No es la primera vez que tratamos el tema de los contenedores marítimos como soluciones habitacionales, y es que, dada su practicidad y frente a las problemáticas residenciales sobre todo grandes ciudades, parecen ser una gran solución, tanto en viviendas particulares como en lugares públicos. En todo caso, muchos arquitectos los están utilizando ya en sus diseños.
Por ejemplo, en Sudáfrica, en Johannesburgo, el despacho de arquitectos Lot-Ek ha ideado un inmueble de seis pisos construidos a base de contenedores verdes y azules. Un total de 140, para ser precisos. El edificio está dividido en dos complejos, separados por un pequeño patio triangular y para ir de un lado al otro del inmueble los usuarios utilizan un pasillo al aire libre que sirve de balcón comunitario.
Cada vez es más común utilizar contenedores reciclados como viviendas o en soluciones públicas y privadas en las grandes ciudades, como también ha hecho el International Sustainable Development Studies Institute (ISDSI), en Tailandia, una escuela internacional que enseña, como su nombre indica, temas de desarrollo sostenible y ecología.
Para mostrar ante todo coherencia, el centro ha sido construido con contenedores dando lugar a un edificio de tres plantas: se pensó en primer lugar en utilizar el bambú como materia prima pero la gran importancia del cercano puerto de Bangkok y su tráfico de contenedores les hizo finalmente decantarse por esta solución. Uno de los principales retos a los que se enfrentaron fue al hecho de colocar debidamente los contenedores sin dañar el conjunto de árboles que rodea el centro de estudios.
Un recurso interesante
“Como recurso de aprovechamiento de material con otras funciones me parece interesante, porque no introduce más materiales en la cadena de producción y ayuda a paliar el gasto energético que produce la transformación de materias primas. Por otro lado existe cierto consenso en que el uso de materiales industrializados, que ya vienen preparados de fábrica, ayuda también al ahorro de emisiones de gases de efecto invernadero y de agua en la obra. Soy muy fan de la construcción modular -piezas iguales que se recombinan para configurar conjuntos singulares-, pero luego está el valorar si existen suficiente contenedores en el mundo para resolver el problema global de vivienda que tenemos o si es el sistema de construcción más adecuado a cualquier contexto”, explica el arquitecto Rodrigo Vargas, de UVE Arquitectura.
Porque como en todo, hay algún pero: “A nivel constructivo tiene, por su origen funcional (una simple caja donde transportar mercancía que debe cumplir apenas con unas condiciones mínimas de resistencia estructural), unas condiciones climáticas muy malas. El acero tiene una inercia térmica muy baja por lo que está expuesto a cambios de temperatura constantes según las condiciones térmicas exteriores, esto hay que suplirlo a base de materiales aislantes cuya fabricación es contaminante y emisora de gases de efecto invernadero, además de que en climas extremos -mucho frío o calor- suele necesitar equipos climáticos adicionales – lo que supone más gasto de energía-“, finaliza.
Sea como fuere, está claro que cada vez hay más construcciones con este material que ya empieza a formar parte del paisaje urbano.
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