
La vivienda es el activo inmobiliario más valioso que tienen en cartera las socimis españolas. Según los datos de Armanext, compañía especializada en ayudar a las pymes a incorporarse al mercado de valores, el residencial de alquiler supone ya prácticamente un 30% del valor global de los activos.
A cierre de 2021 había ya 122 sociedades de inversión inmobiliaria españolas cotizando en el mercado, sumando BME Growth (antiguo MAB) y Euronext Access. Y entre todas acumulaban un 'portfolio' de inmuebles valorado en 23.921 millones de euros.
De dicha cantidad, 6.808 millones de euros pertenecen a la vivienda de alquiler, lo que supone un 28,5% del valor de mercado global. Desde que el régimen de las socimis cogió impulso en 2013 tras un cambio normativo hasta la fecha, un total de 49 vehículos han invertido en vivienda.
Las oficinas, en cambio, son los inmuebles en el que invierten más socimis (52), aunque por valor de mercado ocupan la segunda posición, con 4.737 millones de euros (el 19,8% del total). Los centros comerciales y los locales son los siguientes activos más destacados, con 3.327 millones y 2.750 millones de euros de valor de mercado, respectivamente, seguidos de hoteles (1.737 millones) y naves (1.375 millones); y, en menor medida, terrenos (759 millones) o gasolineras (225 millones).
La apuesta de las socimis por la vivienda va aumentando con el paso del tiempo. De hecho, si miramos solo las sociedades que se han estrenado en el mercado de valores en 2021 (17 en total, de las que 12 han elegido Euronext Access y el resto, BME Growth), descubrimos que el peso del residencial de alquiler está por encima de la media, al representar el 33,5% del valor de los activos, frente al 24,4% de los centros comerciales, y al 12,1% de las oficinas, según Armanext.
Tipo de inversor y ubicación de los activos
En lo que no hay demasiados cambios es en la predominancia del capital extranjero en las socimis españolas y en la localización de los inmuebles en los que invierten.
Según el estudio, el 51,4% del valor de los activos de las 122 socimis está en manos de inversores no residentes, el 17,3% lo ostentan grupos familiares, y el 31,3% corresponde a otro tipo de inversores. En cuanto a ubicaciones, Madrid es la ciudad más atractiva (un 42,5% del valor de los activos de las 122 socimis están ubicados en la capital, donde el 31,7% son viviendas y el 29,9% son oficinas), seguida de Barcelona (un 11,8 % del valor de los activos se localizan en la ciudad catalana, aunque en este caso el 53,3% son viviendas y el 26,6 % son oficinas).
El ladrillo se ha convertido en un activo refugio en tiempos de pandemia e inestabilidad, y todo apunta a que en 2022 llegarán nuevas socimis al mercado.
Según explica Antonio Fernández, presidente de ArmanexT, “el sector inmobiliario mantiene su condición de activo refugio ante la pandemia”, y las socimis "se consolidan como el vehículo más eficiente para realizar inversiones en el sector inmobiliario especialmente reconocido por inversores extranjeros, los cuales tienen en la actualidad algo más del 50% de estos vehículos de inversión".
¿Una solución a la España Vacía?
Desde la compañía apuestan por reformar la Ley 11/2009 de las socimis para que, al igual que sucede en otros países, puedan invertir en terrenos y bienes inmuebles de naturaleza agrícola dedicados al arrendamiento, con el objetivo de favorecer el desarrollo de la España despoblada.
La propuesta de Amanext supondría un cambio en el modelo productivo, separando la propiedad de la gestión, "como se ha realizado en sectores estratégicos como el hotelero, potenciando de esta forma el desarrollo sostenible del sector", afirman desde la compañía.
Fernández que recuerda que el 58% de las explotaciones agrarias solo aportan el 3% de la producción del sector, "lo que supone una extraordinaria atomización e ineficacia en el más de un millón de explotaciones existentes", por eso aboga por "modificar el marco regulatorio", ya que "podría incentivar que en el medio rural se estableciera más población, una tendencia que ya se manifestó con la pandemia".
La llegada de las socimis al sector agrícola, recalca Armanext, ofrecería una proyección de futuro al sector agrícola español, permitiría profesionalizar el sector, impulsar el modelo productivo mediante la introducción de cultivos más rentables, aumentando la productividad, incrementando la renta agraria y creando empleo. "Un conjunto de factores que, a su vez, atraería inversiones de las ciudades hacia el campo y permitiría evitar el avance de la España deshabitada", concluye Fernández.
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