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Sacar de los tejados de zinc y las paredes de barro a una ciudad donde 8 de cada 10 personas residen en infraviviendas es un trabajo faraónico. Addis Abeba, la capital de Etiopía, ha decidido abordar el plan de vivienda social más ambicioso de África para aliviar la presión demográfica de la ciudad y poner las bases de un desarrollo más ordenado.

La ciudad está llevando a cabo desde 2006 el proyecto de desarrollo urbano más grande de todo África con la intención de satisfacer una escasez de vivienda asequible que se estima en más de medio millón. Varios distritos dormitorio se han levantado en los alrededores de una ciudad que estaba sucumbiendo bajo el peso de una gran presión demográfica, falta de orden urbanístico y unos precios al alza por la falta de oferta.

Ahora, con fondos públicos, Etiopía está levantando distritos enteros como el de Koye, posiblemente el mayor proyecto de construcción de vivienda social de toda África subsahariana.

Desde que en 2006 se pusiera en marcha el plan de desarrollo conocido como IHDP más de 250.000 apartamento subsidiados se han levantado en Addis Abeba y alrededores, números que, cuando esté terminado, el distrito de Koye duplicará, con 200.000 nuevos residentes, 700 hectáreas de terreno construido y edificios de varias alturas.

Se espera que la capital etíope duplique su tamaño en la próxima década hasta los 8 millones de habitantes y los distritos que se están levantando deberían contribuir a aliviar la presión y el caos en una ciudad que ya hoy se ha quedado sin espacio para admitir a nuevos residentes.

Extensiones inacabables de nuevos apartamentos se extienden sobre la tierra arcillosa de Addis Abeba, en lo que se ha comparado con el boom constructor en Alemania del Este tras la II Guerra Mundial.

Las grandes urbes africanas han adolecido de falta de infraestructuras, materiales de construcción caros y corrupción, mientras que los gobiernos locales no han conseguido realizar una buena ordenación del territorio, con solo el 10% del terreno registrado y comercializable, lo que hace que por ejemplo un espacio comercial en el centro de Addis Abeba cueste el disparatado precio de 15.000 dólares por metro cuadrado para una cesión de 99 años.

Hasta ahora bancos, promotoras y constructoras se habían centrado en proveer vivienda de calidad para los segmentos de lujo, lo que había ampliado y hecho más visible la desigualdad. Pese a las tensiones entre aquellos poblados chabolistas que se ven obligados a desplazarse y que aún muchos de los que ganan acceso a la nueva vivienda tienen problemas para pagar la hipoteca, el programa parece estar teniendo éxito.

El país está embarcado en un gran plan de desarrollo, que no solo se centra en la capital, sino en otros centros urbanos, y que incluye la mejora de infraestructuras, como carreteras, aeropuertos o factorías. Empresas españolas han conseguido contratos para construir carreteras y constructoras internacionales buscan oportunidades en este floreciente mercado, donde también constructoras chinas han tenido un amplio protagonismo.

 

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