Caja Madrid ha multiplicado por diez la venta de inmuebles durante el primer trimestre del año, consiguiendo deshacerse de 700 viviendas y firmar compromisos de venta de otras 212. Por su parte, quabit (anteriormente afirma grupo inmobiliario) asegura que en 2010 se están vendiendo muchas más viviendas que en 2009 pero que aún necesitan vender más
Caja Madrid ha multiplicado por diez la venta de inmuebles durante el primer trimestre del año, consiguiendo deshacerse de 700 viviendas y firmar compromisos de venta de otras 212. El impulso de su red comercial de ventas y las condiciones ofrecidas – 24% de descuento sobre el valor de tasación y facilidades de financiación con Euribor + 0,50 a pagar hasta en 40 años – han sido la mejor baza de la entidad para lograr reducir sus activos inmobiliarios
Desde quabit, el nuevo nombre de la hasta ahora afirma, también se desprende un gran optimismo. Su consejero delegado, Alberto quemada, se muestra orgulloso al asegurar que están vendiendo casi cuatro veces más de casas que el año pasado. El directivo espera acabar prácticamente con su producto en stock en 2011 y descarta nuevas bajadas de precios “ya hemos pasado la época de caídas y no vamos a ajustar más nuestros números porque estamos vendiendo dentro de las previsiones”
14 Comentarios:
Viendo sus zulos vomitivos no me creo nada. NO vivo en un zulo de esos ni aunque me lo regalen.
Joder es que si lo dicen ellos seguro que es verdad no???
Si los bancos son de plena confianza
Nunca te meten clausulas abusivas
Te ponen siempre siempre los intereses mas bajos que pueden
Yo creo que voy a ir a coger un zulito de esos y no voy ni a mirar las condiciones del contrato lo voy a firmar con los ojos cerrados y ponoiendo toda mi ilusion por que no me timen
Que yo confio plenamente
Mira esos zulos que tiene si los quiere vender los tendra que rebajar a la decima parte porque si no no va a vender ni uno.
Los comentaristas anteriores se quedan muy cortos: no solamente son cuevas de ermitaño sino que sus condiciones son lamentables. De entrada hay que cambiar la fontanería , la instalación eléctrica y sanear las paredes. Su ubicación no es la más deseable y los elementos comunes reclaman una generosa derrama.Su destino es el alquiler a gente transitoria y precios abusivos, soportados por la realquilación de similares, generación de dinero negro y focos de inestabilidad. ¡Toda solución bancaria accarea problemas colaterales al resto de los mortales!
Burbujito de la Mancha, una historia real.
Burbujito de la Mancha era un tío normal, incluso majo. Tenía "treinta y tantos", tenía una novia, un trabajo fijo y seguro como funcionario y unos ahorrillos, todo normal.
Los padres de Burbujito llevaban un mesón en un polígono y no les iba mal sirviendo menús a 9 €; la hermana de Burbujito curraba de recepcionista en una fábrica de muebles de cocina del mismo polígono, zP, al que Burbujito idolatraba hasta el punto de tener una foto suya en el salón, decía que estábamos en la "Champions League" de la economía y prometía el pleno empleo para su segunda legislatura. Burbujito enfocaba el futuro inmediato alegre y confiado.
La novia de Burbujito, funcionaria en su misma oficina, le propuso que, puesto que ya eran ningunos niños, dieran de una vez el paso de casarse. Esta novia tenía una amiga íntima, Sonia, y el novio de Sonia, Pablo, también les caía fenomenal. Solían salir juntos los cuatro, Sonia y Pablo también pensaban en casarse.
Burbujito y su novia le echaron el ojo a unos pisos que construían cerca de la casa de sus padres y del trabajo de ambos. De allí fueron al Banco, tenían muy claro que trabajando los dos y con sus ahorros y su cuenta vivienda no les iban a poner ninguna pega para la hipoteca.
Esa misma mañAna el director de su sucursal había recibido una circular que le comunicaba que la concesión de hipotecas ya no era prioritaria para la entidad y no tenía un objetivo mínimo que cumplir, también le comunicaba que la nueva prioridad de las sucursales, acorde con la situación financiera del Banco, era captar depósitos.
En esto estaba pensando cuando entraron Burbujito y su novia en su despacho a gestionar el préstamo para el piso. Al rato ya los tenía convencidos de que era mejor esperar, había una burbuja inmobiliaria a punto de estallar y los pisos iban a bajar de precio por lo menos a la mitad. Entretanto lo inteligente era alquilar, y colocar esos ahorros destinados a la entrada en un depósito de toda confianza gestionado por la entidad. La verdad es que no le costó mucho convencerlos.
Mientras Pablo y Sonia habían comprado un piso y fijado fecha para la boda. La novia de Burbujito dudó un poco pero Burbujito la convención de que lo mejor era hacer caso del director, que era un profesional, aplazar la boda, e irse a vivir juntos de alquiler.
Cuando Pablo y Sonia volvieron de la luna de miel dieron a sus amigos una cena en su nueva casa, para estrenarla. A la novia de Burbujito le gustó mucho el piso, y pensó en el dinero que ellos estaban gastando en el alquiler de un estudio que, bueno, no estaba mal, pero tampoco bien; como no era definitivo tampoco importaba mucho, daba igual. Al final de la copitas y brindis de rigor Burbujito se puso un poco pesado con Pablo hablando de la mala compra que habían hecho y diciendo que él iba a comprar un piso mucho mejor por menos de la mitad, pero todos estaban más o menos achispados y tampoco le hicieron mucho caso.
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Entretanto la promoción de pisos nuevos que había al lado de su trabajo se había vendido entera; era verdad que todavía había varias promociones de obra nueva en los alrededores de la ciudad para poder elegir, pero ninguna tan bien situada. Y los pisos, en contra de lo pronosticado, seguían subiendo, 2007 cerró con una subida del 14 %.
Enseguida Burbujito le dijo a su novia que no se preocupara, que el desplome del precio de los pisos iba a ser inmediato, lo había leído en un foro inmobiliario en el que entraba escaqueándose del trabajo. Valía la pena esperar un poco por una rebaja del 50 %. ZP ganó las elecciones del 2008. La cosa marchaba.
Burbujito y su novia tomaron referencias de varios teléfonos en anuncios de pisos en carteles y en Internet, y empezaron un seguimiento a la espera de la inminente bajada de los precios. De vez en cuando hacían una oferta descabellada por algún piso que de todos modos no les interesaba, y Burbujito se reía mucho pensando en la cara que pondrían los vendedores; su novia pensaba que era una tontería, pero Burbujito había leído en un foro que era importante desmoralizar a los especuladores. Un par de veces encontraron un piso bueno y a buen precio, y su novia quería cogerlo, pero Burbujito la convencía de que era mejor esperar un poco más al inminente desplome de los precios, además, tenían que sacar al menos la diferencia de lo que habían tirado en dos años de alquileres.
Pasaba el tiempo y los pisos que tenían fichados iban desapareciendo lentamente, burbujito estaba seguro de que los especuladores se habían dado cuenta de que no los iban a vender y quitaban los anuncios. De los que iban quedando, la verdad sea dicha, ninguno de los que valía la pena bajaba de precio.
Pero Burbujito era optimista, estaba creciendo el paro y la cifra de parados se acercaba a los cuatro millones, el Euribor subía las hipotecas y era evidente que el desplome de los precios de los pisos era ya cuestión de semanas. Burbujito, aunque en el fondo no era mal tío, sentía un pequeño cosquilleo pensando en las colas de parados ante el Inem y en los embargos a familias incapaces de pagar sus hipotecas, como si esos pisos se los fueran a regalar a él.
Tan optimista se sentía, aparte de la seguridad de su empleo como funcionario, que a pesar de creer que era un robo dar 20.000 euros de entrada y una cuota de 700 € para tener casa, no le importó dar 15.000 € de entrada y pagar cuotas de 540 € mensuales para tener un BMW serie 3 cupé, el cochazo de su vida. Lo malo es que se olvidó de que la cuenta de ahorros estaba a medias con su novia, y como lo compró por sorpresa y sin pedirle opinión esa noche tuvieron una bronca de las gordas. Al final logró convencerla de que como los pisos iban a bajar de precio mínimo un 50 % bien podían permitirse el capricho. Alquiló una plaza de garaje para el coche nuevo.
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La verdad, y esto hay que reconocerlo, vivían fenomenal: la diferencia del precio entre la cuota que tendrían que pagar por un piso y el alquiler del estudio que pagaban les permitía salir a cenar, de copas, escapaditas románticas a hoteles, viajecitos en verano... un lujo.
Todo lo contrario que sus amigos Pablo y Sonia, a los que veían poco porque la subida de su hipoteca no les dejaba alternar mucho. Una noche quedaron para cenar y comentando estas cosillas, y tal vez por las copitas que tomaron tras los postres, burbujito se burló cruelmente de Pablo y remató la gracia llamándole "fracasado". Pablo se puso blanco, y él y Sonia se levantaron sin decir palabra y pagaron su cuenta por separado en la barra. No volvieron a quedar.
Fue unos pocos días después cuando en el extracto bancario le llegó una información que al principio le costó descifrar, aunque luego le quedó muy claro: el depósito que habían contratado con sus ahorros había perdido más del 50 % de su valor por la caída (esta real) de la Bolsa. Su novia se quedó un buen rato mirándole sin decir nada, burbujito sonrió, o intentó sonreír, y le volvió a explicar una vez más que teniendo en cuenta el inminente estallido de la burbuja inmobiliaria todavía podrían comprarse un buen piso a mitad de precio. Ella no respondió, y esa noche durmió en el sofá.
Como la situación se ponía tensa por días, burbujito llevó a su novia a una feria inmobiliaria en Madrid que anunciaba grandes descuentos. Después de recorrerla entera, al final del día, con los pies reventados y molidos de cansancio, burbujito le comentó a su novia que estaba claro que en muchos pueblos del litoral mediterráneo había bajadas significativas de los apartamento de segunda residencia. Su novia le contestó secamente que "...ellos no vivían en el litoral". Había hablado por teléfono con Sonia, la mujer de Pablo: estaban pagando de cuota de hipoteca menos de lo que pagaban ellos de alquiler por el estudio. Mal rollo.
Al día siguiente, para despejarse de preocupaciones Burbujito fue a comer al mesón de sus padres; hacía tiempo que no se veían. Le llamó la atención encontrarse el mesón casi vacío y con las luces medio apagadas. En el mesón siempre habían servido 30 ó 40 menús diarios a cuadrillas de albañiles, gente soez y ordinaria que echaba gaseosa en el vino y mostraba unos músculos abultados al remangarse los brazos peludos, y le producían un profundo rechazo, e incluso prevención; comentó a sus padres que estaba mejor sin esa gentuza alborotando por allí, pero ellos le miraron sin parecer comprenderle. También le sorprendió encontrarse a su hermana de camarera, la había botado de la fábrica de muebles de cocina y estaba echando una mano a sus padres. No se lo habían comentado para no darle un disgusto.
Sigue y concluye
Al principio empezó a explicarles que gracias al aumento del paro y los embargos pronto conseguiría un buen piso a menos de la mitad de precio, pero al ver las miradas que intercambiaban sus padres poco a poco se fue enfriando y al final se quedaron todos callados y mirando a la mesa.
Un par de semanas después su madre le telefoneó al trabajo: la comisión judicial les estaba desahuciando del mesón por no pagar el alquiler. De repente a Burbujito, que nunca había perdido ni un minuto de sueño pensando en los desahuciados ni en los parados, ya no le hizo tanta gracia el recuerdo de las colas ante las oficinas del Inem. Esa noche fue a verlos, su padre estaba tumbado en el sofá, sin afeitar, con los ojos ausentes y gesto de derrota; su hermana y su madre sollozaban. El balbució unas palabras vacías y se marchó.
Al día siguiente salió en todos los periódicos y telediarios esta noticia: se reactivaba la venta de viviendas, y el precio ya subía en varias ciudades, entre ellas la suya. Al volver al estudio alquilado esa noche su novia le esperaba con la maleta hecha: en cuatro palabras: no era una niña. Estaba harta de esperar, y se iba. Y se llevaba la mitad de lo que quedaba en la libreta de ahorros, que era menos de la mitad de la mitad de lo que tenían hacía cuatro años.
Burbujito se sentó sólo en sofá de su pisito alquilado y se sirvió una copa: una poco después salió de paseo con su BMW para despejarse: y sería por la copa, supongo, por lo que acabó en la cuneta: el seguro le pagó el 70 % del valor venal del coche descontando lo que faltaba de los pagos aplazados: 600 euros.
Recapitulando: no tenía novia, ni piso, ni coche, ni ahorros para comprarlo, y debía a Hacienda las desgravaciones de cuatro años de cuenta vivienda: un buen negocio.
Basado en hechos reales.
Lo que has contado me recuerda al "tango alegre".
Es una fábula cruel que hará pensar a muchos. Ojalá.
Eso sí, abre el paraguas.
Ese anonimo dearriba tiene mas cuento que calleja. El informe de la caja Madrid es una mentira como una catedral. Sus zulos son invendibles al precio que los tiene.Las viviendas de obra nueva fui a lacaja para ver cuales tenian y las tienen al mismo precio que en el 2007. No lesinteresa vender porque en sus cuentas ponen esos precios como si fuera capital en metalico y así encubren que sus cuentas estan en números rojos, de ahi la necesidad de fusiones de las cajas.como se descubra que no tienen dinero para pagar a los ahorradores seria una catastrofe, y en esa mentira les ayuda elgobierno y el banco de España
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