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Lisboa, Portugal
GTRES

En Portugal aumentan las presiones para que se reduzcan los incentivos fiscales a los compradores extranjeros de vivienda, mientras el país se enfrenta a la subida de los precios y a la escasez de viviendas asequibles. En concreto, la vivienda cerró 2022 un 6,4% más cara que en 2021. A finales de diciembre, comprar una casa tenía un coste medio de 2.475 euros por m2  (euros/m2), según el índice de precios de idealista. Y este es un escenario visible en casi todo el territorio portugués, ya que las casas se encarecieron en 19 capitales de distrito en 2022, Lisboa (+3,1%) y Oporto (+7,4%) incluidas.

Según una encuesta encargada por el semanario Expresso, el 90% de los encuestados coinciden en que Portugal atraviesa una crisis inmobiliaria. Con una demanda exterior que sigue disparando los precios de la vivienda, más de la mitad de los encuestados se muestran partidarios de que el Gobierno reduzca los incentivos a los compradores extranjeros.

El sondeo, realizado el mes pasado por los institutos universitarios ICS e ISCTE e interrogado a más de 800 personas, tuvo lugar después de que los precios de la vivienda subieran un 13% respecto al año anterior en el tercer trimestre, según el instituto de estadística del país. Se trata del segundo mayor aumento desde que el instituto empezó a recopilar datos sobre el mercado de la vivienda en 2010.

Más de tres cuartas partes de los encuestados achacan la crisis a la falta de inversión pública en vivienda, a una regulación insuficiente y a la escasez de unidades disponibles. Alrededor del 64% afirma que los incentivos a los compradores extranjeros, como el programa denominado "Golden visa", que concede a los extranjeros un permiso de residencia a cambio de una inversión inmobiliaria, están influyendo en la situación.

Los extranjeros han acudido en masa a Portugal en los últimos años en busca de un clima cálido y costes de vida más bajos. Según un informe de abril del Instituto de Estadística, estos compradores están dispuestos a pagar por una vivienda en Lisboa más del doble que sus homólogos locales.

Para intentar regular la demanda, el gobierno portugués empezó a restringir en 2021 su programa de “Golden visa” a la compra de propiedades fuera de Lisboa y la ciudad de Oporto. También planea aumentar la proporción de viviendas públicas del 2% al 5% del total de viviendas en los próximos años.

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