
Reformar una casa de pueblo y decorarla con estilo y poco presupuesto puede convertirse en todo un reto, pero también en una oportunidad para hacer uso de nuestra imaginación y gala de nuestras dotes para dar forma a un diseño sostenible.
Aprovechar elementos antiguos y darle una nueva vida, de un lado, y seleccionar con cabeza aquellos nuevos en los que invertir, de otro, te permitirá crear un espacio con mucha personalidad y con todos los requisitos necesarios para que puedas disfrutarlo como se merece, sin perder puntos en confort ni en estética.
¿Cómo reformar una casa de pueblo?
Hay muchos ejemplos de casas de pueblo reformadas que pueden servirnos como inspiración, pero, en general, existen ciertos elementos que siempre deben tenerse en cuenta:
- Mejorar el aislamiento: Es imprescindible que el inmueble resulte agradable y que se encuentre bien aislado, especialmente si se localiza en una zona fría o húmeda. El paso del tiempo puede hacer necesarias labores de acondicionamiento que pueden resultar tan cuantiosas como imprescindibles, y éstas deben colocarse en lo más alto en la lista de prioridades.
- Restaurar elementos singulares: Los casos más frecuentes son puertas, ventanas y carpinterías en general, pero también suelos de madera o de baldosa hidráulica, mármoles, techos de vigas de madera, bóvedas de cerámica... Muchas veces, salvarlos no es solo una cuestión estética, sino una obligación histórica y legal.
- Actualizar las instalaciones de suministros: Es imprescindible que las instalaciones necesarias para disfrutar de agua corriente, luz, gas... cumplan con la normativa más reciente.
- Redistribuir espacios: Los usos cambian con el tiempo, por eso, es muy probable que la reforma de una casa antigua requiera una nueva distribución de espacios y estancias.
- Apostar por la sostenibilidad: La sostenibilidad debe atravesar todo proyecto de reforma y convertirse en un factor a tener en cuenta en cada proceso de toma de decisión. Existen multitud de criterios y soluciones que permiten reducir al mínimo el impacto medioambiental de cualquier construcción, comenzando por la restauración y el reciclaje de lo que ya existe.
Decoración para casas de pueblo, ¿cuáles son los retos?

Pocos retos en materia de decoración resultan tan exigentes y tan enriquecedores como enfrentarnos a la reforma de una casa de pueblo, especialmente si se trata de una vivienda familiar. Rincones con encanto, materiales llenos de historia, elementos singulares, recuerdos que nos hablan de generaciones pasadas...
Muchas veces, la principal dificultad consiste en seleccionar aquello que merece la pena ser salvado y aquello que no; también en intervenir en elementos que precisan cierta actualización de forma respetuosa y sin dañar su belleza o su particularidad.
Además, estas reformas suelen implicar la instalación o restauración de elementos como carpinterías o suelos, con el reto añadido de intervenir en estas áreas sin entrar en conflicto estético con lo que ya existe. Esto puede encarecer el presupuesto, por lo que es importante ser muy selectivo a la hora de decidir cómo repartir el dinero disponible.
Tampoco hay que olvidar que las instalaciones de suministros (fontanería, electricidad, gas...) requerirán, con toda probabilidad, una actualización para cumplir con la normativa vigente y resultar seguras. Determinadas apuestas estéticas, como elegir instalaciones vistas, pueden abaratar la reforma y dar un toque de personalidad extra al inmueble.
¿Cómo decorar una casa de pueblo con poco dinero?

Decorar una casa de campo nos permite hacer uso de infinidad de recursos, si bien es importante usarlos con cabeza, interviniendo según un plan que tenga en cuenta factores como los siguientes:
- Podemos comenzar por elaborar un catálogo de todos los objetos que queremos mantener, incluyendo cómo rehabilitarlos y dónde ubicarlos. Para ello, no está de más actuar como 'arqueólogos' e investigar un poco sobre los orígenes del inmueble y de su entorno, su estado inicial, su historia... Este contexto nos ayudará a intervenir de forma más respetuosa.
- También debemos realizar un listado de aquellos elementos fijos que deseamos conservar y resaltar (muros de piedra, chimeneas, carpinterías...), incluyendo un estudio de su estado y de sus necesidades de rehabilitación, así como decisiones estéticas (por ejemplo, cómo pintarlos). Muchas veces las viviendas antiguas encierran elementos de gran valor ocultos tras sucesivas reformas: rescatarlos puede dar un gran valor añadido al inmueble.
- El siguiente paso es tener claro cómo se distribuirá el inmueble y si va a modificarse su configuración y sus funciones. Un proyecto de interiorismo a medida puede ayudarte, por ejemplo, a abrir espacios, a ganar luminosidad o a modernizar estancias de forma económica y sostenible. Para ello, es importante tener claro cuál será la finalidad del inmueble y cuál es el presupuesto disponible, así como ponerte en manos de profesionales.
- Una vez definidos los espacios y sus usos, puede ser hora de definir en qué mobiliario y demás objetos deseas invertir para que el proyecto quede completado. Combinar antiguo con nuevo suele ser una elección ganadora si existen elementos singulares. La máxima de "menos es más" también suele cumplirse: es preferible apostar por pocas piezas de calidad, que llenar cada rincón con elementos que no estén a la altura del resto.
- Si es posible y si tenemos el tiempo y los medios para ello, una buena forma de ahorrar es colaborar en las tareas de reforma. Por ejemplo, podemos restaurar o pintar muebles nosotros mismos.
Hay muchos factores que tener en cuenta: no es lo mismo decorar una casa de campo pequeña que decorar una casa antigua de pueblo de grandes dimensiones. Tampoco es lo mismo intervenir en un inmueble singular, que en una vivienda con escaso valor histórico. La ubicación del inmueble también es clave: estos y otros elementos deberán tenerse en cuenta antes de comenzar las labores de reforma y decoración.
Los trucos de las casas de pueblo reformadas

A la hora de restaurar una casa de campo, existen ciertos trucos y consejos que pueden ayudarte a conseguir un resultado espectacular con un presupuesto muy reducido. Toma nota de algunos de ellos:
- Saca partido a lo que ya existe en el inmueble: Desde una silla hasta una alacena, pasando por armarios, espejos, ventanas, techos, puertas, suelos... Estos elementos, siempre que aporten valor al inmueble, deben ser los grandes protagonistas, procurando que la intervención sea respetuosa con ellos y sirva para realzarlos. Por ejemplo, una pila de mármol antigua puede convertirse en un lavabo espectacular o en un precioso recipiente para plantas.
- Utiliza el color en tu favor: Si, por ejemplo, la vivienda es un tanto oscura, siempre será buena idea apostar por el blanco en techos y paredes, creando la ilusión de un espacio más amplio y luminoso. Si, por el contrario, tu casa es demasiado sobria o aburrida, tal vez puedas apostar por renovar elementos antiguos como puertas o ventanas utilizando toques de colores intensos. Sea cual sea tu elección, utilizar la pintura como elemento decorativo es una opción económica y de resultados impactantes.
- No tengas miedo al cambio: Esto pasa por adoptar decisiones arriesgadas cuando el resultado lo merezca. Por ejemplo, ¿por qué no abrir un gran espacio en un muro de fachada para instalar un gran ventanal que nos regale vistas al campo? También es posible que haya muros interiores que piden a gritos ser derribados para crear espacios más diáfanos y que ello permita realzar los elementos más bellos del inmueble. Otra opción es abrir huecos en los gruesos muros de las viviendas antiguas para crear estanterías u otros muebles 'de obra' que te permitan aprovechar al máximo el espacio.
- Apuesta por las plantas: Nada potencia más un espacio que la vegetación. Por eso, siempre es buena idea instalar algunas plantas, especialmente si las especies elegidas se encuentran habitualmente en la zona en la que se ubica la vivienda. De esta forma, darás un toque de frescor, haciendo un guiño a la historia del enclave en el que se encuentra el inmueble. No olvides el poder de las flores: reparte jarrones sencillos y bonitos en puntos clave.
- Utiliza materiales que realcen la belleza natural de la vivienda: Si tu casa de pueblo es una vivienda antigua en la que están presentes elementos como la piedra o la madera, nada mejor que seguir apostando por esta gama de materiales o, en su defecto, por aquellos que mejor consigan imitar su apariencia. Encalar paredes, utilizar suelos continuos de apariencia pétrea o diseñar un baño de obra con un acabado en microcemento, son algunas opciones a tu alcance.
- Elige bien los textiles: Los tonos claros, piedra, ocre, topo, beige... son apuestas seguras, aunque también puedes apostar por el color si es lo que más te gusta, siempre que las dimensiones y la luminosidad del inmueble lo permiten. En cuanto al tipo de material, las fibras naturales son siempre una buena idea.
- Abarata tu inversión en mobiliario apostando por muebles de obra: Por ejemplo, una cocina de obra no desentonará en absoluto en una vivienda antigua, y siempre puedes darle un acabado moderno recurriendo a formas limpias y sencillas. No es necesario instalar cajones y tampoco puertas: el uso de baldas y cortinas basta para obtener un resultado muy bonito sin grandes inversiones. Los estantes descubiertos en los que se expongan tarros y vajillas con valor estético también te permitirán ahorrar dinero en mobiliario.
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