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El año 2016 ha supuesto un punto de inflexión para el mercado hipotecario. De hecho, pasará a la historia por ser el año en el que el euríbor a 12 meses entró en terreno negativo.

Después de haber encadenado mínimo tras mínimo durante el ejercicio anterior, el indicador de referencia para la mayoría de los préstamos hipotecarios arrancó el año tanteando la barrera psicológica del 0%, algo que consiguió en febrero. La media mensual del segundo mes del año ya se situó en negativo y, lejos de iniciar una escalada alcista, el indicador ha ido alejándose cada vez más de los números positivos.

En noviembre, de hecho, el euríbor a 12 meses renovó su récord al instalar su media mensual en el -0,074% y todo apunta a que seguirá haciendo historia: en lo que va de diciembre, la tasa diaria ha roto el nivel del -0,08%.

Para todos aquellos que tienen un préstamo a tipo variable, las continuas caídas han supuesto un ahorro de la cuota mensual, cuyo importe exacto depende de la cantidad hipotecada, del plazo al que esté firmado el préstamo y del interés al que esté sujeto. [Calcula aquí cómo está variando tu hipoteca de forma precisa]

Este alivio no hubiera sido posible sin las maniobras que ha llevado a cabo este año el Banco Central Europeo (BCE), la máxima autoridad monetaria en la eurozona, que en marzo decidió dar una vuelta de tuerca a su estrategia y amplió las medidas extraordinarias para intentar sostener la débil recuperación económica de la región y animar los precios.

Así, el organismo liderado por Mario Draghi bajó el precio del dinero hasta el nivel inédito del 0,0%, anunció más penalizaciones a los bancos que dejaran parado su dinero y amplió los criterios para comprar deuda pública y privada en los mercados financieros. Con su artillería pesada, el BCE logró mermar aún más las rentabilidades, incluida la del euríbor a 12 meses.

Con el paso del tiempo, y a pesar de que su homóloga estadounidense (la Reserva Federal) ha llevado a cabo dos subidas de los tipos de interés desde diciembre de 2015, lo cierto es que el guardián del euro no ha enviado ninguna señal al mercado que pueda ser interpretada como un cambio de tendencia radical e inminente. Se espera que en la primera mitad de año el organismo anuncie una reducción del volumen de compras mensuales de deuda, aunque el fin definitivo de los estímulos extraordinarios podría retrasarse varios meses.

Son muchos los analistas que, por el momento, no auguran una subida de los tipos de interés hasta dentro de dos años como mínimo, e incluso algunos aplazan la decisión hasta primavera de 2019. Si se cumple este guion, y teniendo en cuenta la estrecha relación que hay entre el precio del dinero y el interés al que están dispuestos los bancos a prestarse en sí, todo apunta a que el euríbor a 12 meses seguirá nadando en aguas de mínimos históricos. “Tenemos euríbor negativo para rato”, resume Juan Villén, responsable de idealista hipotecas.

Las hipotecas fijas cogen carrerilla

Si el gran protagonista de la caída del euríbor ha sido el BCE, el gran beneficiado ha sido sin duda el interés a tipo fijo, que se ha convertido en una alternativa hipotecaria real y vive su mejor momento.

En plena guerra bancaria por ampliar su abanico de clientes y aumentar el saldo de créditos en circulación, el sector financiero ha mejorado con creces su oferta hipotecaria y ha puesto en el mercado unas condiciones inéditas, tanto en las hipotecas fijas como en las variables.

Conscientes de que algún día el euríbor volverá a las andadas y encarecerá de nuevo las hipotecas, muchos usuarios se han dejado seducir por los encantos de los préstamos fijos (aquellos en los que se paga siempre la misma cuota, desde el primer mes hasta el último), que ya representan una parte destacada de las nuevas hipotecas formalizadas.

Solo en octubre se firmaron unos 6.460 préstamos de estas características (lo que supuso el 29% de todas las hipotecas sobre viviendas constituidas en dicho mes según el INE), mientras que en el conjunto del año el número supera ya los 47.300 créditos (entre enero y octubre se han formalizado un total de 235.168 hipotecas, un 13% más interanual). Si nos centramos solo en los préstamos a tipo fijo, en los primeros 10 meses del ejercicio se han formalizado más que durante los dos años anteriores juntos.

Para los expertos, el avance imparable que están teniendo los tipos fijos son consecuencia de una oferta competitiva, de un interés por cubrirse de la futura subida del euríbor y de la seguridad y estabilidad que proporciona a una familia saber de antemano cuánto dinero deben reservar cada mes al pago de la vivienda. Todos estos factores están sosteniendo la consolidación de las hipotecas fijas y están permitiendo que España se acerque a otros países europeos, donde los préstamos a tipo variable tienen un peso inferior al de sus homólogos fijos. Además, se han convertido en una buena alternativa para todos aquellos que han invertido en una vivienda para destinarla al alquiler y en una apuesta segura para muchos extranjeros que han comprado en España una segunda residencia.

Con todo, y de cara al próximo año, los expertos recuerdan que no hay una hipoteca perfecta, sino que la elección dependerá de las circunstancias personales y laborales de cada usuario, de las mayores o menores vinculaciones que quiera firmar y de las comisiones que estén sujetas al préstamo hipotecario.

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