Además de reducir el consumo de energía en el día a día, nuestra casa puede potenciar el ahorro si apuesta por la eficiencia energética
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Cómo construir una casa más eficiente
Golf House, vivienda sostenible Jaime Salvá
Lucía Martín (Colaborador de idealista news)

Muchos llevaban tiempo avisando: los recursos son finitos, pero quizás este año es cuando más conciencia hemos tomado de que hay que consumir menos energía, consumir de otra forma, apostar por otro tipo de energías como las renovables, etc. No se trata solo de ahorrar para que la factura de la luz duela menos en el bolsillo, sino que también es imprescindible plantearse la construcción de las casas de otra forma.

En este sentido, hablamos con Jaime Salvá, director del estudio Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo, y estos son los consejos que nos ha dado para construir una casa sostenible que consuma menos recursos energéticos.

  • Ojo con las carpinterías exteriores: “Son uno de los mayores focos de pérdida energética. Deben ser de gran calidad, con doble o triple acristalamiento y rotura de puente térmico. Añadiendo protecciones solares a los mismos se puede reducir el consumo energético y mejorar la calificación de los certificados que a día de hoy son un requisito de sostenibilidad. Estas protecciones pueden conseguirse mediante persianas, elementos de protección como pérgolas o porches, así como utilizando cristales especiales, ya que tienen protección solar. El ahorro conseguido mediante carpinterías depende de la calidad de las mismas, su material y sus espesores. Por ejemplo, las carpinterías de PVC son más eficientes que las de aluminio, a igualdad de espesores”, explica el arquitecto. 
  • Otro punto importante, a la hora de controlar el clima dentro de la vivienda, es la envolvente del edificio. “Para ello, es relevante que el aislamiento térmico de la fachada y cubierta sean incluso mayores que los mínimos exigidos por normativa. Por ejemplo, consiguiendo espesores de diez centímetros en adelante. En los casos en los que constructivamente es viable, es recomendable poner aislamiento continuo por fuera de la piel de la fachada con un sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE). En este punto, el ahorro conseguido dependerá de la orientación de la vivienda, entre otros factores. Por ejemplo, en una vivienda unifamiliar aislada, si el objetivo es que no se caliente su interior, se deberá destinar el mayor espesor del aislamiento térmico en la fachada sur, la que presenta mayor incidencia de sol acumulado durante el día”, aclara Salvá. Un dato más: “El aislamiento con el terreno también es un aspecto a tener en cuenta. Si el primer forjado está separado del terreno mediante una cámara de aire ventilada (forjado sanitario), mejora el confort interior”. 
  • Los sistemas pasivos de mejora energética de la arquitectura vernácula son muchas veces los más eficientes, controlando el tamaño de las aperturas en fachada según su orientación, buscando la ventilación cruzada que renueve el aire interior y utilizando los rayos de sol de manera inteligente para calentar la vivienda en invierno o evitar que los mismos rayos penetren en el interior de la vivienda en verano mediante protecciones solares”.
  • Los sistemas de placas solares fotovoltaicas ayudan a ahorrar energía. “Sin embargo, requieren de una inversión inicial que se tiene que valorar para estudiar su rentabilidad. Existen otros sistemas como la geotermia, rentables en edificios de gran tamaño”. 
  • Un último apunte: “Cabe destacar que las viviendas que tienen suministro de gas generalmente presentan una mayor eficiencia energética que las que tienen termo eléctrico”, finaliza el arquitecto. 
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