
Tras dos años de concurso, los proyectos de renovación urbana en Buitrago de Lozoya (Madrid), Valpuesta (Burgos) y Zubiri (Navarra) ya tienen diseños ganadores, todos de arquitectos españoles. En esta quinta edición se presentaron 39 propuestas para unos premios dotados de 50.000 euros. El Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus está dirigido a promover la conservación del patrimonio cultural español a partir de la renovación de diseños urbanos con proyectos arquitectónicos que preserven las tradiciones locales.
Los proyectos ganadores están firmados por los arquitectos Javier Senosiain Jauregui para Buitrago del Lozoya. En el plan de Valpuesta han ganado Susana Granizo Polo y Silvia N. Gómez Díaz y, finalmente, para Zubiri se han impuesto al resto de proyectos Francisco Sánchez Salazar, Miguel Antonio García y Jesús Llanos Jiménez.
El Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus está organizado por La Red Internacional para la Construcción, Arquitectura y Urbanismo Tradicionales (INTBAU), el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), en colaboración del Ministerio de Cultura y el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos (CSCAE).
El concurso se desarrolla en dos fases. En la primera, se convoca a los municipios españoles a presentar temas y emplazamientos para el concurso. Para la edición 2020-2022 se presentaron 30 localidades, de las que salieron seleccionados los planteamientos de regeneración urbana en Buitrago de Lozoya (Madrid), Valpuesta (Burgos) y Zubiri (Navarra).

La iniciativa presentada por el Consistorio de Buitrago del Lozoya, en Madrid, plantea la reconstrucción y recuperación de una manzana de su casco histórico, actualmente en ruinas. La zona está compuesta por una serie de edificios situados entre el castillo y la iglesia de Santa María del Castillo, flanqueados por uno de los tramos mejor conservados de la muralla. Estos edificios se destinarán a alojamientos turísticos municipales.

“La propuesta destacó por su ordenación urbana general, la calidad de los nuevos espacios públicos creados y el diseño de los nuevos volúmenes propuestos, así como el cuidado en la distribución y composición de los espacios interiores y la continuación y actualización de los sistemas de construcción de la tradición local”, recalcó el jurado.


En este diseño se destacó “el tratamiento de los espacios públicos y de las relaciones entre el ámbito de actuación y las calles y plazas circundantes, así como la calidad de la distribución y los espacios interiores y la bien ajustada e integrada solución para aumentar la altura libre de la planta superior”, concretaron.


El proyecto ganador “destacó por su propuesta en la conservación y la adaptación de los elementos y sistemas propios del edificio, su distribución y aprovechamiento del espacio interior, y su atención a mantener, realzar y recuperar el carácter tanto de sus interiores como de sus alzados exteriores”, afirma el jurado del concurso internacional de arquitectura.
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