.
Con casi más de un millón y medio de kilómetros recorridos por España, pude apreciar el potencial tan enorme que tienen los pueblos. Pude observar que, en muchísimos de esos pueblos maravillosos, la persona más joven se acerca a los 80 años, y que cuando estas personas desaparezcan, los pueblos desaparecerán con ellos.
Llevo muchos años buscando crear una herramienta que dé vida a los pueblos, pero de verdad. Porque arrancar a la gente de las ciudades y llevarla a los pueblos era prácticamente misión imposible, hasta que llegó el fatídico año 2020.
Si algo se puede sacar positivo de este año tan tremendo y tan terrible para todos nosotros es que, en el confinamiento, la gente en las ciudades empezó a pensar si era posible otra vida mejor, otra vida más saludable, otra vida más económica, en definitiva, mejorar su calidad de vida. Y entonces es cuando empiezan a mirar para vivir en un pueblo y empiezan a pensar que ahí es donde pueden encontrar esa mejora en la calidad de vida, y no les falta razón.
¿Cómo ayudáis a las personas que dan el paso de querer cambiarse a vivir a un pueblo?
Los pueblos son unos grandísimos desconocidos y con un potencial espectacular. Lo que tratamos de hacer es enseñar a la gente de las ciudades ese potencial y esa fortaleza que tienen los pueblos. Porque hasta ahora, la mayor parte de la información sobre los pueblos ha estado vinculada al turismo.
Que si anuncios de “Venga a pasar un fin de semana, o unas vacaciones. Oye, mira que hotelito tan estupendo tenemos para que vengas con tu pareja, mira qué gastronomía tan suculenta o mira que caballos para darte un paseo”, pero no se quedan a vivir.
Pero, ¿la gente llega a profundizar en la vida en los pueblos? Muchos de los alcaldes con los que he hablado me dicen “¿Has visto qué casas tenemos? ¿Has visto qué precio tienen las casas?” Pues es que son, en algunos casos, hasta un 80% más baratos que Madrid. En Madrid, el alquiler medio está en torno a los 1.300 euros al mes, y en los pueblos ese alquiler medio ronda los 250-300 euros. Eso para una familia o para una persona es un ahorro más que considerable. Pero es que no solamente es la vivienda, son muchas cosas más.

Particularmente, creamos una serie de filtros en las búsquedas de pueblos que se han adscrito a nuestra red que responden a los 10 grandes miedos que tienen los urbanitas, como son el precio de la vivienda en alquiler o en venta, pero además conocer si cuenta con guardería, porque tengo hijos en esta edad, o que tenga también un instituto. Si ese pueblo queda a tanta distancia un aeropuerto o de la estación de tren porque viajo habitualmente, o que tenga instalaciones deportivas porque me gusta entrenar y hacer deporte con normalidad.
Los pueblos que reúnan todos esos requisitos saldrán en un listado y a continuación ofrecemos las videofichas. Esta es posiblemente la herramienta más importante que hemos creado dentro de nuestra plataforma. Lo que te permite este vídeo es tener un acercamiento lo más real posible al pueblo que se ha elegido durante aproximadamente los 10-12 minutos que dura cada vídeoficha con un enfoque distinto, muy útil para el que está buscando una nueva vida.
Los vídeos que puedes encontrar normalmente de los pueblos están más vinculados al turismo, pero realmente una persona que está decidida a vivir en un pueblo le da exactamente igual que la iglesia sea del siglo XVII y que tenga un castillo.
Lo que le interesa de verdad es saber el precio de la vivienda, si hay supermercado, si hay estancos y farmacia, si hay residencia, por si viaja con personas mayores, cómo son sus parques y jardines, sus bares y restaurantes, si hay centro cultural, si hay centros sociales para mayores o para jóvenes. Esa información que realmente te hace decir “¡oye!, pues este pueblo tiene unos servicios que se ajustan a lo que necesito”, o incluso saber si me puedo venir a este pueblo sin coche o con coche porque tengo todo al lado.
Esa es la novedad que nosotros aportamos, junto a una pequeña entrevista con los alcaldes de estos pueblos. La principal fortaleza de la plataforma Vente a Vivir a un Pueblo es dar esa visibilidad a los pueblos. La gente no compra lo que no sabe que existe. Tú no te puedes ir a vivir a un pueblo si no sabes que existe.
Yo no lo llamo el problema de la España Vaciada, sino el de la España en coma
¿Cómo fueron los primeros pasos de la plataforma?
Pues ha sido auténticamente un trabajo de garaje, creado durante la pandemia y con muy pocos medios, y que ha ido creciendo poco a poco. Empezamos con pueblos pequeños, pero ya empezaron a llamarnos pueblos más grandes y mucho más potentes. Claro, los pueblos más grandes nos decían “a mí me va muy bien, pero me puede ir mejor. Todo lo que sea fijar población me viene muy bien”.
El problema de la despoblación fuera de las grandes ciudades es grande. Yo no lo llamo el problema de la España Vaciada, sino el de la España en coma. Hay mucho potencial en la vida en los pueblos, totalmente compatible con la vida moderna.
Entonces, tenemos ejemplos muy pequeños, como Alpandeire en la serranía de Ronda, en Málaga, o Salmeroncillos, en Cuenca, que tienen apenas 200 habitantes, a pueblos como Ribadesella o Llanes que es, por ejemplo, el pueblo más buscado de España en Internet. U otros como Simancas, en Valladolid, que está en el top 20 de la renta per cápita más alta de España.
Al final van entrando pueblos de todas las características, porque al final hay público para todos los pueblos.
Cuando salimos en septiembre del 2020, teníamos una oferta de 20 pueblos. Ahora ya tenemos 120 pueblos en la plataforma. Y para este 2022, esperamos terminarlo con cerca de 500 pueblos en la plataforma.
El proceso ha ido cambiando, aunque sigue habiendo pueblos que se mantienen reacios a nuevos proyectos, a buscar algo diferente para darse a conocer, hay otras administraciones que han apostado por nuestro proyecto para dar visibilidad a sus zonas. Por ejemplo, la Diputación de Málaga lleva tres años con nosotros.
¿Cuál es perfil de los usuarios que buscan irse a vivir a un pueblo?
Pues tenemos varios perfiles que han surgido tras la pandemia. Por un lado, está el perfil del teletrabajador, la persona que trabaja pero que ya no necesita estar en la ciudad y que se puede ir a vivir donde le dé la gana. Suele ser una persona que ya tiene resuelta su situación económica y tiene una capacidad para poder elegir dónde quiere estar mucho más amplia, ampliando su mirada fuera de grandes núcleos urbanos, bien comunicados, con buenas infraestructuras en cuanto a Internet y logística.
Hay un segundo perfil que también ha surgido, que son aquellas personas más golpeadas por las crisis económica, y que para ellos vivir en una ciudad significa estar más apretados. Muchos se han dado cuenta de que en estos últimos años, los pueblos se han llenado de recursos, de infraestructuras y de posibilidades que hace 30 o 40 años eran mucho menores.
Nuestros clientes son en realidad los ayuntamientos, porque les ofrecemos una plataforma en la que se dan a conocer, por un precio muy asequible para ellos.
A mi parecer ahora mismo que hay mucho más futuro en un pueblo que en una gran ciudad
¿Cuáles son las nuevas herramientas que se han incluido en la plataforma?
Las posibilidades que tienes de emprender en un pueblo son alucinantes porque te da para encontrar una casa mejor que la que tenías en Madrid, y también te da la posibilidad de iniciar un negocio. Tenemos una bolsa de traspasos en la plataforma y ahora vamos a abrir una consultoría para emprendedores de turismo rural, que es un negocio que está totalmente en auge.
El turismo rural facturó más en estos dos años. Entonces es una inversión interesante también para una persona, una familia que se quiere ir a vivir a un pueblo mejor, la posibilidad de no empezar de cero al llegar, sino mudarse con la opción de poder montar uno nuevo trabajo vinculado, por ejemplo, con el turismo rural. Y seguimos pensando en implementar herramientas nuevas para seguir incrementando ese interés por los pueblos.
Como, por ejemplo, ofrecemos curso de gestión de cómo llevar su negocio, de cómo hacer un plan de marketing, cómo llevar las ventas, cómo aprender a gestionar el negocio, y también vamos a poner en marcha un marketplace para el desarrollo del comercio local.
¿Hay alguna anécdota que te has encontrado en los más de 100 pueblos que has visitado?
Te puedo contar algunas que clarifican la diferencia del campo con la ciudad, como en el precio de la vivienda. Por ejemplo, en un pueblo al norte de Burgos, Quincoces de Yuso. Es un pueblo muy cercano al País Vasco, de apenas 200 habitantes y tanto a 50 km de Bilbao como de Miranda de Ebro, con una arquitectura caracterizada por estas casonas vascas de piedra y madera, contundentes, impresionantes.
Recuerdo que había una casa de tres plantas que estaba en venta. Y cuándo le pregunto a la alcaldesa por cuánto se vende, ella me retó, “¿tú qué crees?” Pues no sé, yo calculo una casa grande, bien cuidada, a 40 minutos de Bilbao y, pensando con la mentalidad de la gran ciudad, le digo 460.000 euros.
La carcajada que soltó fue buena, y me confirmó “el propietario la tiene a la venta por 60.000 euros”.
También hay que destacar los proyectos empresariales que se están desarrollando en muchos pueblos. Muy poca gente sabe que los mejores constructores de autogiros se encuentran en Fuente Obejuna, Córdoba. Allí cuentan con una zona de pruebas y de vuelos y zona empresarial donde el suelo no era muy caro, nada en comparación con lo que estaban buscan en Madrid
Hay también empresas punteras tecnológicas en la zona de Somontano, en Huesca. Han encontrado que también pueden llevarse la mano de obra, que sus ingenieros están felices viviendo en un entorno rural, con una calidad de vida mucho mayor que la que puede tener una ciudad.
Y también nos llevamos la sorpresa de cómo la buena vida de los pueblos también llega más lejos, a Europa. En una grabación que hacíamos en Casarabonela, un pequeño pueblo en la falda de la sierra de las Nieves, en la provincia de Málaga, vimos que había unos jugadores en la pista de pádel, que tiene unas impresionantes instalaciones deportivas. Pues bien, al acercarnos a ellos, nos dismo cuenta de que eranc ciudadanos alemanes. Teletrabajadores alemanes que habían venido a disfrutar de nuestro clima, y se atreven a vivir en un pueblo, incluso más que los propios nacionales.
Pero no se crean que son CEOs de grandes compañías, son trabajadores medios que pueden teletrabajar y que han decidido cambiar su ciudad en Alemania, por mayor calidad de vida en un pueblo de la sierra de Málaga.
Hay colegios punteros en pueblos de España, donde la ratio de alumnos por clase es mucho más pequeño que la ciudad, y donde consiguen muy buenas notas. Alcaldes de pueblos de Soria me recuerdan que sus alumnos sacan las mejores notas del Informe PISA en España, equiparables a las de Finlandia, que suele estar en los mejores puestos en cuando a educación.
Estamos rompiendo esos tabús y esas falsas creencias que tiene la gente sobre la vida en los pueblos. Que, si no hay centro de salud ni hospitales cercanos para nuestros hijos, que si las infraestructuras son mínimas.
A mi parecer ahora mismo que hay mucho más futuro en un pueblo que en una gran ciudad. Todo está cambiando.
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