El fenómeno de la okupación en Madrid sigue generando crispación social. El último episodio que indigna a los vecinos tiene como escenario el parque de La Viña, en el barrio de Entrevías (Madrid), donde un grupo de okupas vive con luz y gas gratuitos mientras que los verdaderos propietarios se ven obligados a afrontar las facturas que ellos mismos reconocen no pagar.
El caso ha saltado al debate público tras unas declaraciones emitidas por Telemadrid, donde uno de los okupas admitió tener luz, agua y gas y no pagar nada, ya que estas facturas son abonadas por el propio Ayuntamiento. Estas palabras han encendido los ánimos entre los residentes, cansados de cargar con el coste de servicios que benefician a los okupantes.
El parque de La Viña era hasta hace poco un referente del ocio y el deporte familiar. Hoy, tiendas de campaña, chabolas y hasta contenedores de basura adaptados como vivienda ocupan parte del recinto, convertido en un asentamiento ilegal. La situación se ha agravado y los residentes temen que el problema atraiga a más okupas.
Vecinos y asociaciones de la zona han asegurado que los servicios básicos de los okupas corren a cargo del Ayuntamiento, o de particulares de la comunidad. Además, algunos residentes aseguran haber detectado enganches ilegales a la red pública.
El malestar va en aumento y la situación en el parque de La Viña refleja una crisis más amplia: la escasez de vivienda y la falta de protección jurídica penalizan a los propietarios, los principales afectados, ya que la ley impide cortar suministros básicos, aunque la propiedad esté okupada.
El conflicto polariza al barrio y a la sociedad: los okupas alegan necesidad, mientras los vecinos reclaman seguridad, limpieza y cumplimiento de la ley, generando una situación cada vez más insostenible.
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“Me pedían 15.000 euros para devolverme mi casa”: el drama de un propietario frente a los okupas en Sanlúcar de Barrameda
Lo que comienza como un sueño puede acabar en una auténtica pesadilla. Esto fue lo que le ocurrió a un vecino en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), que se compró un chalet con más de 250 m2 con piscina privada. Sin embargo, una vez finalizado el proceso de compra, cuando se disponía a comenzar con la mudanza y disfrutar de su nueva casa se encontró con una sorpresa, y no agradable: el chalet había sido okupado.
Un propietario francés, cerca de perder su casa al no poder pagar una deuda de 17.000 euros provocada por los okupas
El grave problema de la okupación atraviesa fronteras en Europa. El último caso que ha conmocionado a Francia y reavivado el debate de la usurpación de viviendas es el de un anciano de 95 años, que, tras ver su casa okupada durante meses, cuenta con una deuda de 17.000 euros en facturas que no puede pagar. Sin recursos para afrontar tal deuda y con una pensión mínima, el anciano se ha visto obligado a acudir de nuevo a los tribunales para no pagar una factura que no ha provocado.
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