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Luis Galiano, de RCCyP
Luis Galiano, CEO de RCCyP y la arquitecta Sara Martín Madruga idealista/news

¿Qué tienen en común reformas tan singulares como la de Torre España o Gran Vía 32, en donde desembarcó Primark en 2015 con su gran tienda urbana? ¿Y el residencial de ultralujo de plaza de la Independencia 5 con la gran apuesta inmobiliaria de Pescaderías Coruñesas Madrid Teatro, que afectará a tres edificios históricos de la plaza de Canalejas y lindes, incluido el Teatro Reina Victoria? Detrás de estas operaciones se encuentra el estudio de arquitectura RCCyP, y su fundador y CEO, el abogado Luis Galiano y la arquitecta Sara Martín Madruga.

Es el rey Midas de la transformación de edificios singulares con alta protección en Madrid, y asegura que estas intervenciones ponen en valor el activo inmobiliario con criterios del siglo XXI: “La arquitectura puede entenderse desde un punto de vista escultórico para quien piensa que las obras son inmutables y si los nuevos usos no caben ese edificio, no puede ser adaptado. Otros pensamos que deben evolucionar acompañando los cambios sociales, por ejemplo, hace quince años todos querían grandes edificios comerciales y ahora quieren hoteles con grandes restaurantes, porque es lo que demanda el mundo postpandemia”.

Con estos principios, RCCyP se fundó en 2003 mano a mano con el arquitecto Gonzalo Navarro Rodríguez, experto en urbanismo y expresidente de la Sociedad Estatal de Promoción y Equipamiento de Suelo (SEPES). A su jubilación, Galiano adquiere la totalidad del accionariado de la sociedad y Sara Martín Madruga asume la dirección técnica. Nacía entonces una exitosa alianza, a juzgar por su intervención en muchas de las transformaciones más interesantes que en los últimos tres lustros se están produciendo en el centro de la capital.

Para hacerse idea de la presencia del estudio en proyectos de edificios singulares, se pueden citar algunos de los que ocupan a sus técnicos en estos momentos: la remodelación del Palacio de la Música en Gran Vía 35, promovida por Fundación Monte Madrid, del que surgirá un gran teatro con restaurante en la planta superior; el edificio de Puerta del Sol 9, que libera nuevos metros cuadrados comerciales en el área más demandada de Madrid; el hotel Brach de cinco estrellas que pronto abrirá en la Gran Vía con diseño de Philippe Starck.

Es importante poner nuevos suelos en desarrollo, pero también lo es la actitud de facilitar la ejecución de proyectos, ya sean para obras de nueva planta o de rehabilitación.

¿Qué explica el nombre de RCCyP en tantas operaciones de edificios históricos con licencia de modificación de uso?

RCCyP desde siempre se especializó en este tipo de proyectos, pero quizás tenga algo que ver mi mirada de abogado. Por la propia naturaleza de sus estudios, los arquitectos tienen una visión más centrada en el proyecto como concepto que como viabilidad urbanística, lo que no nos ocurre a nosotros. Por otro lado, la experiencia nos ha convertido en expertos para abordar proyectos que aúnan dos grandes dificultades: la técnica que supone rehabilitar un edificio protegido, para lo que necesitas un equipo propio numeroso y muy especializado; y la dificultad propia de una tramitación urbanística compleja y exigente.

¿Es un posicionamiento que da estabilidad al estudio?

Lo que da un ritmo continuado de encargos es que los clientes siguen confiando en nosotros. En primer lugar, porque creamos una arquitectura real, edificios para vivir y para ser usados no de concurso. En segundo lugar, intentamos ser serios y sinceros con los clientes en las posibilidades de éxito de sus propuestas y en los plazos. Todo esto aporta seguridad.

Lo que incluye sus habilidades de abogado para manejarse en la burocracia municipal.

¿Se refiere a la parte de aburrir a los funcionarios?. Es una broma, por supuesto, es que muchas veces digo que parte de mi trabajo es dar el ‘tostón’ al equipo municipal, por lo que aprovecho esta entrevista para pedirles disculpas por ello, muchas veces somos muy pesados.

¿Es una técnica que ofrece resultados?

Después de tantos años el equipo de RCCyP tenemos una relación cordial con los técnicos municipales, pero solo eso y si no fuera así no sería posible que los cambios políticos nos permitieran sobrevivir. Lo importante en nuestra opinión es estudiar las posibilidades de desarrollo de un inmueble siendo sinceros, empezando por nosotros mismos. Nos gusta pensar que cuando ven  nuestro sellos genera confianza en los técnicos y en las comisiones de Patrimonio,  me atrevo a decir que nos hemos ganado cierto marchamo de seguridad, y el motivo puede ser que en la mayoría de nuestros proyectos nosotros asumimos también  la dirección de las obras hasta la entrega y puesta en funcionamiento de las edificaciones, por lo que nuestros  proyectos de  arquitectura y de ingeniería debne ser viables y sin sorpresas si no queremos generarnos problemas a nosotros mismos.

He leído unas declaraciones suyas que “el planteamiento urbanístico en las ciudades se utiliza como arma política”: ¿cómo repercute eso en el mercado?

Si lo dije fue muy atrevido por mi parte, pero no es un arma política. Es evidente que cada gobierno municipal tiene su idea de desarrollo urbanístico, lo que ocurre es que se piensa que esa idea se entiende siempre como ‘voy a hacer el gran plan general’. Por supuesto que es importante poner nuevos suelos en desarrollo, pero también lo es la actitud de facilitar la ejecución de proyectos, ya sean para obras de nueva planta o de rehabilitación.

¿Se refiere a facilitar la modificación de uso de los edificios? 

Hay ocasiones en que los proyectos son solo posibles rehabilitando con cierta intensidad un edificio, tanto para mejorar las condiciones de habitabilidad como para introducir nuevos usos o modificar el régimen de usos, o dentro del mismo uso, por ejemplo transformar las viviendas en unidades más grandes o pequeñas. Ahí está la intención de la corporación municipal para que eso sea sencillo o no, y hemos tenido ejemplos de todo tipo, por eso no creo que sea un arma política. Lo que es importante es que esa Administración esté preparada para prestar atención al detalle, a los desarrollos licencia a licencia, de otro modo se corre el riesgo de que muchos edificios se encuentren en situación no adecuada, lo que además resta valor a la zona.

Luis Galiano, CEO de RCCyP y la arquitecta Sara Martín Madruga
Luis Galiano, CEO de RCCyP y la arquitecta Sara Martín Madruga idealista/news

¿Y esa vocación política por la sencillez es más azul o roja?

No tiene color, tiene actitud y conocimiento, pero además hay que querer hacer. La mayoría de los políticos y los técnicos municipales están a favor, y eso que no se lo ponen nada fácil. Tienen mucha presión. Es una actividad con una carga de trabajo importantísima y en la mayoría de los casos, los equipos humanos están por debajo de las necesidades reales. Pero además están sometidos a una presión enorme. Se toman muchas acciones judiciales directamente contra sus decisiones y eso les hace, como es humano comprender, tener una actitud extremadamente precavida.

¿Pero nadie parece saber cómo acabar con esa situación?

Todo sería más sencillo si se eliminase o limitase la acción contra el planeamiento. Por supuesto, es un derecho constitucional, pero debiéramos ser capaces de modelarlo. Lo que no puede ser es que, sin demostrar un interés en una determinada ubicación, cualquiera pueda interponer un recurso contencioso administrativo absolutamente peregrino a sabiendas de que puede tumbar el trabajo de diez años. Quizás sería diferente si ese ejercicio acarreara ciertas responsabilidades, si se afrontaran las consecuencias de paralizar algo que es importante.

Y creo sinceramente que hay una necesidad de incrementar los recursos en las Administraciones Públicas. Eso y un poquito menos de intervención, ayudaría a agilizar los procedimientos, porque cuando se habla de un edificio protegido saltan todas las alarmas. Muchas de las medidas últimas que se están tomando, como la declaración responsable o que las entidades colaboradoras tengan cierta capacidad de intervención, son positivas pero hace falta que se apliquen también a los edificios con alto nivel de protección, eso acortaría mucho más los plazos.

El cambio de la demanda de la superficie comercial a hotelera, ¿puede dejar desfasados proyectos como Puerta del Sol 9?

Hay un movimiento cíclico y lo que realmente demanda la sociedad, y el turismo en Madrid es cada vez más importante y de mayor calidad, eso hace que el sistema se mueva y no se debería poner palos a las ruedas en ese movimiento. Puede que dentro de diez años, la gente se haya cansado del turismo o de la restauración tan de moda como el famoso ‘tardeo’, pero si hemos hecho las cosas bien, esas mismas zonas ahora puestas en valor para estas actividades podrán transformarse de nuevo para volver a cubrir las necesidades sociales de ese momento. Puerta del Sol 9 podría servir de ejemplo de esas transformaciones en que la elevada protección del edificio ralentiza el cambio, y eso no debería de ocurrir. En cualquier caso, el edificio está totalmente consolidado y con todas las obras de restauración y de conservación ejecutadas, tan solo a falta de ser comercializado por la propiedad para hacer las obras de acondicionamiento interior para el uso final al que se destine. Y es un excelente edificio y una ubicación inmejorable.

Otro de sus trabajos más singulares es el promovido por Pescaderías Coruñesas en la plaza de Canalejas, ¿cómo avanza?

Es un proyecto precioso de hospedaje y restauración para Pescaderías Coruñesas y para UMusic que afecta al Edificio Meneses, la Casa Allende y el Teatro Reina Victoria, en el que ahora estamos tramitando el planeamiento para el nuevo régimen de obras y usos, será un proyecto increíble para la ciudad.

También estamos rehabilitando otros edificios emblemáticos como el edificio Fnac en Callao donde se va a incluir algún espacio de uso terciario recreativo para consumo de comida y bebida, que ya hemos dicho es lo que ahora mismo se demanda. Además, tenemos la suerte de estar participando en una serie de nuevos proyectos muy interesantes que se conocerán en breve.

¿Entre ellos un nuevo hotel cinco estrellas en Gran Vía 20?

Para la cadena francesa Brach, y cuyo concept design lo hace Philippe Starck personalmente, porque está encaprichado con este proyecto. Madrid está de moda en el mundo, y todas las grandes hoteleras aspiran a contar con un establecimiento en la capital, y creo que de eso deberíamos estar orgullosos todos. No se nos debe olvidar una cosa, el valor de los inmuebles es tremendo y para qué hablar el coste de la remodelación de un edificio con alta protección, por eso Administración y ciudadanos debemos de entender que el régimen de actividades tiene que permitir que esas obras sean posibles y viables para los inversores y empresas interesados en darles una nueva vida. La otra opción es cerrarlos y volver al punto de vista escultórico de la arquitectura del que hemos hablado.

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