
Los precios de la vivienda en Nueva Zelanda prolongaron su caída en enero, en medio de las expectativas de que el banco central siga subiendo agresivamente los tipos de interés para sofocar la inflación y evitar que la economía entre en una recesión. Los precios cayeron un 7,2% en enero respecto al año anterior, la mayor caída interanual desde mayo de 2009, según CoreLogic New Zealand. El país puso en marcha en 2018 un veto a la compra de vivienda por extranjeros no residentes pensando que eran culpables de la subida del precio. Ahora la vivienda se deprecia por la inflación.
Los valores cayeron por décimo mes consecutivo, un 0,3% menos que en diciembre. El precio medio de la vivienda bajó a 953.850 dólares neozelandeses (617.000 dólares estadounidenses).
"En noviembre, el Banco de la Reserva dio a conocer sus sombrías perspectivas tanto para la economía como para la inflación, lo que probablemente repercutiría en el valor de la vivienda en los meses siguientes", declaró Kelvin Davidson, economista jefe del sector inmobiliario de CoreLogic. "Los compradores siguen teniendo la sartén por el mango a la hora de fijar los precios, lo que ha provocado una nueva caída de los precios en enero".
A finales de noviembre, el banco central del país (RBNZ) aumentó el tipo de interés oficial en 75 puntos básicos hasta el 4,25%, una cifra sin precedentes, y prevé que la referencia alcance el 5,5% este año, lo que podría provocar una contracción de la economía.
Los inversores están cada vez menos convencidos de que el banco central tenga que subir tanto los tipos, después de que la inflación del cuarto trimestre fuera más lenta de lo esperado. Sin embargo, los datos clave del mercado laboral que se publicarán el miércoles mostrarán una inflación salarial récord, lo que, según los economistas, convierte la próxima decisión del RBNZ del 22 de febrero en una elección entre una subida repetida de 75 puntos o un ajuste de 50 puntos.
Aunque los tipos de interés de los préstamos hipotecarios están subiendo en respuesta al endurecimiento del RBNZ, el impacto total aún no se ha dejado sentir porque muchos hogares neozelandeses tienen hipotecas a tipo fijo que aún no se han renovado a un nuevo tipo más alto. El tipo medio a dos años fue del 6,6% en diciembre, frente al 4,25% del año anterior, según datos del RBNZ.
Como consecuencia, los economistas predicen que los precios de la vivienda seguirán cayendo hasta 2023 y se situarán a principios de 2024 al menos un 20% por debajo del máximo alcanzado a finales de 2021.
En Wellington, la capital, los precios ya han caído un 18,1% con respecto al año anterior, según los datos de CoreLogic publicados hoy. En la mayor ciudad, Auckland, los precios han bajado un 8,2% en un año.
Los precios de las casas en Nueva Zelanda caen por la inflación, no por el veto a los extranjeros
El país puso en marcha en agosto de 2018 una ley que restringe la inversión extranjera en materia de vivienda con algunas excepciones. Se le culpaba de la subida del precio que entre 2008 y 2018 la vivienda se disparó un 60%. Esta nueva Esta nueva normativa enmendaba Ley de Inversión Extranjera, vigente en el país desde 2005, que favorecía la llegada de inversores de todas partes del planeta.
Desde hace más de cinco años, cualquier inversor internacional tiene que conseguir el consentimiento de la Oficina de Inversiones Extranjeras para poder adquirir inmuebles en Nueva Zelanda. Esta inversión se restringe a la obra nueva, a la compra de edificios de apartamentos y a determinados proyectos inmobiliarios. Al igual que en Australia, donde los extranjeros no residentes solo pueden adquirir casas nuevas, teniendo prohibido comprar casas de segunda mano, enfrentándose a multas cuantiosas y hasta la cárcel si incumplen la ley.
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