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La 'falacia lúdica' o por qué nos cuesta tanto acertar en nuestras previsiones
GTRES

Nadie previó la crisis de 2008. Nadie previó la caída de Caja Madrid. Nadie previó el hundimiento de los precios inmobiliarios.  Y nadie previó que se disparasen tanto en tan pocos meses en unas ciudades como Madrid y Barcelona. ¿Por qué?

Un día antes de que Popular fuera intervenido y vendido, muchos clientes pensaban que eso no iba a suceder. La acción había caído hasta tener un valor casi testimonial. Las informaciones de la prensa eran claras: el banco estaba a punto de quebrar.

Pero aún así, muchos clientes confiaban en buenas noticias como una inyección de capital o su compra por otro banco. Al final, la entidad fue vendida por un euro.

¿Por qué los seres humanos les cuesta tanto acertar en sus previsiones?

Todo se debe a una mezcla de obtuso optimismo, con la incapacidad de calcular las probabilidades. Se llama ‘falacia lúdica’. Cuando caemos en ella, como en las crisis inmobiliarias, los seres humanos se sienten pillados de repente por acontecimientos inesperados.

Las causa de estas ‘falacias’ son varias: no somos capaces de manejar toda la información; las pequeñas variacines pueden producir grandes efectos; las teorías basadas en la experiencia (el pasado) no garantizan que podamos predecir el futuro.

El inversor y economista Nassim Taleb denominó a esa falacia lúdica con el nombre más hermoso de Cisne Negro. Casos en los que aparecen sucesos inesperados que cambian el curso de las cosas de manera radical.

Actuamos como si fuéramos capaces de vaticinar los hechos o, peor aún, como si pudiésemos cambiar el curso de la historia. Hacemos proyecciones a 30 años del déficit de la Seguridad Social y de los precios del petróleo sin darnos cuenta de que ni siquiera podemos prever unos y otros para el verano que viene”, dice en uno de sus libros.

Nassim Taleb inventó este término jugoso de Cisne Negro tras la crisis de 2008. Nadie la esperaba. Nadie la detectó con claridad. Ha habido otros Cisnes Negro en la reciente historia: por ejemplo, Google. Nadie pensó que este buscador se comería el mercado en tan poco tiempo. De hecho, los fundadores lo quisieron vender a Yahoo! y a varios millonarios, pero no les hicieron caso.

Otro ejemplo es el de Harry Potter. Varias editoriales lo rechazaron hasta que una acertó.

Y en la economía española, los Cisnes Negros son la historia interminable. Todavía en 2008, en España se vendían chalets adosados, pisos y oficinas por precios astronómicos, y tres año después no valían ni la mitad.  Nadie previó una crisis tan profunda y tan voraz como la de 2008.

El Cisne Negro es la metáfora de la ‘falacia lúdica’. Está basado en una vieja historia. En el siglo XVII se decía que algo era un Cisne Negro cuando las posibilidades de que sucediese eran casi cero. Los cisnes eran todos blancos. No existían cisnes negros. Por ejemplo, hoy para nosotros, un Cisne Negro sería algo es tan imposible como viajar a Marte.

Sin embargo, en el siglo XVII se descubrió un grupo de cisnes de color negro en Australia Occidental. Nadie pensó que existían, pero aparecieron.

Pues lo mismo sucede con nuestras previsiones. Nunca pensamos en los Cisnes Negros (lo inesperado), hasta que llegan. Nuestros errores proceden de nuestro optimismo, de nuestra falta de realismo,  de nuestro terror de admitir que las cosas pueden ir mal, o de nuestra imposibilidad de calcular todas las probabilidades.

“Nuestros errores de previsión acumulativos sobre los sucesos políticos y económicos son tan monstruosos que cada vez que observo los antecedentes empíricos tengo que pellizcarme para verificar que no estoy soñando. Lo sorprendente no es la magnitud de nuestros errores de predicción, sino la falta de conciencia que tenemos de ellos”, añade Taleb.

A la hora de invertir en bolsa o de comprar y vender una propiedad inmobiliaria, nos dejamos llevar por la falacia del Cisne Negro. “Es fácil que provoquemos cisnes negros gracias a la ignorancia agresiva, como el niño que juega con un kit de química”, dice Taleb.

¿Hay posibilidades de que surja un cisne negro en los próximos meses? La respuesta es sí, y serían las siguientes: que el proceso independentista catalán generase unos acontecimientos inesperados. Por ahora, según las encuestas del CIS, a la mayoría de los españoles no le importa mucho el independentismo catalán. Si pasara algo relevante, demostraría lo incapaces que somos en predecir el futuro.

Otros cisnes negros serían la subida de los precios del petróleo, una guerra entre EEUU y Corea del Norte, la aparición de una bacteria terrorífica o un ciberataque a gran escala.

Todas esas cosas ya están en el ambiente: en el pasado hemos visto ciberataques mundiales, tensión entre Corea del Norte y EEUU, estallidos de enfermedades como el ébola y oscilaciones del petróleo.

Nadie puede decir que no lo sabía.

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