El mar está cada vez más en el punto de mira de arquitectos y desarrolladores urbanos. Su extensión es perfecta para desarrollar nuevas ciudades que en tierra firme serían imposibles, debido a la falta de suelo. El último proyecto en salir a escena es el del diseñador italiano Pierpaolo Lazzarini que, inspirado en la arquitectura maya y de los templos japoneses, ha ideado Wayaland, un complejo de pirámides modulares -apodadas Waya- que flotan sobre el océano.
“Todavía tenemos mucho que aprender de la arquitectura del pasado como la maya y la empleada en las pirámides egipcias, ya que por su distribución ofrecen una excelente subdivisión de los espacios y, en este caso, un equilibrio perfecto para nuestras construcciones flotantes. Además, el lema de nuestro estudio siempre ha sido piensa en el futuro, pero nunca olvides el pasado", cuenta a idealista news Lazzarini.
Las diferentes pirámides modulares que compondrían Wayaland ofrecen diferentes entornos de vida y entretenimiento. Dentro del complejo habrá hoteles, tiendas, spas, gimnasio, bares o cines, es decir, todos los establecimientos propios de una ciudad. Además, Wayalanda poseerá granjas y huertas para ser autosuficiente en todos los aspectos.
Los módulos se construirán gracias a la tecnología de impresión 3D y serán transportados hasta su emplazamiento a través de hélices eléctricas, las cuáles también les permitirán desplazarse por el mar si se desea. Cada módulo tendrá cuatro anclajes elásticos en cada ángulo del sótano.
Un dato destacable es que el chasis, compuesto de fibra de vidrio, carbono y acero, será ensamblado pieza por pieza mientras se sube la estructura, después de colocar el sótano, directamente en el agua.
Un resort de lujo en medio del océano
La pirámide principal de Wayaland está prevista como un hotel. En ella, se superponen diferentes módulos sobre el sótano flotante, que mide 54x54 metros en su módulo más grande.
El sótano del hotel tiene una gran entrada para barcos y allí está ubicada la recepción para acceder a las habitaciones. Al subdividir su altura en diez pisos diferentes, se consigue una superficie total de 6.500 m2. El hotel alcanza una altura máxima de 30 metros sobre la línea de flotación.
Por su parte, el resto de Wayas tendrán las dimensiones que sus propietarios quieran.
En busca de la sostenibilidad
Este proyecto no tendría sentido si no fuera sostenible y autosuficiente. Además, Wayaland se ubicaría en un lugar idóneo para aprovechar la energía que regala el sol, el mar y el viento. “La energía se obtiene a través de paneles solares y turbinas de agua. Todas las superficies externas de los módulos estarán cubiertas con placas solares”, explica el diseñador.
“Nuestro objetivo es suministrar con energía limpia a todos los servicios y sistemas de las pirámides, incluidos los desalinizadores que se encuentran en el espacio destinado al almacenamiento ubicado debajo del nivel principal”, añade.
Crowdfunding ‘a lo bestia’
Sin duda se trata de un proyecto cuanto menos interesante pero, ¿quién lo financia?Lazzarini planea iniciar el proceso de construcción de Wayaland a través de crowdfunding. El primer paso sería conseguir los fondos necesarios para el módulo más pequeño, de 10x10 metros, dos pisos y para el cual se necesitarían unos 350.000 euros.
Cada persona que colabore tendrá derecho a votar el emplazamiento del primer Waya. Si se colabora con 1.000 euros se tiene acceso a una noche en una de las suites del complejo y si se aporta la totalidad de un módulo, el patrocinador podrá alojarse en él durante un año.
“La fecha límite para financiar el proyecto es enero de 2021. Si no se llega a la suma de 365.000 para la primera suite, todos los fondos serán devueltos a los contribuyentes a través de Paypal”, tranquiliza el italiano. “Esperamos poder empezar a construir Wayaland en 2022”, añade.
1 Comentarios:
Vaya idiotez.
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