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España ha cogido velocidad de crucero y ha roto todos los esquemas que habían hecho los expertos. Este año, a pesar de todas las incertidumbres político-económicas nacionales e internacionales, el PIB va a crecer más de un 3% y hay quienes afirman que incluso podría acabar 2016 con un avance superior al año pasado.

Bankinter es una de las firmas con las previsiones más optimistas y asegura que nuestro país tiene todas las papeletas para pasar página, olvidar el término recuperación y empezar su verdadera expansión.

“La actividad ha superado un año lleno de obstáculos con más fuerza de lo esperado. El crecimiento económico seguramente sobrepasará el ritmo de 2015. Así, se recuperará todo el PIB perdido durante la crisis y con una dinámica saludable. Podemos decir que la economía comienza ahora a expandirse ya que, hasta la fecha, sólo había estado recuperando lo perdido durante la crisis. Aun así, merece la pena volver a recalcar que la recuperación ha sido más rápida de lo esperado. La actividad se estuvo contrayendo durante cinco ejercicios (2008-2013) y en sólo tres años ha conseguido remontar y volver al nivel de 2008”, explica la estrategia que ha realizado el departamento de análisis de la entidad.

Si está en lo cierto, la economía española podría despedir 2016 con un avance del 3,3%, lo que supondría crecer una décima más que un ejercicio antes. Para 2017 la previsión apunta a un alza del 2,8% (el consenso de Bloomberg maneja un +2,4%) y para 2018, del 2,6%. En ambos casos, el crecimiento del PIB doméstico superará de largo al de la eurozona, que en el próximo bienio repuntará un 1,6% anual. Ni siquiera Estados Unidos registrará un crecimiento similar, aunque la actual primera potencia mundial sí logrará expandirse más de un 2% tanto en 2017 como en 2018.

El PIB, más que ladrillo y turismo

España no solo está creciendo a un ritmo fuerte, sino que también lo está haciendo de forma dinámica. A lo largo de los últimos años, la construcción, que hasta el estallido de la crisis fue el sector que tiraba de la economía, ha pasado a un segundo plano para dejar su plaza a las exportaciones de bienes, que ya representan más de una tercera parte de la demanda. Su paso firme está demostrando que el PIB es mucho más que ladrillo y turismo.

“Durante estos años ha cambiado radicalmente la composición del PIB. Como hemos venido señalando, el peso de la Construcción se ha reducido en favor de las Exportaciones. También podemos apreciar que el grueso del repunte de las Exportaciones se explica por las ventas de bienes y no tanto por los servicios. Por tanto, parece que hay vida más allá del turismo, que se incluye en la partida de servicios”, recalca Bankinter.

De momento, al menos, España está liderando el ranking del crecimiento de las exportaciones (en los nueve primeros meses del año la venta al exterior ha subido un 1,9% interanual, el porcentaje más elevado de entre los países desarrollados) y está logrando renovar constantemente sus máximos históricos. Según el Ministerio de Economía, entre enero y septiembre las exportaciones de mercancías superaron los 188.400 millones de euros, una cifra inédita hasta la fecha.

El empleo y el sector público, los lastres

A pesar de que nuestro país tiene todas las de ganar para iniciar su expansión económica, lo cierto es que todavía arrastra dos problemas importantes que se han agravado en los últimos años: la elevada tasa de paro y la fragilidad de las cuentas públicas.

En lo que se refiere al mercado laboral, el informe de Bankinter insiste en que “se acabó la recuperación, pero sólo en términos de PIB. A nivel de empleo todavía queda mucho camino por recorrer, ya que la recuperación se ha apoyado en ganancias de productividad que, en gran medida, se han basado en la reducción de los costes laborales; esto es, en la destrucción de empleo y la caída de los salarios”. Así, el banco considera que el empleo no logrará volver a los niveles de 2008 en lo que queda de década. De momento, solo se han recuperado uno de cada dos empleos destruidos durante la crisis, por lo que la recuperación total podría retrasarse hasta 2020.

Bankinter: “La recuperación de España se ha acabado y ahora empieza la expansión”
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En concreto, que la tasa de paro cerrará 2016 en el 18,8%, que bajará hasta el entorno del 17% el próximo año y que rondará el 15,7% en 2018. Se trata de una previsión algo más optimista que la manejada por el Banco de España (fija la tasa de desempleo en el 16,3% en 2018), aunque no tanto como la del Gobierno, que estima que podría bajar del 13% en 2019.

Además del elevado desempleo, el otro punto débil de la economía tiene que ver con la evolución de las finanzas públicas. Para poder cumplir con el objetivo de déficit marcado con Bruselas, el Gobierno se ha visto obligado a anunciar una serie de medidas que, sin embargo, no cuentan con el favor de todos los expertos. El Instituto de Estudios Económicos (IEE), por ejemplo, asegura que la subida del salario mínimo, los cambios en los mínimos y máximos en las cotizaciones sociales y en el Impuesto de Sociedades van en la dirección equivocada y pueden llegar a ser contraproducentes, ya que pueden suponer un freno para la inversión empresarial, el crecimiento económico y la creación de empleo.

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