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Una casa sostenible cerca de Milán que ha sido construida solo con madera, corcho y paja
LCA Architects

Casa Quattro es una vivienda sostenible caracterizada por una arquitectura extremadamente simple.

La propiedad está ubicada en Magnago, un pequeño pueblo cerca de Milán de origen medieval, que pertenece a la comunidad montañosa del Valle del Elvo y la Reserva de Bessa. “Los propietarios son una joven pareja de informáticos que han decidido vivir y trabajar en estrecho contacto con la naturaleza. El edificio está situado en las afueras del pueblo y tiene vistas a un pequeño bosque de acacias”.

El diseño, un trabajo de LCA Architetties deliberadamente reducido, en un intento por mantener el enfoque en el entorno rural de la casa mientras se minimiza su impacto ambiental. El tamaño y la forma se inspiran en los edificios vecinos, gran parte de los cuales son antiguos caseríos y graneros.

De hecho, en el exterior, esta inspiración se plasma en la sencillez de la composición arquitectónica recuerda las pequeñas granjas y graneros de la campiña lombarda, haciendo de la casa un edificio primitivo desprovisto de cualquier elemento no esencial.

Ya en en el interior de esta impresionante casa de 200 m2, destacan los acabados y el mobiliario interior construido en piedra y madera de roble. En este entorno de sencillez, el lujo solo se intuye en algunos elementos decorativos. En concreto, el procesamiento de la superficie del aislamiento externo de corcho visible: las losas han sido pantografiadas en 3D y decoradas de forma excéntrica, potenciando un fuerte contraste con la sencillez y la humildad que rodea el proyecto. También es interesante el tratamiento de la superficie y la naturalidad del material, que hacen que las fachadas de la casa cobren vida y vibren de luz.

En la planta baja encontramos la entrada, la cocina, un dormitorio, un estudio, dos baños, un lavadero y un amplio salón. En el entrepiso hay un pequeño gimnasio, un dormitorio, un baño y un estudio con vista al salón.

El centro de la casa cuenta con un espacio de doble altura lleno de luz natural totalmente acristalado al norte y parcialmente al sur, con el fin de establecer un diálogo directo con el paisaje externo libre de muros que obstruyan la vista. El espectáculo único y maravilloso del cielo, el campo y el bosque son una presencia constante en la vida cotidiana de la casa y de las personas que la habitan.

Pero lo que más llama la atención son los materiales utilizados: corcho, paja y madera. Esta elección no es casual. “La intención era ennoblecer elementos (corcho y paja) muy pobres en sí mismos para resaltar sus características únicas en términos no solo de sostenibilidad, eficiencia y durabilidad sino también y sobre todo de belleza estética”, afirman en su web.

El uso de corcho proporciona una piel térmicamente eficiente para la casa que, junto con el aislamiento de paja, ayuda a minimizar la demanda de energía del edificio. La paja que se ha utilizado para aislar el edificio se adquirió de plantas de arroz desechadas por los agricultores locales.

Para reforzar su su carácter sostenible, el edificio se autoalimenta gracias a los aportes de energía solar pasiva y activa, eliminando consumos y emisiones de CO2; los materiales utilizados son casi completamente naturales y se pueden reciclar fácilmente una vez que se desmantela el edificio.

 

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