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Esta casa prefabricada totalmente sostenible tiene unas vistas impresionantes al mar Egeo
ALTKAT Architectural Photography

Turquía es uno de esos países que rebosan historia y que es imprescindible conocer para entender el nacimiento de la civilización occidental. Ubicada a mitad de camino entre oriente y occidente, en el que pueblos muy diversos y culturas muy diferentes han convivido o combatido a lo largo de la historia. Desde griegos hasta otomanos, pasando por romanos y británicos, entre muchos otros, todos han dejado, en mayor o menor medida su huella.

Uno de sus puntos más interesantes es la costa oeste, bañada por el Mar Egeo. En estas tierras, podemos encontrar algunos sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, increíbles museos arqueológicos, hermosas playas de arena y numerosos puertos con oportunidades para practicar deportes acuáticos y paseos en barco.

Es aquí donde Teke Architects, estudio afincado en Génova, pero fundado por el arquitecto turco Onur Teke, ha desarrollado una interesante propuesta. Se trata de la instalación de una fantástica casa prefabricada que se asoma a un impresionante acantilado, basado en el prototipo MU50 (Modular Unit 50), una cabina modular cuyas sombrillas móviles crean un curioso efecto que han denominado 'komorebi'; palabra que, en japonés, hace referencia a las sombras naturales que se crean por el paso de la luz a través de los árboles y sus hojas.

Sin duda, uno de sus puntos fuertes son las maravillosas vistas del Egeo de las que los habitantes de esta casa pueden disfrutar. Pero también las infinitas posibilidades, gracias a su alta adaptabilidad, por lo que puede instalarse, prácticamente, en cualquier sitio.

Además, una de las exigencias de los clientes fue apostar por la sostenibilidad, como base de un proyecto que debía incluir su residencia principal, una casas de huéspedes y una fábrica de aceite de oliva. “Un plan simple y abierto permite la iluminación natural y facilita la ventilación cruzada. Las superficies transparentes están diseñadas para recibir la máxima luz del día en el los espacios interiores, lo que minimizan la necesidad de iluminación artificial. El techo a dos aguas alberga paneles fotovoltaicos para producir electricidad y paneles solares calentar agua”, explican.

Los marcos estructurales y el cerramiento definen el armazón del proyecto, mientras que su núcleo interior consiste en un módulo de servicio construido por separado con comodidades y espacio de almacenamiento. Aquí encontramos el baño y la cocina, así como el espacio de almacenamiento necesario. En realidad, el diseño permite jugar con todos estos elementos para adaptarlos a las necesidades. Tanto la estructura marco, como el gabinete y el módulo de servicio se pueden variar en número para crear nuevos espacios de un modo flexible.

Las cubiertas exteriores, protegidas en diferentes momentos del día por cortinas de madera operadas manualmente, ofrecen una variedad de experiencias microclimáticas al aire libre generadas por las condiciones del sol y el viento que cambian a medida que uno se mueve alrededor de la unidad.

Todas las partes de MU50, aparte del cerramiento del techo de cobre, se prefabricaron fuera del sitio en una fábrica en aproximadamente tres meses. Para preparar el sitio en el que se iba a ubicar, fue necesaria una semana de preparación, después de la cual la instalación de los componentes prefabricados  se realizó, a pesar de las dificultades del terreno, en solo cuatro semanas.

El nombre del prototipo hace referencia a su superficie, de solo 50 m2 de espacio interior. No obstante, la vivienda ofrece una sensación de amplitud. Gran parte de ello se debe a las grandes ventanas y una paleta moderada. Una sensación que se refuerza todavía más cuando las sombrillas de madera se levantan para sumergir la casa en la luz natural y las vistas del paisaje mediterráneo.

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