Lleváis tiempo buscando y, al fin, parece que habéis encontrado una casa que os gusta, que cumple con todos vuestros requisitos. Normalmente, el común de los mortales suele fijarse en los metros útiles, la luminosidad, la cercanía o no de determinados servicios, la orientación, si tiene parking… pero, ojo, que hay otros elementos no tan visibles que quizás vayan a convertir esa casa idónea en un quebradero de cabeza.
Hablamos con Victoria Braojos, de La Orden de Ayala, sobre qué señales a las que no solemos prestar atención, nos advierten de que no debiéramos comprar esa vivienda.
El primer consejo sería intentar pasar dentro de esa vivienda el máximo tiempo posible antes de tomar la decisión: no decimos que te instales allí con una mesa camilla, pero sí que pasees los distintos espacios y que te tomes tu tiempo. “Si en una visita puedes alargarla y quedarte un rato más, aconsejo hacer más de una, pasar el tiempo suficiente para ver qué transmite esa casa”, explica Braojos.
Dolores de cabeza
“Si al entrar en el lugar elegido para vivir te duele la cabeza antes, mientras o después de haber pasado algún tiempo en él, si notas nerviosismo o sensaciones extrañas que te incomodan, cuidado, la vibración de esa casa tiene una frecuencia que para nada es compatible contigo”, añade Braojos. ¿Qué pasa si esas sensaciones solo las tienes tú y no el resto de tu familia? “Es posible que tu frecuencia sea incompatible con la vibración de ese lugar. Existen personas más sensibles que otras que “notan” esos ecos energéticos que pueden provenir de una muerte violenta, agresividad, muertes por enfermedades largas, etc. Si esto ocurre puedes elegir cambiar tu futuro hogar o proceder a una limpieza energética de la casa”, explica.
Otros síntomas repentinos (lógicamente, que no vengan derivados de ninguna enfermedad) son el cansancio, la hiperactividad, insomnio... “Existen lugares hiperconflictivos que producen disonancias entre los seres humanos y los espacios habitables porque están situados entre un cruce de líneas Hartmann o un cruce de líneas Curry”. ¿Qué es esto? “Las líneas Hartmann y Curry son el cruce de dos tipos de energías distintas: la energía cósmica que es la que procede del centro del cosmos, y la energía telúrica que procede del centro del planeta”.
Otras señales
Hay otras señales también indican que a lo mejor no debieras firmar ese contrato de compraventa: flores, plantas o árboles marchitos, olores extraños que no sabes identificar, “Árboles cercanos con muchos nudos o malformaciones... Eso enlaza con lo que comentábamos, puntos telúricos o líneas geomagnéticas problemáticas, aunque existen técnicas como el 'feng shui' o la radiestesia que pueden mejorar la calidad de ese entorno”, explica la experta.
Amén de tener vecinos conflictivos (que eso puedes indagar hasta cierto punto, no hay garantías..) puede haber otro tipo de vecinos que no se ven, como “espíritus que han decidido que no eres un buen compañero de piso para ellos... y es aquí donde aún se complica más la cosa”. En EEUU, por ejemplo, es obligatorio informar sobre si en una vivienda se han cometido crímenes, pero en España no hay legislación al respecto, así que te tocará hacer casi de detective.
Cementerios y ciénagas
Otro aspecto en el que debemos fijarnos, y este sí es más evidente, es el entorno: ¿qué es lo que rodeará a tu futura casa? “Si cerca tienes un cementerio o incluso si está construido sobre alguno, si está situado en un arenal o pasa una corriente de agua, existen acequias o alcantarillados con aguas estancas, si hay ciénagas cerca, si tienes muy cerca hospitales o incluso psiquiátricos o ha ocurrido un acontecimiento dramático, es muy posible que si sois muy sensibles sufráis de picores, fatiga, pesadillas, apatía, tristeza…”, finaliza Braojos. Así que mejor cambiar de casa objetivo y buscar en otro territorio más amable.
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