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La movilidad laboral está viviendo el momento más dulce de la historia. Y es que el número de contratos que exigen el desplazamiento de los trabajadores y la tasa de movilidad han registrado unas cotas inéditas hasta la fecha.

Según los datos de la consultora Randstad, en 2016 se firmaron un total de 2,62 millones de contratos que implicaban movilidad laboral, todo un récord. Para hacerse una idea de lo elevado que es el dato, basta recordar que en 2012 el número de contratos que exigía movilidad se situaba en 1,69 millones. Así, en apenas cuatro años se ha producido un incremento del 55%, porcentaje que alcanza el 100% cuando analizamos la evolución en lo que llevamos de siglo (en el año 2000 se contabilizaron 1,31 millones de contratos de estas características).

Lo que también ha marcado máximos históricos es la tasa de movilidad de los trabajadores, que mide el porcentaje de contratos que implican el desplazamiento del profesional a otra provincia distinta de su lugar de residencia. En 2016, la tasa alcanzó el 13,2%, superando en cuatro décimas al récord vigente hasta ahora: el 12,8% registrado en 2015.

Si miramos los datos por provincias, descubrimos que Madrid, Barcelona y Baleares son las tres que reciben más trabajadores. Según asegura la consultora, Madrid sigue siendo la más receptora, mientras que Barcelona se sitúa en segundo lugar y Baleares, en tercer lugar. En cambio, a la cabeza de las provincias más emisoras (es decir, de la que salen más trabajadores) se encuentran Cádiz, Toledo y Córdoba. 

En lo que se refiere a los sectores de actividad con mayores tasas de movilidad se encuentran agricultura (con un 22,4%, casi el doble que la media nacional) y construcción (con un 16,1%). En cambio, en servicios la tasa se sitúa en el 11,5% y en la industria, en un 10%. 

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