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Stanfordville House reinterpreta la silueta de las construcciones agrícolas tradicionales para transformarlas en una construcción moderna.
Stanfordville House Paul Warhol

Construir en el presente con formas del pasado, pero reinventándose. Esta es una de las tendencias de la arquitectura contemporánea hacia el pasado más relacionado con el territorio. Si los “neos” decimonónicos buscaron esa gran arquitectura histórica como reflejo, en la actualidad, se buscan construcciones populares y comunes: granjas, tipologías vernáculas o rehabilitaciones con materiales y técnicas tradicionales.

Este enfoque, centrado en el respeto por el pasado, permite crear espacios innovadores que conservan la identidad del lugar. Así es la Stanfordville House, situada en el estado de Nueva York. Un ejemplo contundente de esta tendencia: una construcción moderna que reimagina la vida rural sin renunciar a su esencia histórica.

El tejado a dos aguas, que remite a los graneros que jalonan la región, se materializa mediante técnicas y acabados propios de la arquitectura actual.
Tejado a dos aguas Paul Warhol

Vivienda contemporánea sobre estructura agrícola

Situada en un amplio paisaje ondulado característico del valle del Hudson, la Stanfordville House se erige en el mismo emplazamiento donde antiguamente existía un granero en ruinas. En lugar de demoler por completo y empezar de cero, el estudio Desai Chia Architecture decidió trabajar sobre la memoria del lugar, reinterpretando la silueta de las construcciones agrícolas tradicionales para transformarlas en un hogar luminoso y funcional.

La paleta interior combina madera clara, suelos de hormigón pulido y mobiliario seleccionado para crear un ambiente cálido.
Interiores Paul Warhol

El resultado es un edificio que se organiza de manera longitudinal, con un tejado a dos aguas (una forma que inmediatamente remite a los graneros que jalonan la región), pero materializado mediante técnicas y acabados propios de la arquitectura actual.

Como hemos dicho, la vivienda se asienta sobre los restos de los cimientos originales de un granero, que fueron reforzados y reutilizados para minimizar el impacto ambiental y mantener la huella histórica del antiguo edificio. Para el estudio, esta intención fue clave, pues querían “conseguir que la casa dialogara con el paisaje rural y la historia del lugar, sin caer en una reproducción literal del pasado.

La forma de la casa actúa como “un marco que orienta la mirada hacia los prados y los bosques circundantes”.
Forma orientada a los prados y bosques Paul Warhol

El exterior combina madera carbonizada y paneles de metal oscuro que evocan las construcciones agrícolas desgastadas por el tiempo, pero que al mismo tiempo aportan una estética contemporánea y duradera. Las amplias aberturas de vidrio dividen la masa oscura del volumen y permiten que la luz natural penetre profundamente en el interior.

En palabras del estudio, la forma de la casa actúa como “un marco que orienta la mirada hacia los prados y los bosques circundantes”, generando una experiencia que integra arquitectura y paisaje.

Las ventanas están enmarcadas estratégicamente de modo que actúan como cuadros del paisaje rural.
Ventanas abiertas al paisaje Paul Warhol

Por otra parte, su volumetría sencilla se interrumpe únicamente para dar paso a unos porches y terrazas, que retoman la tradición de las casas rurales del noreste estadounidense, donde el exterior se convierte en una extensión natural del interior.

Artesanía tradicional y diseño contemporáneo

Si el exterior busca establecer un vínculo visual con los graneros del pasado, el interior de la Stanfordville House revela un enfoque igualmente respetuoso, pero orientado a la vida contemporánea. Los espacios se organizan de forma lineal, con una gran sala central que acoge cocina, comedor y salón.

Los porches y las terrazas retoman la tradición de las casas rurales donde el exterior se convierte en una extensión natural del interior.
Porches y terrazas Paul Warhol

La paleta interior combina madera clara, suelos de hormigón pulido y mobiliario seleccionado para crear un ambiente cálido, casi artesanal, que contrasta con la austeridad del exterior. Y las ventanas están enmarcadas estratégicamente de modo que actúan como cuadros del paisaje rural, reforzando la relación constante entre la casa y su entorno natural.

Los dormitorios y los espacios privados ocupan los extremos del volumen, aprovechando la orientación para maximizar el confort térmico y lumínico. Los arquitectos señalan que la casa fue diseñada para funcionar como un refugio durante todo el año, adaptándose al frío invernal y al clima templado del verano mediante soluciones pasivas, como ventilación cruzada, orientación solar estudiada y uso de materiales de alto rendimiento térmico.

El exterior combina madera carbonizada y paneles de metal oscuro que evocan las construcciones agrícolas desgastadas por el tiempo.
Madera carbonizada y metal Paul Warhol

En el diseño se integraron piezas de artesanía local y técnicas heredadas, un gesto imprescindible para lograr el equilibrio entre tradición e innovación. En palabras del estudio, el proyecto “celebra la historia agrícola de la zona al tiempo que crea un hogar que responde a las necesidades contemporáneas”.

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